Capítulo 29

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Adriana

No volvió a seguirme y con razón. Tiffany fue en su busca y al encontrárselo rogándome le dejó claro que ya era suficiente y que regresara a casa. Al salir por la puerta choqué con un repartidor de pizzas que preguntó si me encontraba bien y tras disculparme le pregunté si iba al número 22, en cuanto me lo confirmó, saqué el móvil, le quité la funda y le pagué el pedido. Se quedó algo confuso, pero tras decirle que quien las había pedido era yo, se fue sin hacer preguntas. Volví a subir llena de rabia, me paré donde había estado hacía poco, abrí la caja grasienta y la estampé contra la puerta. Mi humor no mejoró y la rabia mucho menos, pero quedé algo satisfecha. Al salir del edificio, me senté en el bordillo de la acera, apoyé la cabeza en las rodillas y me pasé las manos por las piernas. No lo entendía, no entendía nada. Estaba mil veces más confundida de lo que lo había estado antes. Tenía un montón de preguntas de las que sabía que no iba a obtener respuesta. ¿Por qué estaba allí? ¿Desde cuándo estaban juntos? ¿Habría estado siempre con ella y a mí me había engañado? ¿Qué había sido lo nuestro para él? A eso último si le tenía respuesta: Un maldito juego. Los sollozos volvieron a hacer presencia y levanté ligeramente la cabeza para llevarme las manos a la cara. Era todo muy surrealista y no entendía como no lo había visto venir. Si ella ni siquiera se encontraba en la ciudad, estaba casi tan desaparecida que ni su familia sabía sobre su paradero. Pero empezaba a entender muchas cosas: El porque Jay estaba tan pendiente del móvil, la razón de sus marchas repentinas, de lo alterado que se le veía en varias ocasiones... Sí había otra, pero quien me iba a decir que era ella... Entonces comprendí que nunca la había odiado. En ningún momento había terminado su relación y lo mas probable era que desde el instante en el que me crucé en sus vidas, se habían estado riendo de mí. ¿Pero para qué? Los besos nunca me parecieron falsos, ni sus muestras de cariño y mucho menos las cosas que hizo por mí. ¿Por qué tenía que llegar y fastidiarlo todo? Me lo había creído y hubiese seguido siendo así, ¿Ya se había cansado de fingir? Unos pasos me devolvieron a la acera en la que estaba sentada y no miré hacia la dirección de la que provenían, ni de quien.

-Siento haber tardado tanto. No sabes lo difícil que es aparcar por aquí. -No respondí-. ¿Adri, va todo bien? ¿Has decidido esperarme para subir? -Negué. Vi sus pies pararse frente a mí y se acuclilló posando sus manos en mis piernas-. ¿Pasa algo? -Repetí el gesto, pero un gemido lo puso en alerta y me levantó el mentón con un dedo-. ¿Qué ocurre, Adri? ¿Por qué estás así? ¿Quieres qué vaya a decirle algo? -Vi su intención de querer hacerlo y lo agarré del brazo para que no fuera.

-No vayas, por favor.

-Está bien, pero dime que ha pasado. Porque has subido, ¿verdad?. -Asentí y mis ojos volvieron a a amenazar con lágrimas. Sostuvo mis manos con las suyas y me atrajo hacia él. No me resistí, me abrazó y se lo devolví con fuerza-. Todo va a estar bien, pequeña. -Obviamente no me creí lo que dijo, porque sabía que nada lo iba a volver a estar.

-¿Podemos irnos? -Casi le susurré.

-Claro, vámonos. -Me ayudó a levantar y no me soltó la mano de camino al coche. Me iba lanzando miradas de tanto en tanto y en el vehículo no cambió mucho más la cosa.

Traté de dormir en la vuelta a casa para no pensar, pero fue inútil. El móvil vibró en mis piernas y al ver que era mi madre, respondí. Pedía que le avisara cuando llegara a casa e informaba de que estaría en el hospital, nada nuevo desde que tenía ese trabajo, pues pasaba más tiempo en él que en casa. Pero era una buena oportunidad para ella y me alegraba mucho, aunque no niego que me hubiese gustado verla más... Dean no me atosigó a preguntas y lo agradecí bastante. Al entrar en la calle principal me entró miedo, pero miedo a quedarme sola y comerme la cabeza la noche entera. Mi acompañante aparcó frente al jardín y tras varios minutos de silencio, me decidí a hablar.

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora