Adriana
El reloj se paró durante un tiempo que a mi se me antojó eterno, cuando nuestras miradas se cruzaron. Su mano no soltaba la mía y nuestros ojos no dejaron de observarse ni para permitir que las pestañas se movieran. Estaba allí, como había prometido. Y tenía toda la atención en mi. Su pelo estaba ligeramente peinado, dándole un aire formal y el esmoquin (casual e irónicamente) del mismo color que mi vestido, hacía destacar su cuerpo definidamente... Sexi. Esos pensamientos no debía seguir teniéndolos, pero era inevitable. Al fin y al cabo era humana.
-Estás preciosa. -Su voz le hizo cosquillas a mi oreja cuando me acercó hacia él para darme un beso. En la mejilla.
-Tú también estás, -tragué saliva- estás muy guapo. -Conseguí decir, no sin ponerme colorada. Esperaba que el maquillaje realmente lo ocultase. Un carraspeo llegó a mi oído izquierdo y lo seguí.
-No quisiera interrumpir este momento tan bonito. Pero es la hora de entrar y yo no puedo perder ni un segundo más aquí. Debo prepararme para cuando me nombren. -Nos informó Sophie. Jay no pareció escucharla porque no apartó la vista de mi.
Caminamos hacia dentro, cada uno con sus respectivas parejas (Dean con Soph, hasta que se fuera con el rey de esa noche) y antes de rebasar el umbral de la puerta, Jayden se detuvo, cogió la cajita que llevaba en mis manos y posó una rodilla en el suelo.
-¿Qué haces? ¡Te vas a ensuciar! -Sacó la tiara.
-¿Me permite el honor de llevarla al baile? -Preguntó con una sonrisa ingenua. Asentí con el rubor de mis mejillas en un tono seguramente similar al tomate. Acomodó la diadema con cuidado de no despeinarme y se levantó. Acarició ligeramente uno de mis carrillos (probablemente ya se habría dado cuenta del color que habían obtenido) y me tendió su brazo.
Los pasillos de la escuela seguían llenos de carteles colgados con las imágenes de las candidatas a reina del baile. Las taquillas decoradas por los alumnos, con pegatinas, lucían ahora con un añadido. Grafitis y garabatos parecidos mas bien, a los de un niño de cinco años. Esa obra de arte (como ellos la llamaban) la habían realizado el último día de clase, cuando el timbre dio por finalizada la temporada estudiantil. No creo que los profesores se tomaran muy bien ese acto, sin embargo, sabían que eso significaba que pronto perderían a los más problemáticos de vista y lo más importante. Llegaban las vacaciones. El gimnasio estaba irreconocible. Al fondo del todo se levantaba un escenario decorado con globos, un cartel con nuestra promoción y con dos sillones que serían para los reyes de la noche. Cerca del micrófono se apreciaba una caja de cristal que contenía una tiara y una corona. En el lado de la entrada, a la derecha, un photocall con mogollón de cosas para posar. Los alumnos pasaban por él nada más entrar y nosotros no fuimos menos. Esas fotos quedarían para el recuerdo. Todas las parejas se tomaron una, incluida Jayden y yo, y después nos tomamos una grupal. Casi todo el grupo al completo. Pensaba hacer una copia para llevármela cuando me fuera. En el lado de las gradas había mesas montadas con comida de todo tipo y a su lado, una exclusiva para las bebidas. El único alcohol que "habría" por el momento, era el del ponche y ese debía llevar mucho pues los encargados de prepararlo habían sido dos de nuestra clase. En el centro había un gran espacio para bailar y cada vez eran más los que se unían a la pista bailando los temas que el dj pinchaba. El director se subió al escenario provocando un ruido estridente con el dedo sobre el micrófono y pidió un poco de silencio.
-Bien. ¡Buenas noches, queridos estudiantes de último curso! Como ya sabéis hoy estamos aquí por y para vosotros. Ha sido un año lleno de aventuras, miedo y dolores de cabeza (para los profesores). Pero aquí estáis, celebrando una etapa que acaba de finalizar. Os habéis esforzado mucho para llegar hasta aquí y os deseo un gran futuro. -Todos aplaudieron interrumpiéndolo para que dejara de hablar-. Vale, ya os dejo a vuestra bola. Pero antes, vamos a nombrar al rey y la reina de este año. Debo decir que ha estado reñido, algunos habéis puesto el listón muy alto. -Las tres le deseábamos la mayor suerte a nuestra amiga, quien estaba a punto de morderse las uñas-. Y sin más dilación, redoble por favor, el rey la reina del baile son: -Se hizo el silencio de verdad- Tyler Moon y Sophie Evans.
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Quiero Besarte
Teen FictionSegundo libro de la bilogía 💋Pídemelo💋 Tras el accidente nada volverá a ser igual... Habrá secretos que saldrán a la luz, mentiras, dolor y traición. ¿Podrán vivir su amor como siempre han querido o algo volverá a interponerse entre ellos?