Después De Ti [Yoonmin]

⏳ VEINTIOCHO ⏳

Min abrió la puerta del ya conocido consultorio, inhaló profundo tratando de calmar la ola de nervios que empezaba a extenderse por todo su cuerpo y avanzó hasta donde estaba una joven atendiendo el teléfono.

—Hola…

—Señor Min, lindo día, la doctora Sung lo está esperando, avance por favor.

Sonrió por inercia a la chica que ya conocía de hace mucho tiempo. Eran años de visitas, ese consultorio guardaba cientos de horas acumuladas de llantos, crisis, episodios de ira… una etapa dolorosa que de alguna manera estaba obligándolo a volver.

Caminó hasta la puerta que lo separaba del pequeño cuarto privado y tomó el picaporte de la puerta en sus manos, respirando profundamente y obligándose a tranquilizar esa sensación de nerviosismo. Tocó dos veces y entró cuando la conocida voz femenina le indicó el pase.

—Min Yoongi —le llamó la mujer. Él avanzó hasta tomar asiendo frente a la doctora. La mujer se quitó los anteojos y suspiró—. Me alegra verte pero no en estas circunstancias. ¿Qué pasó?

La doctora Sung Ji-Sun conocía a Yoongi de muchos años atrás, cuando su depresión y ansiedad lo llevaron a buscar ayuda profesional por mandato de sus padres al ver que realmente estaba dejándose vencer por la ausencia de Jimin. Eran más que médico-paciente; con el paso de los años cruzaron ese límite y convirtieron su relación en una genuina amistad.

—Lo vi —soltó el pelinegro. Su semblante era serio, como si hubiera hecho algo indebido—. Yo… yo no hice nada para lograrlo… me resigné a seguir adelante y simplemente apareció frente a mis ojos un día.

—¿Apareció? —el semblante curioso de la terapeuta analizó al pelinegro.

—Si —titubeó un poco—… es decir, fui yo el que apareció de repente pero todo fue casualidad —se defendió—, yo jamás imaginé que podía estar ahí.

—¿Cómo fue? ¿Cómo te sentiste al tener la presencia de Jimin frente a ti?

Yoongi dudó un poco de su respuesta. Podía decir todo lo que su cuerpo y mente experimentó cuando vio el rostro adulto de quien era aún el amor de su vida, pero no encontró palabras que lograran explicar con cercana certeza todo lo que cruzó por su mente y corazón aquella noche.

Solo pudo constatar una sola cosa; lo amaba todavía.

—No sé cómo explicar lo que sentí —dijo después de unos segundos—, todo fue tan repentino que no pude decir nada. Él fue tan diferente de como lo recordaba que su forma de actuar me dejó sorprendido. Es muy distinto y al mismo tiempo sigue siendo el mismo.

La mujer asintió mientras anotaba cosas en su libreta. Yoongi la observó, resultándole una escena tan familiar que lo remontaba a años atrás. El dolor era menor pero no dejaba de estar ahí.

—Me comentaste la razón por la que volviste a las sesiones —ella alzó la vista para observar a Min asentir con pesadez—. Cuéntame sobre eso, por favor.

—No lo sé… yo me sentía bien, quería lograr que me escuchara; que supiera la verdad de todo lo que pasó pero… todo se salió de control cuando él se alteró y yo de alguna forma también. Empecé a sentirme mal, esas sensaciones regresaron a mi de golpe y de repente estaba en el piso con la mano sobre el pecho. Fue tan desagradable sentirme así de nuevo que pensé que iba a morir.

—Bien, Yoongi, es importante que tengas en cuenta todo lo que ya sabemos sobre los ataques que sueles padecer —la mujer vio fugazmente la hoja en la que había registrado la información que su paciente recién le daba y alzó la vista de inmediato—. Te seré sincera, y esto es desde mi perspectiva como amiga y no como terapeuta —informó ella—, pero no creí que el destino quisiera que sus caminos se cruzaran de nuevo. Han pasado muchos años.