Capítulo 36

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Adriana

Luca despertó a los dos días, entre llantos a causa del dolor que sentía en la cabeza. El pobre no debía saber ni donde estaba, ni que le estaban haciendo. Enseguida que vio el cable conectado a su cuerpo, gritó y trató de quitarlo, pero una enfermera le dijo que era lo que le ponían a los super héroes para estar en forma y con su bracito libre me mostró su músculo.

-¿Yo tamben puedo ser super héroe, tita?

-Eres el más poderoso de todos ellos.

-Podedoso, me gusta. -Pareció satisfecho.

-¿Has visto los peluches que te han traído? -Le señalé al mueble en el que estaban todos. Miró hacia el lugar y volvió a mirarme a mí con la boca abierta.

-Alaaaa. ¿Podemos jugar? Porfa, porfa.

-¿Cuál quieres? -Lo pensó con un dedito en su boca.

-Batman. El perrito tamben.

-Vale. ¿A qué jugamos?

-Yo soy Batman y te recato.

-¿Me recatas? -Pregunté confusa.

-Sí, te recato.

-¿Qué es recato, enano?

-Tita, hay que epicartelo todo. -Parecía hijo de mi madre-. Cuando un malo te quere hacer daño, un hombe bueno te recata.

-¡Rescata! Ahora si te he entendido. -Me reí y me miró mal por burlarme de él-. Vale, entonces me rescatas.

-A perrito.

-¿Y quién me hace daño?

-Él. -Señaló hacia atrás. Jay estaba junto a la puerta y no parecía que acabase de llegar. No entendía como Luca no había dicho nada si lo soltaba todo.

-¿Qué peluche soy yo? -Le preguntó.

-Puedes ser el pupo.

-De acuerdo. -Lo cogió y se acercó a nosotros.

-Tu tienes que hacer daño a la tita.

-Anda que suerte, le has dado el papel que mejor se le da. -El pequeño no entendió nada, pero él sí y me dio un pequeño empujón con la pierna. Lo miré desafiante y volví a prestarle atención-. ¿Y qué hago yo?

-Tú, nada.

-¿Me tengo que dejar hacer daño?

-El pupo va a ser tu amigo. Tu te tienes que depitar y cuando no lo veas va a acatar.

-¿Que ha dicho? -Preguntó Jayden por su última palabra.

-A mí también me está costando un poco entenderlo.

-¿Qué tengo que hacer? -Le preguntó.

-Acatar, vas a coger así -hizo con la mano lo que hace un pulpo con los tentáculos- y te lo llevas. Yo luego recato.

-¿Recata? -Se quedó igual que yo cuando escuché esa palabra.

-Rescata.

-Ah, ahora sí. Venga, empecemos.

Luca cogió a su Superman y lo puso a caminar por la cama como si vigilara que todo estaba bien por la ciudad. El pulpo y el perrito jugaban a saltar y hacer carreras. Cuando el perrito fue a beber agua, el pulpo aprovechó para apretarlo con sus tentáculos y corrió con él por la sabana. Superman oyó los ladridos del perrito y corrió al lugar donde pulpo se lo había llevado. Zarandeó su capa y dijo alto.

-Socorro, socorro. Pulpo me está haciendo daño.

-Pupo malo, suelta a perrito.

-Jamás, este perrito va a ser mío para siempre. -Dijo Jay.

Quiero BesarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora