Capítulo #15

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Los tres volvieron sin el efecto de las rosas gracias a Kōga, aunque Haruto no pensaba en entrenar, fue directamente a buscar a Yuna ¡Era urgente que hablarán! Y no le importaba interrumpir lo qué sea que ella estuviera haciendo.


—Haruto: ¡Yūna!—Corrio hacía ella, casi atropellándola—¡Yūna Guraad, debes ver esto!—Sacó con frenesí el libro de su bolso.

—Haru: ¿Estas bien, Haruto?—Lo ayudo a sostenerse.

—Yūna: ¿Ver que cosa, Haruto?—Él se la llevó de la mano a un lugar más privado—Oye! ¿Que te pasa?! ¿Por que estas tan apurado?


Se detuvieron en un terreno con flores, parecía un jardín, sumamente hermoso y perfecto para sentarse a hablar, porque, a pesar de la insistencia de Atena por hacer el santuario un lugar más amigable, sus santos poco visitaban esos lugares de descanso.


—Haruto: Yūna, tengo que mostrarte algo—Se sentó en una roca, para poder apoyar el libro sobre sus piernas—Ven, sientate que esto va a ser raro.

—Yūna: ¿Qué quieres mostrarme? ¿De donde sacaste eso?

—Haruto: Lo he conseguido hoy, quiero que veas las fotos—Abrió el libro, leyendo la dedicatoria que se había en la primer página—"Para mis rayos de sol. ATTE: Mamá"—Pasó la página para apreciar las fotos.

—Yūna: Haruto, ¿De que hablas?—Se acercó mas a su amigo, para ver si podía mirar las fotos—Ya dime de dónde salio esto.

—Haruto: De una casa—Pusó el libro sobre las piernas de Yūna—Mira esta foto, ¿No se te hace familiar—Le preguntó mientras ella contemplaba en silencio esas fotos.

—Yūna: Algo así... se me hace familiar, como si ya lo hubiera visto antes—Se quedó callada analizando las fotos detalle a detalle.

—Haruto: ¿Qué te parece familiar exactamente?

—Yūna: La casa de la foto, no lo sé pero—Paso los dedos sobre la foto, con ganas de sacar la foto—Ese lugar, lo conozco de algo, ¿De donde... Salio?

—Haruto: Lo encontré en la casa de un chico llamado Kōga, dijo que era el primo de Edén.

—Yūna: ¿El primo de Edén?—Hechizada por las fotos se negó a despegar la vista, como si hubiera algo místico que la llamará—No será ese chico de cabello color vino que Haru, Ryuho y yo vimos en el Coliseo.

—Haruto: ¿En el coliseo?

—Yūna: Hace algunos días, cuando vimos esa explosión nosotros quisimos ver que fue lo que paso. Llegamos a un coliseo en el que Kenyo, Edén y otro chico estaban entrenando.

—Haruto: Dices que estas fotos te son familiares, ¿Por qué no revisas el resto de las fotos? Tal vez encuentres algo más "contundente".

—Yūna: Me dices que esto lo encontraste en la casa del primo de Edén, ¿Pero cómo llegaría a este lugar si su madre es humana y su padre solo tiene un hermano? No hay familiar que conecte a ambos.

—Haruto: A palabras del chico, su padre y la madre de Edén eran hermanos, pero mencionó poco al respecto.

—Yūna: ¿Y que haría en el santuario? Tu novio dijo que venía de Venezuela.

—Haruto: Yo no le creo del todo, creo que algo extraño guarda, pero... Él dijo que Edén guardaba muchas cosas para si mismo.

—Yūna: Para si mismo.

—Haruto: ¿Qué? ¿Qué pasa?—Moviendose entre las imágenes Yūna se paro en seco, solo se congelo ante la imagen—¿Qué haz visto que te ha dejado de esta forma?

Saint Seiya: El Sacrificio de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora