⏳ CUATRO ⏳

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La silueta perfectamente formada de una mujer joven se divisaba por el ancho pasillo. Un colorido pantalón acampanado de delgada tela y una blusa con coloridas flores estampadas le hacían encajar con el ambiente veraniego aunque no estaban en esa época del año.

—Viene hacia acá —dijo Hoseok en un leve susurro.

—Maldita sea —dijo Min, sin apurarse a ocultar o disimular su fastidio por esa mujer.

Lee Sooni era una mujer hermosa que podría tener a cualquiera a sus pies. Era además muy inteligente y era por eso que estaba en el mundo de los negocios, al igual que Yoongi y Hoseok.

Pero la historia de Yoongi y Sooni no era reciente y, eso era algo sumamente desastroso para él, que deseaba con toda el alma borrar de su vida esa maldita etapa.

—Min —se acercó con una sonrisa radiante, mirando al mencionado para luego enfocar su mirada en Hoseok—, Jung. Que bueno verlos.

«Lamento no decir lo mismo», dijo Yoongi muy en su interior. De verdad no soportaba su presencia porque escucharla hablar, era como revivir ese maldito instante en qué todo se jodió.

El instante en qué perdió al amor de su vida.

—Te veo adentro, Hoseok —Yoongi avanzó tres pasos cuando la voz de la mujer le hizo detenerse.

—Tu y yo nos vamos a estar viendo muy seguido, Yoonie —habló con suficiencia, estando muy segura de sus palabras—, deberíamos limar asperezas y llevar una buena relación por el futuro —para ese entonces Yoongi ya la veía fijamente, con cero amabilidad o ganas de llevar una relación cordial con ella. De hecho ni siquiera quería verle la cara. La mujer sonrió al ver la mueca de ira en el bonito rostro del pelinegro—. Vamos Yoonie, tu sabes que a ambos nos conviene.

Una onda de calor subió por todo el cuerpo de Yoongi, y no era por una excitante causa, sino todo lo contrario. La rabia estaba carcomiéndole cada centímetro de razón y no dudaba ni un poquito de ser capaz de hacer un escándalo solo para que la ridícula mujer que tenía en frente, se callara de una buena vez.

—Deja de llamarme así, maldita sea —su voz no fue tan fuerte como hubiera querido, pero si estuvo cargada de toda la rabia que su alma albergaba en esos momentos—. No tienes ningún derecho de hacerlo.

Hoseok miraba todo con desconcierto, solo estando al pendiente de que las cosas no se salieran de control y rogando para que se detuvieran de una vez.

—Vamos, Yoongi —puso la mano en el hombro de su amigo buscando llevarlo de regreso a cualquier lugar, para que tomara un poco de aire y regresara a sus cabales—, no caigas en provocaciones.

—Claro, solo el estúpido niño aquel tenía el derecho de llamarte así, ¿cierto? —la mujer colocó su dedo índice en la barbilla—. ¿Cómo es que se llamaba?

—No es asunto tuyo —gruñó Yoongi.

—Ya ha pasado mucho tiempo, Yoongi. Supera el pasado, seguramente ese debilucho ya debe estar con alguien más —lanzó una sonrisa maliciosa—. Te encontró reemplazo.

Yoongi se dio la media vuelta y salió con Hoseok detrás de él. Se sentía sofocado y realmente afectado por las palabras de esa víbora, y sobre todo por esa última frase: te encontró reemplazo.

Quizá así era. Ese imbécil de sonrisa rectangular como de comercial estaba muy cerca de su Jimin. Demasiada confianza había ahí y para Yoongi no era nada agradable de ver.

—Oye…

—La odio —interrumpió el pelinegro—, te juro que la odio con todo mi ser, Jung.

—Hermano ha pasado mucho tiempo, no pue…

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora