Si, si puedo hacerlo.

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Estaba acostada en cima de Eli mientras veíamos películas, unas manos empezaron a subir por mis muslos cada vez adentrándose más a mi zona íntima,    Siento como corre mis bragas y hunde dos de sus dedos apesar de que trato de impedirlo, me contraigo cuando se mueven dentro de mi.

-Mierda...Jamas te cansas-digo entre gemido

-De ti?...nunca-me acaricia mi mejilla con su nariz.

Empiezo a sentir su miembro erecto y empieza a besar mi cuello, empiezo a dar movimiento circulares encima de el, su mano libre recorre mi abdomen hasta llegar a mis pechos los cuales les da un estrujón.

Me paro derrepentemente, acomodo mi ropa y este me mira extrañado.

-Sabes que??...medio sueño-me excusó

-En serio?...Me dices como cojones hago para quitarme esto ahora??!-señala tu parte cuando se para del sofá.

Suelto una carcajada

Estoy a punto de estallar en miles de carcajadas, intentando contener alguna que otra carcajada pero no voy a poder seguir aguantando más.
Me siento algo mala haciendo esto, pero me ha parecido divertido hacerlo.

-Haz lo que puedas.-digo en una risa encogiendome de hombros.

-No puedes ponerme cachondo y ahora hacerme esto.-dice frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.

-Sí, puedo. Lo acabo de hacer.
-me encojo de un hombro y rio.

Elijah se acerca a mi a paso decidido dando una gran zancada llegando en frente mia -aunque no estoy demasiado lejos de él- y se coloca en frente mio tomándome de las caderas y pegándome a la pared más cercana. Con una mano toma mi barbilla y murmura algo con la boca a centímetros de la mía y sus ojos grisáceos observando los míos fijamente sin una pizca de gracia en ellos.

-Esto no quedará así, créeme.

Pasa su lengua contra mi labio inferior y después junta sus labios con los míos en un corto y rápido beso.

-Ahora -continúa- voy a encargarme de esto.

Eli se mete en el baño y desaparece por un largo tiempo. Han pasado más de diez minutos y aún no ha salido. ¿En serio se está tocando?

Toco tres veces la puerta y nadie contesta, entonces se me ocurre un plan perfecto para poder fastidiarlo aún más.

Subo las escaleras y me dirijo hacia la habitación donde se encontraba mi bolsa. Saco la ropa interior de color rojo de encaje de dentro de la pequeña bolsa y entro en el baño de la habitación desocupado.
Vamos a ver quién gana el juego hoy.

LA VIDA SIGUE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora