Adriana
Bryan, el celador, me llevó de vuelta a la habitación cuando terminó la resonancia y al llegar a la puerta me encontré al grupo. No me dio tiempo a reaccionar porque al segundo tuve a las chicas sobre mí. Bryan les llamó la atención pidiéndoles que tuvieran cuidado y retrocedieron. Jayden se ofreció a acostarme en la cama, me acomodó y Adri empezó a gritar, Mia la siguió con preguntas realmente graciosas y Sophie no dejó de mostrar lo descontenta que estaba con el cuarto que me habían asignado. No me di cuenta de lo que había a mi alrededor hasta que se calmaron. Todo estaba decorado con flores, globos, peluches y alguna que otra carta. Se habían esforzado demasiado para hacerme feliz y eso que yo ya lo era nada más con tenerlos a ellos junto a mí. Los chicos salieron de la habitación para dejarnos un poco de privacidad y así ponernos al día y nada más cerrar la puerta las chicas pidieron que les dijera cuantos enfermeros buenos había.
-A ver, buenos están todos sino no estarían trabajando. -Bromeé.
-Veo que tu sentido del humor no se a esfumado... Me refiero a si son guapos o no. ¿Hay algún enfermero guapo? -Enfatizó Sophie.
-Hace un día que he despertado, no me ha dado tiempo a analizarlos. Lo que sí te puedo decir es que son muy simpáticos.
-Esa es la manera mas sutil de decir que son feos. -Me eché a reír.
Estuvieron contándome los chismorreos del colegio, los ligues nuevos de cada una, la relación que tenía Olivia con Bran y lo mucho que me habían echado de menos. No había pasado mucho tiempo en el Senior pero sinceramente no lo extrañaba ni un poquito.
-¿Y esas cartas de ahí? -pregunté por curiosidad cuando volví a verlas.
-Algunas son de los alumnos que te adoran por haber conseguido salir con Jay, unas son de los profesores y otras son nuestras. Hemos ido escribiendo las cosas que han pasado por si se nos olvidaba contarte algo. Ah también hay una de Ethan. -Las cogió Olivia para dármelas, las miré un poco por encima y le pedí que las dejara bajo la almohada. Me dolía bastante el cuerpo cada vez que hacía algún movimiento.
-¿Y Et? -le pregunté cayendo en que no lo había visto. Jay entró y se quedó mirando a la nada por un momento.
-Él no ha podido venir, pero tiene muchas ganas de verte. -Me explicó.
Me decepcionó un poco que no estuviese allí pero lo entendía. No debía hacerle mucha ilusión ver a Jay y menos si este no hacía mas que provocarle cada vez que se encontraban. Yo lo quería mucho, había estado siempre para mí y aunque no hubiera sido por los motivos que yo pensaba, no podía guardarle rencor. Nadie podía elegir de quien se enamoraba, aunque yo seguía pensando que lo que él sentía por mí no era amor, sino cariño. Teníamos una amistad muy bonita y no quería que se terminara por una tontería como esa.
El doctor Robinson se presentó en la habitación y al ver la que había montada allí, se enfadó, o eso hizo creer. Les hizo pasar un mal rato a mis amigas y yo me lo pasé en grande viendo sus caras. Finalmente llegó a un acuerdo con ellas y explicó el motivo de su visita. Al parecer tenía que hacer rehabilitación, no sabía porque, pero eso había dicho porque me presentó a la persona que sería mi fisioterapeuta, y "fisioterapeuta" era un profesional que se encargaba de tratar el dolor, de darte una pauta con ejercicios, masajes y algunas cosas más. O algo así. Cuando el chico, (porque era un chico, diría que de la edad de Jay mas o menos), entró en la habitación, todos se quedaron callados, todos menos él que me tendió la mano a modo de saludo. Era guapo, muy, muy guapo, y mis amigas se habían dado cuenta, porque nada más verlo se les puso cara de tonta e incluso se sonrojaron, pero no dijeron nada. Normal, sus rostros hablaban por ellas. Escuché carraspear al creído que tenía por novio y se acercó a él llamando su atención. Le hizo una pregunta de lo mas innecesaria y Dean, mi fisio, se encargó de ponerlo en su lugar. El primero no perdió oportunidad en presentarse, diciendo quien era él y esperando que tuviera cuidado conmigo. Sabía que no lo decía porque se preocupara de que me hiciera daño en las sesiones, sino como advertencia para que no se propasase conmigo o para decirlo de buena manera, que no se acercara a mí a parte de lo estrictamente necesario. Y mi futuro mejor amigo Blaster, lo volvió a dejar en su sitio diciéndole que me cuidaría como a su novia. Decía lo de mejor amigo porque claramente si era capaz de vacilar a Jay, se ganaba automáticamente ese puesto. Alguien tenía que bajar de ese pedestal en el que se tenía el señorito Fischer. Los chicos se fueron al cabo de un rato, cuando llegaron a por mí para llevarme a hacer varias pruebas más. Mi día se basó básicamente en eso, pruebas y más pruebas, muy divertido todo...
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Quiero Besarte
أدب المراهقينSegundo libro de la bilogía 💋Pídemelo💋 Tras el accidente nada volverá a ser igual... Habrá secretos que saldrán a la luz, mentiras, dolor y traición. ¿Podrán vivir su amor como siempre han querido o algo volverá a interponerse entre ellos?