Después De Ti [Yoonmin]

⏳ CINCUENTA Y CUATRO ⏳

Jimin escuchó con absoluta calma todo lo que Yoongi pudo contarle de aquellos años. No quiso forzarlo a contar más cuando este se quedó en silencio, con el rostro afligido por los recuerdos, en cambio, se giró sobre la cama para abrazarlo por el torso y hacerle saber que todo estaba bien ahora.

—Sentía que estaba volviéndome loco —recordó Yoongi con tristeza. Escalofríos lo recorrieron entero de solo recordar la sensación de angustia interminable de aquellos días—. Fue algo tan horrible no verte así, tan de repente…

—Yo tampoco la pasé bien —reconoció Jimin aún abrazado a su cuerpo.

—Yo lo sé —aceptó Yoongi dejando una caricia sobre su mano que descansaba sobre su estómago—. Si yo la pasé mal, tu debiste haberlo pasado mil veces peor, y no sabes cuánto me arrepiento de cada acción tomada por mi ese día.

Si, debió haber sido difícil. Jimin pensaba en todo lo que sintió al haberse ido teniendo una idea errónea de todo lo que había pasado ese día. Se fue pensando que Yoongi no le amaba, que había buscado a Sooni por no ser suficiente para merecer su amor y lealtad, así como esa mujer se lo advirtió muchas veces; que cuando se cansara de fingir amarlo, iba a recurrir a ella.

El sufrimiento que atravesó aquellos días fue tan infernal como todo lo que Yoongi vivió. Cada uno sufrió por su lado los estragos de un rompimiento inesperado; Jimin por no pedir explicaciones y Yoongi por no ver el peligro que representaba esa mujer.

—Ahora, con todo más claro, me he dado cuenta que si hubiera reaccionado de una forma distinta ante todo eso quizá las cosas habrían sido un poco diferentes.

Yoongi apretó suavemente la mano de Jimin, la guió hasta su boca para dejar un casto beso sobre ella, una caricia repleta de la ternura que su pensamiento le otorgaba. Jimin sintió su corazón hacerse pequeño dentro suyo, emocionado y atolondrado por la tormenta emocional que lo sumergía en una bruma de un viejo amor renaciendo.

—No tienes porqué sentirte responsable por algo que simplemente debía suceder así —escuchó decir al pelinegro—. Así estaba escrito, Jimin. Ni tu ni yo podíamos evitar algo que estaba destinado a suceder. Sufrimos los dos sin ser consientes de lo que el otro estaba pasando, pero lo bueno de todo esto es que al final y después de tanto tiempo, podemos hoy estar aquí, hablando sobre ello y sintiéndonos en paz.

Jimin se apretó más al cuerpo de Yoongi en busca de consuelo. Repentinamente se sentía culpable de todo y la sensación no le agradaba en lo más mínimo. Los pensamientos le llevaron a pensar en las miles de posibilidades, los miles de escenarios posibles que al final, por su decisión, no pudieron ser reales.

¿Qué habría pasado si hubiera enfrentado a Lee Sooni aquella ocasión? ¿Habría sido distinto? ¿Se habría ido de todos modos?

Eran preguntas que se hacía desde que Yoongi reapareció en su vida, pero no había alguna respuesta posible.

—Todo va a estar mejor, ¿verdad?

Yoongi murmuró una respuesta positiva, el cerró los ojos y se dejó arrastrar por el sueño que nuevamente le hacía sentir pesados los parpado.