⏳ TREINTA Y DOS⏳

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Jimin se encontraba revisando la última instalación de un conjunto de lámparas led en uno de los cuartos a los que empezaba a hacerles remodelación cuando un mensaje de Taehyung llegó a su teléfono.

«voy a mostrarte una foto de la futura novia de este guapo»

El pelinaranja sonrió cuando leyó la oración y se dirigió a la puerta de la habitación donde segundos antes revisaba junto al eléctrico encargado de colocar las lámparas. Abrió la puerta y su respiración se quedó atascada en su pecho. Estaba preparado mentalmente, pero desechó esa idea cuando lo vio ahí parado frente a Sooni. Pudo reconocer su rostro enfurecido y lo observó a él y luego a la mujer sin que él le prestara atención realmente. Ni ella tampoco.

—No vas a lograr deshacerte de mi, Min. Firmar ese contrato fue tu sentencia.

—Perdón —dijo Jimin cuando soltó el pomo de la puerta y este hizo un ruido que se sintió ensordecedor en el ambiente.

—No —respondió Yoongi sin verle la cara. Su rostro estaba enfocado en ella—, yo ya me iba.

El pelinegro se dio la vuelta y caminó pero la voz de Sooni le hizo detenerse.

—Si te vas, te juro que te vas a arrepentir.

—Vete a la mierda, Sooni —soltó con desprecio después de darse la vuelta y mirarla a los ojos—. Tú y tu maldito proyecto pueden irse a la mierda.

Se fue y Jimin no supo que hacer; salir de ahí haciendo como que no pasaba nada u ofrecerle algún tipo de consuelo a la mujer, aunque eso último no le agradara en lo absoluto.

—Lo voy a hacer pedazos —aseguró con rabia saliendo en sus palabras, sin importarle una jodida mierda que una persona ajena al asunto estuviera a su lado, viéndola con temor por el odio en sus planes.

—¿Se encuentra bien, señorita Lee? —ella giró su rostro para verlo, fingió una sonrisa y asintió.

—Estoy perfectamente bien —declaró adquiriendo de nuevo esa pose elegante y tranquila—. El que debería de preocuparse es él.

Caminó haciendo sonar sus tacones rojos, dejando a Jimin de pie en el pasillo frente a aquella habitación, con un mundo de preguntas en su cabeza creciendo como una bola de nieve cuesta abajo.

Su teléfono volvió a sonar avisando esa vez de una llamada. Aún un poco descolocado por lo sucedido tomó el aparato en sus manos y respondió sin prestar real atención a quien le llamaba.

—Te estoy esperando, vida mía. ¿Todo bien?

Dejó de ver en dirección a dónde el cuerpo de Yoongi había desaparecido, obligándose a tranquilizar su mente y corazón.

—Estoy yendo, Tae —colgó la llamada y caminó hacia la recepción.

Sus pasos lo guiaban a su destino y cuando pasó frente al área de las mesas donde algunas personas aún tomaban sus alimentos, no evitó ver en dirección a esa mesa donde Lee Sooni permanecía al parecer más tranquila y en compañía de aquellos dos hombres. Yoongi y su amigo ya no estaban.

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Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora