⏳OCHO⏳

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Cuando huyes del pasado, éste siempre corre tras de ti hasta que te alcanza.

En el pasado Jimin prefirió huir del dolor antes de exigir una explicación a los desastrosos hechos que lo condenaron a la amarga soledad, y diez años después estaba experimentando de nuevo todas las sensaciones que un simple beso provocaba en él.

Las manos apoyadas sobre el respaldo del sofá servían para que no cayera de espaldas. El cuerpo de Yoongi estaba posicionado entre sus piernas, besando sus labios con especial insistencia. Un beso que reflejaba toda la necesidad de sentirse cerca, de transmitir ese arrepentimiento que llevaba diez años torturando al pelinegro.

Yoongi abrió los ojos durante el beso solo para confirmar que no fuera un sueño, y que Jimin estaba tan entregado al beso como él. Cerró los ojos y sintió una de las manos del más joven apretar su camiseta negra de un costado, y esa fue la señal que Yoongi usó para profundizar el beso. Ese que había iniciado como un pequeño beso cargado de sinceras disculpas estaba tomando otro rumbo; uno abrumado de un deseo arrasador que le gritaba a Yoongi que quizá no era buena idea dejarse llevar, pero ya era tarde para escuchar a esa pequeña voz en su cabeza, ya no podía, no después de sentir a Jimin de pie sosteniéndose de los costados de su camiseta y profundizando un beso que posiblemente también él había deseado tanto.

Algo que era innegable, era la atracción que los cuerpos de los dos emanaban. Es como si fueran un par de imanes; atraídos incluso contra su voluntad.

Y cuando Yoongi más disfrutaba de tener rodeado ese cuerpo que tan mal le ponía, una oleada de lucidez llegó a Jimin como una ola gigante de esas que te golpean de repente y te acomodan las ideas.

Eso estaba mal.

—No —detuvo el beso y puso las manos en el pecho del contrario, haciendo leves movimientos para alejarlo—. No, suéltame.

—Jimin, por favor —rogó—, no te niegues a esto que sientes también —puso sus manos sobre las mejillas calientes del menor, dejando pequeños besos sobre sus labios—. Sé que sientes lo mismo, Jimin. Sé que tú tam…

—¡¿Y cuál es tu plan?! —alejó las manos que sentía que le quemaban hasta el alma. Tenerlo cerca también le provocaba dolor—. ¿Qué pretendes con esto? ¿Crees que un beso es capaz de borrar todo el pasado?

—Sé que no, Jiminnie…

—No me llames así —apretó los dientes—. No tienes ningún derecho.

—¿Y él si? —sus celos no hacían buena aparición en esos momentos, pero era inevitable—. ¿Ese imbécil si tiene derecho?

La mirada confusa de Jimin no fue percibida por Yoongi que estaba más cabreado que nunca. Sentía que estaba perdiendo por segunda vez el amor de Jimin y no quería. No podía.

—Cualquiera tiene más derecho que tú —le respondió aún sin saber con exactitud a quien se refería, pensando que quizá lo decía por Richard—. No estás en posición de hacer algún reclamo estúpido.

Cortó la distancia de nuevo con el pelinaranja y lo tomó de las mejillas casi con desesperación.

—Por dios, Jimin —susurró sobre su boca—, solo quiero que entiendas que mi vida sigue perteneciéndote como el primer día… como hace diez años.

—No, suéltame —le dijo empujando sus manos que trataban de acercarlo de nuevo a su cuerpo.

—Jimin, por favor escúchame.

Pero no. Ni los ojos cristalizados de Yoongi ni las súplicas le iban a convencer.

—Aléjate —le susurró. Tallaba las palmas de sus manos sobre sus pantalones, nervioso y sin saber cómo demonios salir de ahí.

—Escúchame, Jimin —insistió—, déjame hablar por favor.

—¡No tienes derecho de hacer esto! —gritó el menor en un cambio abrumador—. No tienes derecho de venir después de todo este tiempo a joder mi existencia, Yoongi —caminó amenazante llevándose consigo el cuerpo del pelinegro—. No tienes derecho de echar a perder todos estos años en los que he trabajado para recuperar mi vida.

—Jimin perdóname por haber sido un maldito imbécil —ver llorar a Jimin de esa manera solo le hacía desear arrancarse las venas una por una—. Perdóname por no saber apreciar lo que tenía contigo pero si tan solo me dejaras explicarte, yo te ju…

—No hay explicación que valga, Yoongi. Yo te vi, los vi en la maldita cama teniendo sexo —limpió con rabia las lágrimas que impedían su vista—. En esa misma en la que me hiciste tantas promesas estúpidas… promesas vacías que olvidaste con solo unos tragos.

Salió de ahí a pasos apresurados, siendo seguido por el pelinegro quien se detuvo en la puerta al ver cómo éste la azotaba al salir. Dio la media vuelta y caminó hasta el sofá, sintiendo de repente que le faltaban hasta las fuerzas para mantenerse de pie. Se tiró sobre éste y apuñó su cabello en un reflejo de desesperación. Mecía su cuerpo de adelante hacia atrás tratando de calmar esa angustia que de repente lo apresaba.

A Yoongi le costaba mucho trabajo expresarse con facilidad, pero con Jimin todo fluía de manera natural, como si fuese su ancla a la tranquilidad. Ahí sobre el sofá y viendo frente a él ese pequeño pastelillo decorado con colores pasteles lloró como hace mucho tiempo no lo hacía. Lloró por el pasado. Lloró por el presente y por las malas decisiones que tomó en aquellos años cuando no pensó que unos tragos que Lee Sooni le ofrecía como símbolo de paz, destruirían la propia que empezaba a envolver su vida.

Dos horas después de haber estado como zombi sobre ese sofá se levantó. Ya no podía orillar a Jimin a experimentar de nuevo todo el dolor que tanto trabajo le costó dejar atrás. Le dolía saber de propias palabras del pelinaranja que su vida había seguido y también era feliz de nuevo, pero no quería irrumpir en esa nube de felicidad. No quería ser el motivo del dolor de su Jiminnie de nuevo.

Empacó las pocas cosas que llevaba en su maleta y la dejó lista justo al lado de la puerta. Tomó su celular y tecleó un mensaje para Hoseok donde le decía que a primera hora saldría hacia su ciudad, sin esperar respuesta bloqueó la pantalla y se fue rumbo al baño.

Como en los viejos tiempos, tomaría la ayuda del alcohol para barrer con el dolor que el rechazo -bien merecido- de Jimin le hacía sentir.

Como en los viejos tiempos, tomaría la ayuda del alcohol para barrer con el dolor que el rechazo -bien merecido- de Jimin le hacía sentir

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El Yoongis se va a curar la gripe con alcohol, que pro.

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora