(Olimpo, mes de agosto)
Incluso los dioses tienen emociones humanas, la emoción por el nuevo miembro del panteon era algo imposible de ocultar, por lo que no era raro ver a los dioses mas jóvenes visitando a los recientes padres.
—Afrodita: ¡Antheas está enorme!
—¿Verdad que sí? Parece que mañana será un hombre—Dijo contemplando a esa criatura celestial, su pequeño hijo—Quiero que sea un bebé por siempre.
—Ares: ¿Y Antheas es dios de qué?
—Apolo: Antheas fue declarado dios de las lluvias y de la inocencia por nuestro padre Zeus.
—Es curioso, pensé que esas cosas ya tenían un representante.
—Afrodita: No dentro de los Olímpicos.
—Bueno, en la mitología había dioses para ríos específicos, supongo que no es del todo extraño.
—Ares: Poseidón duerme en el mundo humano en vez de estar en el Olimpo, no es extraño que nuestro padre quiera suplir ese lugar, y menos si se trata de su consentido.
—Afrodita: ¡Apolo que suerte tienes!
—Ares: Claro, si tienes en cuenta de que Zeus y otros no intentaron seducir a tu esposa, yo creo que definitivamente tienes suerte.
—Apolo: ¿Y tú crees que los hubiera dejado?
—Me alegro de que quieras protegerme, pero no me interesan los dioses que no sean tú, mi amor—Apoya la cabeza sobre el hombro de Apolo—Además de que se defenderme.
—Ares: El que seas una diosa reciente no te hace inmune, tarde o temprano desarrollarán un plan contra ti.
—No tengo razones para pelear, planeó nunca tener que hacerlo.
Sintieron una horrible sensación en sus cosmos, el templo del dios del sol se llenó de tinieblas por unos momentos, sentían como si la propia muerte les respirará en la nuca.
—¿¿¿: Tanto tiempo... Vieja amiga—El templo volvió a iluminarse,
—Apolo: Thanatos—Gruñó.
—Thanatos: No les avise que iba a venir, lo lamento mucho—Les hizo reverencia—Pero necesitaba hablar con usted, diosa del caos—Le dió un beso en la mano para saludar.
—Asqueroso insecto, ¿Qué haces aquí?—Su voz, ahora rasposa por el enojo contenido.
Su rostro era diferente, mostraba una cantidad de odio que Apolo jamás había presenciado en su mujer, la dureza de su expresión era tal que parecía otra persona, el tono frío hacía helar la sangre a Apolo.
—Thanatos: Lamento perturbar a su alteza, pero quisiera hablarte de uno de tus "angelitos", creo que sabes a lo que me refiero.
—¡Sabes bien que te pasará si se te ocurre tocar a mi hijo!
Apareció en su mano derecha un baculo, color ebano cual noche, con el símbolo del caos en la punta, con la base siendo adornada con un dragón y una serpiente.
—Thanatos: Por supuesto, diosa mía—La diosa al escucharlo rodó los ojos—Lamento recordarle que eso no es infalible, yo sólo vine a facilitarte las cosas.
—Ares: Lo que estás facilitando al venir a aquí ¡Es que te cortemos la cabeza!—Lo amenazó con su lanza.
—Thanatos: No pueden—Rio con burla.—Saben que no pueden.
—¿A dónde se...—Bajó la guardia—¡Ah!
—Thanatos: —Apretó el rostro de la mujer entre su mano—Sabes lo que pasará si lo intentas.
—¡Tu fuiste el que maldijo a mi hijo en primer lugar!—Arañó, golpeó al dios—¡Sino fuera por ti aún estaría con mis hijos!
—Thanatos: —Una sensación de calor sobre su rostro lo desconcertó—¡El alma de Hades es una maldita bendición!—Estaba sangrando—¡Maldita seas!
Continuará...
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Saint Seiya: El Sacrificio de los Dioses
FanfictionEn un universo alternativo, la guerra Santa de Hades contra Atenea servía como una forma de saber cuál dios era más apto para proteger a la tierra... Pero por planes de otros dioses Hades ha reencarnado antes de tiempo en el recién nacido de Marilly...