⏳ VEINTISÉIS ⏳

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Jimin se levantó temprano como cada día. Los lunes no eran un mal día para él como para muchos, le gustaba tanto su trabajo que disfrutaba cada día sin poner atención en si era fin de semana o no.

Cuando salió de la ducha Chocho lo recibió con un maullido sonoro que indicaba que estaba hambriento. Jimin caminó hasta la cocina siendo seguido por el minino, tallándose ocasionalmente entre sus piernas en un gesto amoroso.

—Cómelo todo, ¿si?

Un maullido fue su respuesta y el pelinaranja caminó de regreso a su habitación para terminar de alistarse. Después de media hora Nina le dio la bienvenida en la recepción, estando tan feliz como siempre y tarareando alguna canción.

Cuando el reloj marcó las 9:00 am vio como las mesitas del patio se llenaban con sus huéspedes buscando disfrutar el desayuno de ese día. El olor a café inundó sus fosas nasales y sonrió feliz. El aroma al café recién hecho le recordaba mucho a su abuelo. Miró hacia el cielo azul por los cristales de la puerta y volvió a sonreír pensando en lo feliz que ese anciano sabiondo debía estar por él.

—Jefe, ¿quieres café? —Jimin alzó la vista y ajustó sus anteojos redondos. Sonrió al ver a Nina sosteniendo una taza azul y asintió—. Gracias, ¿alguna novedad? —escuchó el sonoro suspiro de la chica.

—Jungkook me invitó a cenar, jefe —reposaba sus codos sobre el mueble viendo a Jimin detrás de este, con la barbilla sobre sus palmas.

—Eso es bueno, ¿no? —el pelinaranja dio un sorbo a su café. Esos dos estaban tardándose. Ya debían ser novios.

—Bueno será si me pide que seamos novios —dijo ella, como si pudiera leer la mente del otro—. Si no lo hace él, definitivamente lo haré yo.

—Definitivamente serás tú la que lo haga —Jimin río y Nina hizo una mueca dramática.

—Pero yo quiero que él me haga la propuesta —se lamentó—, aconséjale, jefe. Tu eres guapo y debes saber mucho de estas cosas.

—No, no. Yo tengo muy poca experiencia en cosas del amor —reveló ante la mueca inconforme de su ayudante—, además no debemos presionarlo. Él lo hará a su manera, Nina, solo tienes que ser paciente.

—¿Y si alguien más llega a su vida y se olvida de mi?

—No pienses eso. Yo sé cuánto te quiere, solo debes confiar —la chica asintió con una sonrisa resignada.

Jimin estaba feliz por Jungkook y Nina. Confiaba en que serían una linda pareja en el futuro y sabrían llevar el peso de una relación amorosa siendo compañeros de trabajo. De alguna forma ambas personalidades se complementaban; Nina era una chica expresiva, atenta, risueña, energética a medidas abismales, muy entregada a las cosas que le gustan y Jungkook era un poco introvertido pero la chica sabía hacerle salir de su burbuja.

—¡Hola, hermosas criaturas!

Taehyung siempre hacia entradas escandalosas. A Jimin le causaba gracia verlo siempre llamarlos de algún modo cariñoso, siendo tan espontáneo y carismático.

—Hola, Tae —Jimin le sonrió y Nina también haciendo solo un saludo con la cabeza.

—Ven conmigo —le pidió el fotógrafo—, tenemos cosas que hablar —el pelinaranja lo vio con ese inusual gesto serio en el rostro y se sintió nervioso de repente. No recordaba que era aquello que debían hablar. ¿Lo había olvidado?

—¿Hablar? —preguntó con gesto confundido. Taehyung río divertido al ver sus cejas juntas mostrando no entender nada.

—Claro, tenemos un chisme pendiente, ¿recuerdas?

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora