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-Necesito ir al gimnasio.

-Es que no debimos dejarles los niños a tu madre, ¿no crees que le pueden ir hartando poco a poco? Los podíamos haber traído. - le cambio el tema porque no dejo de pensar en ello desde que salimos y él está concentrado en cualquier otra cosa, como vacilarse el volumen de los brazos por ejemplo.

-Nena, ¿sabes adónde vamos?

-Lo supiera si me lo hubieras respondido en vez de recordarme que es sorpresa.- digo obvia.

-A Seúl, vamos a Seúl.- responde.

-¿Seúl? ¿Tienes que darme la sorpreda taan lejos?

-Pues no tuviese que dártela taan lejos si la sorpresa no estuviera en Seúl.

-Ou...- murmuré.- ¿Y no me pudes dar un adelanto?

-Sí, que te va a gustar.

-Anda ya, eso no cuenta.- protesto.

-Amor, shh, mira, escucha la música.- sube la radio, y la canción llena todo el auto.

Le sigo mirando desaprobatoria pero él se roba mi mano para cruzar nuestros dedos y besar el dorso de la mía con cariño más de una vez mientras me miraba a los ojos. No me suelta en todo el camino, dándome apretones suaves y caricias con su pulgar. La platica sobre temas triviales fue ininterrumpida todo el tiempo, y los minutos se terminaron haciendo más cortos aunque sí admito que ansié mucho llegar por fin.

Tras unas horas de viaje el auto se aparcaba en el jardín delantero de una gran casa.

-Baja y no me mires así, te lo explicaré.- me dice riendo al ver mis cejas fruncidas.

Le veo salir por su puerta, y para cuando llega a mi lado yo ya he salido también.

-Ven.- sonriente, me toma de la mano nuevamente, y le sigo sin decir nada.

Cuando me fijo hay un señor en la entrada que al parecer espera por nosotros.

-Sean bienvenidos.- el desconocido usa anteojos , es un señor ya de la tercera edad.- Señor Kim Taehyung, un gusto conocerle.- se hacen una reverencia adicional.

-Igualmente. Espero no hayamos tardado.- mi yo interior reacciona con un emoji enamorado a la actitud tratable de Tae, pero por fuera sigo estando fuera de contexto con lo que pasa.

-No, no, en lo absoluto, yo suelo ser puntual.- niega- Bueno, ¿pasamos ya?.- nos indica la puerta.

-Cuanto antes mejor.- comentó él.

-Claro, solo denos un minuto.- Tae hace un gesto con los dedos indicando que sería rápido.

-De acuerdo.- el señor va adelante dejándonos a solas.

Tae se voltea hacia mí, y se coloca en frente.

-Amor, ¿qué es esto?.- hablo primero.

-Nena, verás...- empieza a decir, tocándome el cabello-, ya sé que dijimos que buscaríamos un hogar entre los dos dos, pero decidí investigar por mi parte. Encontré... esto.- dice mirando en rededor brevemente.- y-

Lo interrumpo.- Tae, amor, tu gesto es... de verdad precioso, pero yo... yo no puedo pagar esto, y quedamos en que cada cual pondría una parte.

-Sí, sí, lo sé.

-¿Entonces?

-Yo no he hecho nada aún. Solamente te traje para observar juntos, si no te parece podemos dejarlo. Y el dinero... nena, yo lo puedo pagar todo. Ya sabes que tengo para hacerlo, nos merecemos esto, y no quiero que te esfuerces.

Fake Wings (ᴋ.ᴛ.ʜ ʏ ᴛᴜ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora