El reloj marcaba las nueve de la mañana. En momentos como esos, Jimin le daba toda la importancia del mundo a las sugerencias de Taehyung sobre tener a alguien que cubra sus obligaciones dentro de la villa como encargado.
—Vamos, Chocho. Aquí está tu comida —el minino corrió emocionado al escuchar el sonido del plato con el contenido de la bolsa de su comida—. Eso es —dijo pasando la mano sobre el pelaje del gatito—, come todo, precioso.
Jimin había pasado una mala noche.
Muy, muy mala.
Después del acontecimiento del baño pensó en huir a la soledad de su habitación para llorar como adolescente recién herido, así como lo hizo diez años atrás, pero en su lugar fue hacia donde sus amigos estaban y bebió un poco más, buscando que el alcohol barriera con el sabor amargo que le dejaba el comprobar que Yoongi aún movía fibras sensibles en su interior. También bailó con Richard y Taehyung quien era acompañado de una rubia de rostro angelical que insistió mucho para presentarle a su amiga porque, según ella, era el tipo ideal de aquella Rachel a la que gracias al cielo no conoció.
Cuando salieron del bar eran casi las tres de la madrugada y Jimin sabía que levantarse al día siguiente sería una verdadera pesadilla, y más aún teniendo que despertar a su amigo quien tenía una cita sobre su trabajo como fotógrafo.
—No sé porqué Tae quiso salir a festejar anoche si sabía que hoy debía asistir a una reunión sobre su trabajo —susurró el pelinaranja. Observaba como su fiel mascota engullía con especial gusto la comida. Llevó su taza de café cargado a la boca y suspiró por el sabor que tanto le gustaba saborear por las mañanas—. Tae no va a madurar nunca, ¿verdad Chocho?
No sabía que hacer.
En ese punto de su vida no quería sentirse traicionado de nuevo, y era ese precisamente el motivo por el que aún se conservaba soltero y sin ningún compromiso que le pusiera en riesgo de sufrir una decepción de nuevo.
Ya no quería llorar por alguien como Min Yoongi.
Porque después de diez años y luego de un beso que disfrutó más de lo que quería aceptar, había llorado de nuevo y también, nuevamente por su causa.
Era estúpidamente ridículo, así se sentía, pero no podía hacer nada a menos que tuviera el valor de abrirse el pecho y sacarse el corazón para botarlo a algún bote de basura.
Miró nuevamente la hora y tomó su teléfono para marcar un número ya muy conocido.
—Vamos, despierta —susurró con voz quedita, escuchando esos pitidos anunciantes de la llamada—. Llegarás tarde.
—¿Si? —respondió la voz ronca por el móvil.
—Buenos días, joven Kim. Le llamo del Fashion Show Estudio para recordarle de la cita que tiene en quince minutos, ¿está por llegar? —la aparente voz tranquila de Jimin hizo a Tae imposible el reconocerla, además de que estaba más dormido que despierto.
—Santa mierda, la reunión —su voz se agitó y Jimin supo que su amigo seguramente estaría buscando algún atuendo en medio del caos que su adormilada cabeza no lograba asimilar—. ¡Voy a llegar tarde! Tarde a mi primera reunión de trabajo —dijo en medio de la frustración. Jimin se echó a reír y fue ahí donde Taehyung reaccionó—. ¡Dios eres un grandísimo imbécil! —le grito su amigo.
—Oye no insultes a diosito o te va a castigar —dijo aún en medio de carcajadas.
—Si querías que despertara lo lograste —refunfuñó—, y no de la mejor manera, ¿eh?
La cita en realidad era por la tarde y solo iban a tratar temas relacionados a las sesiones fotográficas, como los horarios y los lugares que servirían como locación. El castaño tenía ya una idea del concepto pero aún faltaban temas por pulir, y para eso era la improvisada reunión.
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Después De Ti [Yoonmin]
FanficJimin huyó a la playa para alejarse del dolor de la traición. Diez años después el causante de su dolor aparece en la puerta de su casa de huéspedes. Diez años es mucho tiempo. ¿Que podría pasar? Octubre/2022