Capítulo 52

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Jayden

La examiné de arriba a abajo nada más verla. Llevaba horas rezando por no encontrarla herida, esperaba que sus manos no hubiesen tocado ni un solo centímetro de su cuerpo. Y eso es lo que parecía hasta que vi su vestido lleno de sangre. Corrí hacia ella y me arrodille, acunando su rostro. Sus labios susurraron un "lo siento" y el alma se me cayó a los pies cuando sollozó. Estaba pálida, sus labios tenían un color azulado y temblaba. Se llevó la mano a la cabeza, quejándose y me levanté para ver que pasaba. Tenía los mechones absolutamente llenos de sangre y lo comprendí todo. Me acerqué a mi hermano y lo cogí con fuerza por la camiseta.

-¿Qué cojones le has hecho? -Escupí.

-Tranquilízate, hermanito. Solo ha sido un golpe. -Dijo muy tranquilo.

-¿Te parece eso, solo un golpe?

Empalidecía por momentos y tenía pinta de estar a punto de desmayarse. Necesitaba un médico.                                                                                              Lo dejé en el suelo, lleno de rabia y el puñetazo que le metí, lo hizo caer. No me importaba lo que pudiera hacerme, pero no podía permitir que le hiciese daño. A ella no, joder... Mike se burló y se levantó, tocándose la nariz. Le había encestado un buen golpe así que era normal que sangrase. Su sonrisa desapareció y a medida que se fue acercando a mí, sacó un arma.

-Vuelve a tocarme y será lo último que hagas. -Me apuntó con ella en la cabeza.

-Mike, no. -Le advirtió Tiffany.

-Cállate. -Le ordenó-. Y tú, siéntate ahí. -Señaló el sillón que había a un extremo.

-¿Qué vas a hacer?

-Lo que debería haber hecho hace mucho. Siéntate y ni te muevas.

Se acercó a Adriana y se agachó frente a ella. Colocó un dedo sobre su barbilla y le levantó la cabeza. No entendía que trataba hacer, mas lo descubrí demasiado pronto. Su lengua lamió uno de sus carrillos y me miró satisfecho. Hice el amago de levantarme, pero fue en vano porque hizo girar la pistola con un dedo, dándome a entender que la utilizaría si trataba de impedir lo que estaba haciendo. No me importaba que me disparara, lo soportaría con tal de que apartara su cuerpo de ella. Sin embargo, yo no era su diana y no podía arriesgarme a que le hiciese más daño. Volvió a centrarse en ella. Sus labios acariciaron su rostro y ella trató de alejarse. No podía defenderse estando atada y yo tampoco podía defenderla de él. Mordió su labio inferior, lo chupó y la besó. Quería matarlo. Adri se removió en el sitio, trató de desatarse e intentó gritar. Ella le mordió un labio con fuerza, en un despiste y Mike se apartó, lleno de frustración. Una mano acarició su muslo y se coló por su ropa íntima. Lo iba a matar. Le rasgó su vestido dejándola semidesnuda y se centró en sus pezones.

-¿Te gusta? -Le preguntó, metiendo un dedo dentro de ella-. Dime que es lo que quieres y no te preocupes, sabré satisfacerte.

Ella le escupió en la cara y rogó que la soltara. Mike le respondió con una bofetada y no pude más, me levanté y me lancé a él como un lince.

-Te ha dicho que la sueltes. ¿Por qué no lo entiendes?

Forcejeamos en el suelo y cuando conseguí ponerme sobre él, lo golpeé sin cesar.

-Jayden, para. -Pidió Tiffany tratando de separarme.

-Eres un maldito psicópata. Vas a pagar por esto.

-Jay, por favor. -Me pidió esta vez Adriana.

-Hazle caso, hermanito. -Dijo cuando consiguió agarrar bien el arma.

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora