⏳NUEVE⏳

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Jimin odiaba su debilidad.

Cuando salió del cuarto de Yoongi fue directamente hacia su casa, ahogando el llanto que amenazaba con salir de manera desgarradora, porque esa era la palabra que describía el estado de su alma; desgarrada.

Desgarrada de nuevo.

Entró a su hogar y cerró la puerta bajo llave. No tenía las intenciones de ser molestado por algún asunto de la casa de huéspedes y agradecía infinitamente que Taehyung estuviera en su viaje de trabajo porque no se sentía capaz de explicarle los motivos de su deplorable estado de ánimo.

Estaba sobre el piso, recargado detrás de la puerta, con ambas manos sobre su boca porque no quería ser escuchado. Le dolía el pecho y el alma entera.

Minutos después, cuando logró calmar el llanto y la sensación de ahogamiento en su garganta, se dio una ducha rápida para ir hasta la recepción. Sus obligaciones no le daban tregua ni tiempo para tirarse sobre la cama a llorar por un amor como cuando era adolescente.

Miró su reflejo en el espejo y aunque lo rojo en sus ojos le delataba, poco le importaba ya. Lo único que necesitaba era algo que le ayudara a despejar su mente, y el trabajo era lo mejor para eso.

Tomó el pomo de la puerta y antes de salir soltó el aire retenido y puso esa sonrisa deslumbrante que enmascaraba todo el dolor que llevaba guardado y dejaba salir solo en las noches, cuando el pasado le ahogaba y no existía mejor forma de liberarse más que llorando en las madrugadas.

Era como llevar una doble vida y una máscara.

Caminó con calma hacia la recepción, como si no acabara de tener una lucha interna de él contra los sentimientos del pasado que lo asfixiaban en momentos.

—Hola —dio un ligero salto al escuchar la voz de la chica salir de la nada.

—Hola —respondió con una mueca de mero susto—. Perdón, venía distraído.

La chica, que tenía poco de haber llegado, le sonrió como esa vez que llegó. Era linda, pero Jimin sentía que sus sonrisas llevaban un mensaje oculto que él no estaba dispuesto a descifrar.

—Siento haberte asustado. Quería preguntarte algo, si no te molesta.

El pelinaranja asintió mientras la joven de cabello negro caminaba a su lado.

—Claro, ¿qué necesitas?

—Una librería —respondió con simpleza. La sonrisa jamás abandonaba su rostro y Jimin se preguntó si él daba esa misma sensación al llevar una sonrisa siempre, solo que en su caso, a veces era solo una ilusión—. Necesito algo para leer antes de dormir. Éste es un dato que quizá no necesites saber pero aún así voy a decir —Jimin sonrió por la frescura en su forma de expresarse—, y es que no puedo dormir si no leo algo antes. Puede que sea solo costumbre pero es más fuerte que yo.

—Bueno —habló el pelinaranja—, puede que éste también sea un dato que no necesites saber pero me pasa exactamente igual.

—¿De verdad?

—De verdad —acomodó sus anteojos redondos y siguió—, y puedo recomendarte mi librería favorita, pero tengo una solución más rápida ya que el lugar está algo alejado y tendrías que tomar al menos dos autobuses o en su defecto un taxi.

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora