(Villa de Atena)Con el pasar de los años todo se había vuelto más difícil, ya no se podía permitir ir al territorio enemigo, ni podía dejarse secuestrar por algún dios, tenía que ser más lista que ellos.
Ahí estaba Saori, una joven de veintiséis, averiguando que se suponía que debía hacer.
El status quo, aunque pacífico, la dejaba con incertidumbre, con la sensación en el estómago de que algo pasaría cuando menos se lo esperara, los dioses no tendrían la amabilidad de advertirle con premociones o sueños, ya no era una niña.
Con eso en la mente, no dejaba de ver un mapa del santuario, guardado en la biblioteca del santuario, aunque desactualizado era la mejor forma de visualizar el recinto sagrado.
Escondida entre libros admiraba el mapa, estos últimos años estudiaba las guerras santas pasadas, y a sus antecesoras.
A pesar de los años, aún tenía en la mente las palabras de Máscara de la muerte cuando estuvieron en la colina del Yomotsu, Atena debía ser una diosa fuerte que guiará a sus santos a la victoria.
Todas las anteriores Atenas parecían tener claro esto, en los archivos que registraban sus guerras se notaba su valentía y su rol activo en la guerra.
Ella quería ser así, su pasividad en el combate había llevado a problemas y a la muerte de varios guerreros.
Aunque ya había comprendido que si existencia no era un pecado, no podía evitar sentirse culpable.
A ve yoces aún pasaba por su mente la idea de que era innecesaria, una Diosa defectuosa.
Esto solo le recordaba la pesadilla que hacía muchos años la perseguía, dónde ella, siendo reconocida por Atena se paraba en medio de los cadáveres de sus caballeros.
Su cuerpo estaba manchado de una suciedad que jamás podría ser lavada, el pecado de la muerte de tantos de sus caballeros.
Era un recordatorio de sus errores como diosa.
Saori; una humana que jugaba a ser diosa.
—Saori: ¿Cómo se supone que venza a los dioses si ni siquiera puedo entender unos simples archivos?—Se agarró la cabeza frustrada.
Ya estaba fatigada de leer la palabra “Atena” en todos esos libros, los historiadores ni siquiera se interesaron en escribir el nombre de las mujeres que lucharon en esas batallas.
¿Es que así sería recordada?
¿Solo como eso?
¿Dónde terminaba Atena y empezaba Saori?
¿No hay sitio para Saori en este mundo?
Solamente podía recordar la voz de Seiya llamándola por su nombre, la voz cálida y amable del santo la invadía y confortaba.
Esa devoción del santo cuando la llamaba Saori le recordaba algo muy importante, todas sus vivencias humanas.
—Saori: Papá—Las lágrimas silenciosas de Saori mancharon el papel
Hacía tanto que no pensaba en eso, en su padre, en sus hermanos, en la fundación Guraad.
Hacía tanto que no pensaba en su vida.
Ya hasta se sentía pecado recordar con nostalgia como ella y sus hermanos jugaban en los jardines de la mansión, paseaban a caballo, o simplemente estaban juntos los cuatro.
¿Cómo podría olvidar cuánto se divertían jugando? Y cuánto los había extrañado cuando su padre los mando a entrenar como caballeros.
«—¡Esperen!—Gritaba la pequeña Saori, seguida de su hermana.
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Saint Seiya: El Sacrificio de los Dioses
FanfictionEn un universo alternativo, la guerra Santa de Hades contra Atenea servía como una forma de saber cuál dios era más apto para proteger a la tierra... Pero por planes de otros dioses Hades ha reencarnado antes de tiempo en el recién nacido de Marilly...