Epílogo

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15 años después.

Han pasado muchas cosas desde que se escribió este diario. Mamá siempre ha dicho que no debería leerlo, pero como soy igual de cotilla que mi padre, no puedo evitarlo.
La tía Sophie, piensa que nunca viene mal leer sobre su vida e imaginar cómo fue la noche del baile en el que fue la reina.
La tía Olivia, por su parte, opina que debo dejar el pasado atrás y no indagar sobre nada que no sea el futuro.
La tía Mia, dice que haga lo que me dé la puta gana y que...

-¡Haley, deja de decir palabrotas! -Gritó mi madre desde la cocina.

-Lo siento, mamá. -Respondí yo-. Pff, que pesada...

-Te he oído, señorita. -Me asusté en cuanto posó las manos sobre mis hombros-. ¿Ya estás otra vez?

-Porfa, mamá, no me lo quites. Te prometo que no lo estoy leyendo. Ya me lo sé de memoria. -La miré con carita de ángel para que así, no fuese capaz de castigarme.

-Está bien... ¿Qué estás escribiendo?

-Hace mucho que no se escribe en él y he pensado que yo... Podría continuarlo. ¿Te parece mal? -Espere impaciente, su respuesta.

-Me parece bien siempre y cuando no escribas nada malo. Tu vida no tiene que parecerse a la que hay ahí ni en lo más mínimo.

¿Ni siquiera cuando conociste a papá?

-Ni siquiera así.

-Pero si tú y papá estáis enamorados. He visto los besos que os dais y como te mira él. Eso es bonito y algo asqueroso...

-Jajajaja. Claro que es bonito, cariño. Pero lo que me llevó a conocerlo, no lo fue tanto.

-Si no lo hubieses conocido, yo no estaría aquí...

-Cariño, mira... Hay cosas que una madre no quiere para su hija. Mamá pasó por muchas cosas en su juventud y no se alegra de ellas. Amo a tu padre y te amo a ti. No me importaría volver a pasar por lo mismo si con eso os tengo a vosotros, pero no lo quiero para ti. ¿Lo entiendes?

-Creo que sí.

-Tú te mereces una historia de amor como la de los abuelos. Esa sí que es bonita.

-¿Y cómo es?

-Creo que es mejor que se lo preguntes a la abuela.

-Vale, voy corriendo.

Salí al jardín echando chispas en busca de la abuela. No podía perder más tiempo sin saber cómo había sido su romance. Choqué sin querer con la guapísima novia de Luca (otra historia de amor, muy interesante) y le pedí a kayla, que me acompañara. Ella era como una hermana para mí. Nos habíamos criado básicamente juntas gracias a que nuestras madres eran inseparables. La tía Olivia aveces era un poquito muy, protectora, pero lo hacía por nuestro bien.

-¡Abuela! Necesito que me cuentes cómo fue tu historia de amor con el abuelo.

-¿Y eso? -Levantó exageradamente una ceja.

-Curiosidad.

-Bueno, bueno. Creo que es hora de dejar a las chicas hablar a solas. -Dijo divertido el abuelastro, Matthew.

-Sí, vamos a ver que tal va la barbacoa. Me muero de hambre. -Exageró el abuelo Thomas.

Vi como se alejaban hasta llegar a papá y este me lanzó un saludo militar. La tía Julia estaba sentada en el porche junto a Sophie, quien a causa de la barriga que crecía por segundos, apenas podía caminar. Creo que no queda mucho para que el nuevo bebé llegue a la familia, pero no estoy muy segura.
Mia todavía no había llegado, pero no tardaría mucho en hacerlo. Su moto corre un montón y en menos de diez minutos, puede estar donde le dé la gana. Ella es la más guay de todas. Sin normas y sin preocupaciones. Solo le preocupa una cosa y esa es, no vivir la vida como merece. Por eso siempre esta de un lado para otro, viajando, disfrutando y trayéndome regalitos súper cuquis. Sin duda, LA-ME-JOR. (Ella también tuvo su romance, pero no duró mucho)

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora