Capítulo 16

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Adriana

Me hizo un gesto con la mano para que esperara y apareció por la puerta poco después con el rostro lleno de confusión. 

-¿Qué hora es? -Preguntó para ella, mirando el reloj-. ¡Son las seis y cuarto! ¿Qué haces aquí, no tendrías que estar con Jay? -Negué y las ganas de llorar que había reprimido, se intensificaron.

-Él... -Traté de hablar.

-¿Qué pasa, Adri? -Me levantó la barbilla para mirarme-. ¿Por qué estás llorando?

-No lo hago... -Se me había nublado la vista con el agua que había empezado a descender de mis ojos.

-Sí lo haces. ¿Qué pasa? ¿Dónde está Jay?

-Se ha... Se ha ido.

-¿A dónde?

-A Sacramento... Sin mí. -Un sollozo salió de mi boca.

-Entra en casa. -Me agarró de la mano y caminó conmigo dentro.

No quería llorar, ¿por qué tenía que ser tan débil? No me merecía las mentiras que él me había dicho, porque lo eran... Mentiras igual de grandes que el Burj Khalifa. Olivia se sentó con la espalda apoyada en el cabecero de la cama y señaló el lado vacío para que hiciera lo mismo. Casi me arrastré hasta allí.

-Cuéntamelo todo. -Hice lo que me pidió y le conté lo que había pasado. Se quedó atónita-. ¿Estás segura de que no ha sido un sueño? -Sé que no bromeaba y lo preguntaba porque realmente no le entraba en la cabeza que eso fuese posible. Ya éramos dos.

-¿Me ves con cara de que haya sido un sueño?

-No, por eso mismo estoy alucinando. ¿Cómo puede ser que te haya dejado aquí con la que está cayendo?

-No pero espera, porque hay más.

-¿Más? -Asentí.

-Ha contratado una niñera para que me cuide.

-¿Una niñera?

-Bueno, un vigilante.

-¿Qué cojones se le ha pasado por la cabeza? El que debería estar a tu lado es él, no un segurata que a saber si es un psicópata. No sé, Adri, no me lo creo. Ahí debe haber algo, lo conocemos y sabemos que no es así.

-Eso mismo pienso yo y la razón más coherente es que ha conocido a alguien. Puede que se sintiera mal por lo del accidente y que por eso no haya sido capaz de dejarme. Esto es su salida para librarse de mí. Que podría entenderlo, porque eso le puede pasar a cualquiera, pero no lo voy a hacer, no hasta que no me de una explicación.

-No, eso no me cuadra. Él está enamorado de tí, Adri, no tiene ojos para nadie más, te lo aseguro.

-No...

-Voy a hablar con Bran, seguro que él sabe algo.

-No, no lo hagas... -Dudó y aunque traté de convencerla para que no lo hiciera, sabía que lo haría.

-¿Y qué vas a hacer ahora? -Esa fue una muy buena pregunta.

-Voy a volver a las clases, iré al hospital para ver si Dean puede seguir tratándome y... -Ya no sabía que más podía hacer.

-Poco a poco, tienes la oportunidad de no ir a clase si ves que no estás preparada... -La corté.

-Lo estoy. No quiero quedarme en casa lamentándome por esto. -En cuanto estuviera sola, lo haría...

Volví a casa cuando estuve más serena. Busqué a mi madre para decirle que al final no me iba, pero ya no estaba en casa. Cogí mi móvil de la mesita de noche, donde lo había dejado antes de salir y revisé los mensajes, mamá me había escrito. Preguntaba porque no me había despedido y me deseaba un feliz viaje. Feliz sería para él, pensé, pues se había librado de la tonta de turno que encima le lloraba... Que estúpida. Saqué las cosas de las cajas y las maletas y las devolví al armario con la intención de no pensar por un rato. Error. Eso me ayudó para hacer todo lo contario. Pensé, pensé y pensé. Estuve tentada de enviarle un mensaje, claramente no lo hice. No iba a buscarlo ni a rogarle, ¿para qué?, ¿para que volviera?, no, definitivamente eso no iba a pasar. Las personas tomamos los duelos de distintas formas y la mía era ser fuerte, aclarar mi vida y pasar página, aunque eso último iba a ser muy difícil, teniendo en cuenta que todo lo que rodeaba mi mundo se unía a él, incluida mi desgracia... Estuve horas en la habitación esbozando un plan. Llorando. Repitiéndome a mí misma que iba a salir de esa. Volví a llorar. No me había dado cuenta de que me había quedado dormida con la cabeza en el escritorio, hasta que el teléfono empezó a vibrar. Número oculto... Me entró el miedo al pensar que Mike podía haber descubierto que Jayden se había ido y que a mí me había dejado sola. En esa contemplación recordé que a partir de ese día iba a tener un cuidador y me asomé a la ventana. No había visto a nadie cerca de mí y bueno, con las mentiras que me había dicho esa mañana el idiota de mi "novio", esa debía ser una más. Quería dejarme, pero con la consideración de que me quedara tranquila. No me di cuenta de que el teléfono había dejado de sonar hasta que llevé la vista hacia él. Volví a respirar de nuevo, sin embargo, no duró por mucho. Volvió a vibrar y esa vez no dudé en cogerlo, total, tarde o temprano me tenía que enfrentar a él.

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora