49. SINSABORES

56.9K 4K 1.3K
                                    


Adrian

La sangre me hierve, mis puños se endurecen con solo ver una imagen de mierda en el televisor y solo disparo, haciendo que todo explote en pedazos por impulso.

—¡No!—grita ella haciéndose la fuerte, mandándome una mirada que cala en mis ojos y maldigo la hora en que ese jodido aparato quedó prendido.

—No debería importarte esa mierda.

—Lo sabías...—sus ojos se llenan de lágrimas—. Tú sabías lo que estaban haciéndole.

Por supuesto que lo sabía, recibo información de lo que hacen mis enemigos por mensajes codificados y aquella imagen estuvo rondando desde la mañana.

—Enfócate en tí, Bianca. No importa esa vieja.

—Sí importa, van a matarla ¡No puede morirse sin que ajustemos cuentas!

—¡¿No entiendes que es una maldita trampa?! Tu tío tiene dudas, pero no está seguro de tu supervivencia, por eso está tratando de jugar sus últimas cartas.

—Yo necesito enfrentarla, recuperar la otra parte de la carta de mi madre y...

—Yo no te salvé de la mierda para que vuelvas a ella. No vas a ir, punto.

Suelta un jadeo que no controla y desaparece furiosa de mi vista. Controlo los sistemas de seguridad evitando que salga sin que suenen las alarmas y tiro la comida que está sobre la mesa, preso de una ira que no controlo.

Debí matar a esa vieja cuando pude. Veo por las cámaras que se encierra en la cocina mientras levanto el auricular para ubicar a mis contactos y, efectivamente, se armó un escándalo en Italia, pero las grabaciones de esta mañana no fueron en Roma sino Suiza.

—¿Estás seguro?—verifico la información texteando a Erick.

—Sí, señor—Guido informa—. Están siguiendo sus pasos. Tratamos de advertirlo, pero fue imposible comunicarnos con usted anoche.

Me pregunto si aquella sanguijuela, el informante de ayer, fue enviado por los Simone pero sería imposible. No les conviene que otros estén seguros de la "muerte" de su heredera, los dejaría mal parados, completamente arruinados, entonces ¿Quién carajos está detrás de todo esto?

—Necesito que me peinen el área. Mantenme informado de todo.

—Por supuesto, señor.

La cabeza me explota cuando cuelgo, mientras golpeo con el puño la mesa dándole una mirada a la redonda sin entenderme, o tal vez...entendiendo todo.

Bianca me importa, lo hace más de lo que yo mismo hubiese querido. Si no me importara no me preocuparía en alejarla. Si no me importara la hubiese matado, dejando que Ryan se la llevara. Si no me importara dejaría que se joda sola y esto empieza a sofocarme...«Porque la quiero para mí ahora»

Es inútil seguir negando lo que a fuerza traté de quitarme de la mente, pero no me hallo en un mundo donde sentir implica ser una debilidad sin retorno. Saboreo el ardor del whisky en mi boca pensando, por lo que tomo la decisión de irnos no de madrugada sino antes.

Pasan unas horas en la que vamos camino a la estación. Por seguridad habrá que cambiar de tren para no pasar por la frontera y ella solo se queda quieta. No le digo nada cuando sus ojos me miran. Acepto su maldita humanidad, preguntándome por qué carajos dos extraños siendo muy distintos se repelen cuando chocan y a la vez son tanta energía cuando están juntos.

—Lo siento—sisea, mirándome extraña—. De verdad lo siento.

La rojez en sus ojos es evidente y a regañadientes contesto.

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora