⏳DIEZ⏳

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Los planes de Yoongi eran otros, pero como si la vida se encargara de hacerlo sentir ridículo, cuando menos lo pensó se encontraba sentado sintiendo la fresca brisa que le otorgaba el paisaje que recordaba detestar tanto.

—Quiero ir a la playa.

—Puedo llevarte a dónde quieras, menos a la playa —rio por como el menor de cabello negro arrugó la nariz en un gesto de incomodidad—. Oye, no me veas así —tomó a Jimin de las mejillas—, sabes que no me gusta la playa.

—No te gusta nada que tenga que ver con el agua —respondió Jimin con un tono burlón. Sabía de la aversión del mayor por el agua y la molesta arena—, y para que veas que soy consiente de eso, te dejaré elegir el destino de nuestro próximo viaje corto.

Cuando la película de recuerdos en su cabeza finalizó sintió las lágrimas resbalando por sus mejillas. Le dolía tanto dejar a Jimin en paz, pero no podía ser egoísta; su deber era alejarse de una vez por todas.

Tomó un puñado de arena que dejó ir entre sus dedos, observando como la misma se iba con el soplar del viento, sin poder evitar comparar la situación con su oportunidad de tener a Jimin cerca de nuevo.

—Te me estás yendo como la arena entre los dedos, Jimin. ¿Qué hago para que creas en mi y mis sentimientos?

Estaba seguro de una cosa, y eso era que no podía hacer nada porque el rencor de Jimin era demasiado y había crecido con el paso de los años.

Lo peor de todo, es que él entendía ese rechazo.

Y lo merecía.



[…]



Las luces neón de la puerta del bar le saludaban brillantes ante su triste y adolorida mirada. A su alrededor había muchas personas riendo y disfrutando de una noche acompañada de alcohol y baile, pero él solo deseaba ahogar sus penas en ese líquido que te hacía olvidar las penas por unas horas o en su defecto, te hacía recordarlas sintiendo el dolor más vivo todavía.

Entró al interior y de inmediato sintió esa combinación de aromas de los perfumes de las personas a su alrededor, una combinación no tan agradable a su sensible nariz que empezó a picar levemente.

—¿Qué te ofrezco?

—Una cerveza —suspiró y se sentó en el taburete. En cuanto la botella le fue servida la tomó en solo dos tragos.

Giró su cuerpo aún sobre el asiento, observando a la gente a su alrededor y deseando poder sentir eso que aquellos que bailaban y bebían reflejaban en sus rostros.

Muchas veces en el pasado se preguntó si en algún momento Jimin volvería a su vida, y deseó con toda su alma tenerlo frente a él para poder decirle todo aquello que no pudo cuando desapareció de su vida en un abrir y cerrar de ojos.

Pero las cosas a veces no pasan como uno lo espera, y era algo que Yoongi no podía controlar.

Cuando tuvo a Jimin frente a sus ojos todo aquello que deseó decirle se esfumó de su cerebro como el humo de un cigarrillo con un leve soplido. Fue tanto su asombro por haberlo encontrado sin esperarlo que no se dio la oportunidad de reaccionar como hubiese deseado. Habría querido explicar muchas cosas que en el pasado no pudo, pero después el terror le invadió cuando vio que Jimin no era nada de lo que dulcemente recordaba, y le dolía todavía más saberse el culpable de esa sombra en la mirada del amor de su vida.

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora