Capítulo #11

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—Seiya: ¿Qué es?—Inclinó un poco la cabeza.

—Saori: La armadura de Aries, te pido que se la des a Syun.

—Seiya: Se la entregaré cuando termine mis guardias—Lo guardó en su bolsillo.

—Saori: Muchas gracias, Seiya—Ambos se sonrieron.

—Seiya: ¿Y para qué es la mesa? ¿Quién viene?—Volteó a verla, hace mucho Saori no mostraba una vestimenta casual—¿Otra reunión con algún dios?

—Saori: No, está vez no tiene que ver con dioses.

—Seiya: ¿Entonces quien viene?

—Saori: Es que, ¡Mis hermanos mayores vienen a visitarme! Después de tanto tiempo por fin aceptaron venir a verme.

—Seiya: ¡Qué bueno!—Hubo un silencio incómodo—¿Me podrías recordar quienes eran?

—Saori: No puedo creer que tengas tan mala memoria.

—Seiya: Como si eso no tuviera que ver contigo. Es lo mínimo que puedo tener después de tantos golpes en la cabeza.

—Saori: ¿Nunca pensaste en ir a un doctor acerca de esas lagunas y dolores?

—Seiya: Cuando lo hice solo me dieron medicina, no es tan grave. Y bueno, también es tu culpa tener cien hermanos, ¿Cómo esperas que sepa de todos?

—Saori: De verdad no puedo creer que te tenga que explicar esto—Se llevó la mano a la frente—Bueno, Saya es un año mayor que yo, pero perfectamente podríamos ser gemelas, salvo en el color de ojos.

—Seiya: Que curioso—Murmuró.

—Saori: ¿Qué es curioso?

—Seiya: Mikia hace años me explico que los dioses tomaban de referencia la apariencia de algunos humanos para reencarnar, decia que así se evitaban problemas como en el mito de Dionisio.

—Saori: Bueno, prefiero parecerme a Saya antes que hacer cenizas a la gente.

—Seiya: Sí, eso no suena muy propio de ti, jaja.

—Saori: El que sigue es Mei, él fue el caballero de Coma Berenice, alumno de Máscara de Muerte.

—Seiya: Él atacaba con hilos, ¿Verdad?

—Saori: Creo que él los llamaba “cabellos”.

—Seiya: Entonces contra Mei me enfrenté en el santuario submarino.

—Saori: Lograste recordarlo, ¿Qué más recuerdas?

—Seiya: Recuerdo… Que él era el recipiente de Thypon—Se rascó la nuca—Y que lucho contra nosotros en una guerra en el mar.

—Saori: Eso es correcto, aunque ya hace mucho que Thypon dejo su cuerpo—Invitó a Seiya a sentarse a su lado—¿Qué más recuerdas?

—Seiya: Recuerdo que Mei y tú le llamaban hermana a Anfitrite, pero yo no tengo recuerdos que tuvieras otra hermana… No recuerdo el rostro de la diosa.

—Saori: ¿No lo recuerdas?—Pensó en decir algo más, pero se mordió la lengua—Supongo que el tridente debió dañar esos recuerdos.

—Seiya: Además de mi rostro—Se rieron—¿Yo me llevaba bien con ellos?

—Saori: Hubo un tiempo en el que sí, fue antes de las doce casas, las cosas eran más simples.

—Seiya: Perdona si te hago muchas preguntas, es que no tengo casi recuerdos de esa época. El 2002 y el 3 se borraron casi por completo de mi mente.

—Saori: No tienes que disculparte, lo que no puedas recordar me lo puedes preguntar.

—Seiya: Y a Rin, parece que él recuerda a tu familia más que yo. Dice que son tercos y obstinados.

Saint Seiya: El Sacrificio de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora