(Mansión Kido, julio de 2017)
Se preparaban para ir a Grecia, Aunque uno tuvo que dejar de alistarse porque su hija empezó a correr con una de sus cosas.
—Ryuga: ¡Natalia!—Estaba en la sala de la casa corriendo tras la adolescente—¡Natalia Graand de Polaris! ¡Hazme caso!—Gritó el padre ya exasperado.
—Natalia: —Se asustó un poco porque su padre solo usaba su nombre completo para regañarle—¿Por qué no podemos ir contigo y con Syun? ¿Verdad, Toūka?
—Toūka: Quiero ir con mami—Pronunció lo más fluido que le permitía su vocabulario de niña de 4 años—Papi, queremos ir.
—Natalia: No queremos quedarnos aquí esperando a que mueran en combate, queremos ir.
—Ryuga: Dudo mucho que vayamos a combatir, somos santos de bronce—Se pasó la mano por el cabello tratando de no enojarse—Haz cosas con tus primos, juega con Enma, no sé... Lo que se suponga que hagan los adolescentes.
—Natalia: Ya no tengo cinco años, y Enma tampoco—Señaló al mencionado de pelo morado que estaba sentado en un sofá mirando su teléfono.
—Ryuga: Yo que sé, no fui normal en mis años de adolescente—Se guardó su billetera en su bolsillo—Vayan de fiesta, algo así, pero estén a salvo.
—Jabu: Descuida, nosotros no dejaremos que les pase nada, confía.
—Saya: Teníamos planeado ir a América unos días para ayudar a mi hermana a cuidar a María.
—Ryuga: Me parece bien, solo procuren avisarle a la pecosa que irán. Y la ayudan si nace la bebé.
—Enma: Le avisaremos a Ellen si Seira nace antes de que vuelvan de Grecia.
—Ryuga: Solo serán unos días, ni siquiera se van a dar cuenta—Natalia a regañadientes le entrego la corona de su armadura—¿Y tú por qué no vas, Enma? Tu primo acompañará a su padre.
—Enma: Porque tengo una cosa llamada vida—Levantó la vista de su teléfono—Y él solo va para ver a Kōga, no es que tenga gente ahí a los que quiera ver.
—Saya: Me gustaría que ustedes tratasen de llevarse mejor con sus compañeros en Palestra—Dijo con algo de pesar—Son tan extrovertidos fuera del colegio, ¿Por qué no pueden ser iguales dentro?
—Enma: Los caballeros son demasiado soberbios para mi gusto.
—Ryuga: El niño tiene razón—Acomodó en su cabeza la corona de la armadura de cisne.
—Syun: Amor ¿No has visto mi máscara?—Preguntó saliendo del cuarto el santo de Andromeda, con su armadura fucsia y rojo.
—Ryuga: Toma—Le entregó en su mano la máscara, que había guardado con anticipación—Sabía que estarías estresado buscándolo, así que quería ayudarte, conejito—Le acaricio el cabello y beso su frente.
—Syun: Muchas gracias—Le dio un fuerte abrazo—Tenemos que irnos.
—Jabu: Despídanse de sus padres.
—Natalia: Los vamos a extrañar—Abrazo con fuerza a ambos—No mueran, por favor.
—Syun: Te prometo que te lo compensaré cuando vuelva—Le sobó el cabello—Y tú pórtate muy bien, Touka—Cargó a la niña—Sé buena con tu hermana y primo, no causes problemas, ¿Okey?
—Ryuga: Las amamos a ambas, pórtense bien—Beso la frente de ambas.
Y con algo de nerviosismo decidieron irse en camino al santuario, extrañando mucho a sus dos niñas, sabiendo qué estarían a salvo En casa de Saya.
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Saint Seiya: El Sacrificio de los Dioses
FanfictionEn un universo alternativo, la guerra Santa de Hades contra Atenea servía como una forma de saber cuál dios era más apto para proteger a la tierra... Pero por planes de otros dioses Hades ha reencarnado antes de tiempo en el recién nacido de Marilly...