Capítulo 47

400 25 3
                                    

Adriana

-¿Como te vas a ir? Solo ha sido una discusión. No tomes decisiones precipitadamente. -Se fueron pisando las palabras.

-Creedme, es lo mejor. Viviré con Julia y quizás vaya a la universidad. No está mal.

-¿Es enserio? ¿No hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión?

-No.

-¿Y qué vamos a hacer sin ti?

-Podemos hacer videollamadas todos los findes. Vosotras os vais a la universidad, imaginad que yo he hecho lo mismo. Cada una a una distancia.

-Viéndolo así... ¿Y cuándo te vas?

-No lo tengo claro, esperaba hacer un poco de dinero antes de irme.

-Pff. ¿Pasarás al menos el verano aquí? -Encogí los hombres.

-Venga, vamos a divertirnos. No penséis mas en lo que os he contado. Quería decíroslo porque sentía que os estaba engañaba.

-Lo tuyo es una traición. -Soltó Olivia.

-Tu dramatismo va en augmento.

-Déjame. Voy a coger más ponche. De alguna forma tendré que ahogar las penas. -Nos reímos de ella.

Buscamos a los chicos quienes seguían junto al Dj, observando la mezcladora y preguntando como sabía cuando hacer cada cosa. Creo que el chico estaba bastante cansado de todos ellos y me pareció ver una sonrisa de agradecimiento cuando nos los llevamos. Bailamos y reímos sin parar. La fiesta se descontroló de repente y un alumno subido al escenario llamó nuestra atención.

-Chicas y chicos. Alumnas y alumnos de este, nuestro centro. Se han terminado las putas clases y ha llegado el momento de desmadrarse. Como podréis comprobar, los profesores se han ido. Tan solo queda Wallace, el segurata. Mi primo. Así que, ¿Quién va a pedir que nos controlemos?

-¡Nadie!. Gritamos todos.

-Eso quería oír. Pues ahora: ¡HA PASARLO DE PUTA MADRE! -Lanzó el micrófono y con este, él, quien el resto lo cogió por el aire y lo fueron pasando de mano en mano hasta la mesa de bebidas. El alcohol apareció por arte de "magia"

No pasó mucho tiempo cuando comenzamos a ver algunos de nuestros compañeros, borrachos. Algunos intentaban bailar, pero fracasaban terminando en el suelo. Llegaban a molestar a los que sí podíamos seguir en pie sin caer y el de seguridad los fue sacando al campo.

Nuestro grupo se formaba en círculo en el centro. Saltábamos y cantábamos dejándonos la voz con todas y cada una de las canciones que iban sonando. If I Lose Myself llegó a los oídos de Jay y míos y nos señalamos con una sonrisa de oreja a oreja. One Republic siempre nos uniría y la felicidad llegaba a cada uno de nuestros sentidos. Buscó mi mano, me hizo rodar hasta él y saltamos con fuerza al igual que un niño cuando quiere mancharse con los charcos que deja la lluvia. Movimos la cabeza de un lado hacia otro, animamos al resto a seguirnos y levantamos nuestros chupitos (que milagrosamente seguían sin derramarse).
-¡Por el último día en el instituto! -Gritó Mia y la imitamos.
-¡Por la reina! -Añadí.
-¡Por nuestro futuro! -Siguió Olivia.
-¡Y por Adriana! Que aunque nos abandona, no se va a olvidar jamás de nosotras. -Terminó Sophie.
-¡Por ella también!
Todos brindamos y nos llevamos el líquido a la boca. Cerré los ojos con fuerza porque era muy fuerte. Y asqueroso también...
Retomamos lo que estábamos haciendo y cuando la canción terminó, las chicas y sus acompañantes se esparcieron por el gimnasio, dejándome a solas de nuevo con Jayden. Me sentí tímida por un momento. No teníamos mucho más de que hablar y era hasta raro estar juntos durante tanto tiempo. Pero él no dejaba que el silencio entre nosotros ganara.
-¿Te está gustando la fiesta? -Preguntó.
-Mucho.
-¿Cumple con las expectativas que relatan tus libros?
-Es incluso mejor. ¿Qué chica lleva una Tiara como esta al baile? -Bromeé presumida, señalando la cabeza. No pude evitar sonreír.
-Me alegro de que te haya gustado.
-Es Preciosa...Pero debería devolvértela.
-¿Por qué?
-No puedo tener algo así, no la merezco. Además, me da miedo que la roben.
-Mereces todas las coronas del mundo. -Sus manos agarraron las mías y poco después soltó una para llevarla a mi mejilla-. Te ves tan delicada con ella puesta. -Sonrió de lado.
-¡Hombre! Con lo que debe costar, para no parecerlo. -Reí avergonzada e instintivamente miré mis pies.
-Nada vale más que tú.
-Enserio, hoy estás muy poético.
-Solo digo lo que pienso.
-No tienes ninguna necesidad de hacer esto...
-Lo sé.
-¿Entonces...
-Mi corazón no ha dejado ni un segundo de latir por ti. Te he echado de menos todo este tiempo y estar alejado de ti se me está haciendo cada vez más pesado. Es la primera vez en semanas que estamos juntos, sin ningún tipo de distracción y puedo ser yo mismo sin que...
-¿Sin que, qué? -Pregunté levantando bastante la voz. Me estaba soltando un montón de cosas que mi cabeza no llegaba a procesar. Lo nuestro había terminado. Por fin lo había entendido. Y ahora venía él y soltaba todo aquello.
-Te quiero mucho, Adri. No sabes cuanto siento todo lo que ha pasado. No he tenido más remedio que alejarte de mi y créeme que si por mi hubiese sido, todo habría sido diferente...
-¿De qué estás hablando, Jay? -Parecía absorto en sus palabras y quería entenderlo, pero no recibí más respuesta que un beso desesperado.

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora