Shaina estaba cumpliendo con su guardia, cuidaba una parte del santuario femenino.
A ella se le acercó Rin, no era mucho de su agrado, pero traía algo en las manos, estaba envuelto en una tela.
—Rin: Señorita Shaina—Por alguna razón, él no estaba usando su armadura dorada, lo más probable es que se la haya prestado a Seiya—Le tengo que pedir un gran favor.
—Shaina: ¿Un favor?—Rin le entrego lo que traía en manos—¿Qué es esto?—Tomó el extremo de la tela—Es una bebé—Quedó con los ojos abiertos como platos.
—Rin: Su nombre es Seira, te quería pedir si la cuidabas por mí.
—Shaina: ¿De dónde es?—Miró con detalle a la niña, tenía piel morena y cabello castaño—Su nombre es parecido al de Seiya—La bebé abrió los ojos, tenía unos muy lindos ojos turquesas.
—Rin: Nació en Suramérica—Explicó, mientras la bebé tomaba su dedo—Estoy seguro de que a Yūna le gustará tener una hermanita menor—Sonrió.
—Shaina: ¿Y qué pasó con sus padres? ¿Acaso murieron?
—Rin: No estoy seguro, pero creo que estará muy bien en tus manos y las de tu esposo—Acomodó la manta de la bebé para que no le fuera a dar frío—¿Me prometes que la cuidarán?
—Shaina: No eres mi persona en la que más confío—Hizo una mueca mientras pensaba—Pero la cuidaré, después de mi guardia la llevaré con Erina para verificar su salud.
—Rin: Me alegro mucho, Shaina—Se dio la vuelta—Iré a mi templo, debo avisarle a Seiya sobre la bebé.
Rin caminó en dirección a su templo, con una sonrisa, al entrar a Sagitario no encontró a Seiya, pero de seguro él había ido a Rodorio para visitar a Seika.
—Rin: Tal parece que estoy yo solo—Bostezó—Podría visitar nuevamente a la berrinchuda—Bufó y sacó una daga de su bolsillo, estaba cubierta de sangre, como la palma de su mano—Aunque no estará muy contenta de verme después de esto—Rio con fuerza, se podía escuchar desde todas las habitaciones del basto templo.
—Ellen: ¡Rin!—Gritó entrando al templo en cólera—¡Maldito!
—Rin: Ellencito, que gusto verte—Sonrió, mientras limpiaba su mano con su chaqueta—¿Qué se te ofrece?
—Ellen: Ya he soportado bastantes de tus actos, únicamente por tu situación—Tenía una mirada digna del diablo, enojo puro como si sus ojos fueran la puerta al mismísimo Averno—¿Dónde está?
—Rin: ¿“Dónde está" qué cosa?
—Ellen: ¡Sabes perfectamente de que hablo!—Un puñetazo del Fénix lo hizo caer al suelo—¡Dímelo!
—Rin: De verdad no te entiendo—Limpió la sangre que el golpe había provocado—Explícate.
—Ellen: ¡¿Crees que soy tonto, Rin?!—Corrió hacia él, con una llave empezó a asfixiarlo—¡No te lo perdonaré!
—Rin: T-te hice un favor, esos cuatro son una carga para ti—Logró enunciar entre toses, un codazo en el estómago que hizo qué Ellen lo soltará—De verdad te hice un favor alejándola, era un recordatorio terrible para ti. Lástima que no te quite la mayor carga de encima, pero esa humana se resistió mucho.
—Ellen: ¡No te atrevas a hablar de ellos!—Levantó su mano, señalándolo con su dedo índice—¡Puño Fantasma del Fénix!
—Rin: Malnacido—Suspiro mientras en su cerebro empezaban a aparecer imágenes del pasado, un pasado no gustoso para él.
—Ellen: ¡Es lo mínimo que te mereces, desgraciado!—Se cruzó de hombros—Y otra cosa—Lo agarró de la camisa, no espero a que el efecto pasará—¡Te acercas a Edén, o a mi esposa, y eres hombre muerto!—Lo soltó con brusquedad, la gravedad de las imágenes hizo que Rin cayera al suelo—No tengo pruebas de que has sido tú, ¡Pero cuando las tenga haré que Saori te cuelgue como hizo con los Jinetes del Apocalipsis!
—Rin: Solo su palabra no cuenta—Murmuró—N-no puedes p-probarlo, sino hace 15 años Saori me hubiere matado.
—Ellen: Tienes razón, pero créeme que te acabaré—Empezó a dirigirse a la salida del templo—Lo lamento tanto por Seiya, estoy seguro de que cuando realizamos esa misión nunca espero nada de esto—Murmuró, aunque su hermano y cuñado no, él aún tenía empatía por Seiya. Aunque le hacía más difícil esa tarea con el paso del tiempo.
Fénix se sentó a las afueras del templo de Géminis, su signo zodiacal, se sentía derrotado.
Una llovizna empezó a caer, pero poco le importaba.—Ellen: Saori, amiga mía—Tomó una flor del suelo, se parecía mucho a las rosas que plantaba su mujer—¿Por qué permites esto? ¿No está Temis de tu lado? ¿Por qué tanta injusticia?—Sus lágrimas se confundieron con la lluvia—Nosotros, ¿Qué mal hicimos, Zeus?—Sintió cómo era cubierto de la lluvia por una capa.
—Syun: Hermano—Se sentó a su lado, colocó un pequeño muro de cristal para evitar la lluvia—¿Qué ha sucedido? Sentí mucho dolor en el cosmos de la Diosa del mar.
Ellen no pudo pronunciar palabra alguna, abrazo su hermano menor, como si su vida dependiera de ello, necesitaba consuelo.
—Syun: Hermano—Correspondió, no era común el llanto de parte de Ellen, algo terrible debió de haber sucedido—¿Otra vez?—Solo negó con la cabeza.
—Ellen: ¡¿Por qué tuvo que pasar esto?!—Lloró con toda la fuerza que tenía en su corazón—¡Ryuko no tenía nada que ver y aun así acabo con ella también!
—Syun: ¿Ryuko está muerta?—Una mueca de tristeza se pintó por debajo de su máscara—Te llevaré al templo de Aries para que podamos hablar con más privacidad—Se quitó su capa y se la colocó a su hermano.
—Ellen: Desearía no ser más un caballero—Titubeó—Si no me hubiera ido a cumplir esa misión, hubiera podido evitarlo—Se lamentó—Ni con mi fuerza logre ayudarla, ¿Por qué ser un caballero?
—Syun: Es nuestro destino, nacimos bajo Fénix y Andrómeda—Su hermano retiró su armadura, quebró la joya que la ocultaba con su mano—¿Qué haces?
—Ellen: Te pido que la repares, como lo hiciste con la sapuri de pegaso—La colocó sobre la palma de Syun—Cortaré cualquier contacto con el santuario, pero quiero estar preparado si llego a necesitar la cloth.
—Syun: Hermano—Guardó la cloth en el bolsillo de su pantalón—¿Vas a cortarme a mí también?—Preguntó con pesar—Después de todo, al ser el herrero del santuario-
—Ellen: —Lo abrazó—Nada de eso, jamás te haría algo así, hermano.
—Syun: Supongo que al volver Edén del colegio deberán explicarle eso.
—Ellen: No puedo ni expresártelo a ti, no tengo la fuerza para ponerlo en palabras—Miró al suelo—Le destrozará saberlo.
—Syun: Ya hay dos personas destrozadas, tres no hará mucha diferencia.
Continuará...
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Saint Seiya: El Sacrificio de los Dioses
FanfictionEn un universo alternativo, la guerra Santa de Hades contra Atenea servía como una forma de saber cuál dios era más apto para proteger a la tierra... Pero por planes de otros dioses Hades ha reencarnado antes de tiempo en el recién nacido de Marilly...