Mucho tiempo atrás.
Jimin estaba feliz. Su cabello negro saltaba rebelde con cada brinco que daba sobre los escalones que lo llevaban a la sala de su hogar, donde su padre veía algún programa de variedades. No se sorprendió cuando él le lanzó una suave advertencia sobre la hora en que debía llegar a casa, solo sonrió y de despidió con un simple ”ajá” como respuesta.
Si destino no estaba muy alejado, caminó con tranquilidad sabiendo que lo esperaban, sonriendo en el camino y sintiéndose afortunado de la vida que tenía, de las personas que le rodeaban y de la pareja que sostenía su mano todos los días.
Cuando faltaban dos cuadras para llegar a esa casa pasó frente a una tienda de esas de servicio las 24 horas. Entró y deambuló por los pasillos pensando en que llevar a la casa de su novio. Sonrió cuando encontró sus gomitas favoritas y después de elegir algunas otra cosas que sirvieran como complemento para esa tarde-noche de películas, salió del lugar con dos bolsas repletas de cosas para comer.
Cuando llegó se detuvo al ver el auto de la madre de Yoongi en la entrada. Esa señora no aprobaba su relación porque sentía que eso desenfocaba a Yoongi de sus obligaciones universitarias, así que se detuvo en la entrada sopesando las posibilidades de que ella le negara la entrada. Se suponía que su novio iba a estar esperando por él en la puerta para que su madre no le hiciera una grosería, pero no estaba. Su mensaje había sido una mentira.
Decidió tocar la puerta, pero antes de que siquiera su dedo tocara la madera, ésta se abrió dejando ver la silueta imponente de la señora. Jimin la observó sin decir una palabra, esperando una de sus típicas negativas para que entrara a ver a Yoongi, pero en cambio se hizo a un lado y le dijo que su hijo estaba en su recámara, que le esperaba y que ella iba de salida a un evento de su esposo que tenía una larga e impecable carrera como médico.
Jimin asintió y vio como la mujer salía y cerraba la puerta. Sonrió por mero reflejo, enajenado con la idea de que posiblemente Yoongi había logrado que aceptara el hecho de que eran una pareja que se amaba con profundidad, después de todo se conocían bastante bien y ambos sabían a dónde querían llevar su relación.
Tenían tantos planes…
El pelinegro miró las escaleras y sonrió. Subió cada escalón con cuidado de no hacer mucho ruido para llegar y darle a su novio la sorpresa de que estaba por fin ahí y que su madre se había portado lo más amable que había sido en todo ese tiempo de conocerse. En una mano sostenía las bolsas que llevaba con snacks, y con la otra se sostenía del barandal de la escalera.
Su corazón latía con prisa como cada vez que iba a ver el rostro de su novio. Solo pensar en sus labios unidos le hacía sentir una marea de sensaciones. Yoongi era para Jimin la primera vez en todo; su primer beso, su primer novio, su primer encuentro intimo… todo lo que rodeaba su historia de amor era puro y limpio.
Subió todos los escalones y suspiró enamorado. Escuchó susurros y arrugó su frente pensando que quizá el señor Min aún estaba por la casa, pero desechó la idea cuando pasó frente a la puerta que sabía era de la recámara del matrimonio. Los ruidos venían de la última puerta al fondo del pasillo, la de su novio.
Cuando su corazón dio un vuelco agitado supo que ya no era por la sensación de amor que se desbordaba de todo su ser cuando se trataba de Yoongi. Se sentía extraño, como con un desconocido peso en su pecho, raro.
Caminó con contrastante lentitud por el pasillo, observando a su alrededor y apretando su mano libre en un puño. La sensación no se iba y solo hacia que sintiera aún más intensa la pesadez en su pecho.
Se detuvo cuando llegó a la puerta de madera achocolatada. Una estampa de un corazón se asomaba sobre la madera, misma que él le había dado a su novio días atrás como símbolo de una promesa sin fecha de vencimiento. Quiso asomarse una sonrisa por su rostro pero el sonido detrás de la puerta le hizo ponerse alerta.
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Después De Ti [Yoonmin]
Fiksi PenggemarJimin huyó a la playa para alejarse del dolor de la traición. Diez años después el causante de su dolor aparece en la puerta de su casa de huéspedes. Diez años es mucho tiempo. ¿Que podría pasar? Octubre/2022