EPILOGO - FRAGMENTO

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Este es un fragmento del epílogo completo que solo estará disponible en el libro en físico.


Días después.

Bianca

Mis manos aprietan el arma por ansiedad, la tormenta destella rayos que parecen caer el cielo mientras trato de aligerar la tensión porque sigo prófuga en una vieja cabaña a las afueras de Roma.

—Las revueltas están cada día peor—dice Elena con los labios pálidos—. Para salir de Roma tuvieron que interrogarnos, hay gente en las calles haciendo vandalismo, muertos a las afueras de Villa Regina y nadie los puede detener. Te siguen buscando, han alertado a los aeropuertos públicos y privados desde que te vieron salir del cementerio, pero Pascual llegará en cualquier momento para sacarnos de aquí.

Contengo el aliento, tensa, a punto de hablar pero...

—Señorita Simone—corro a abrazarlo, soltando un amplio gemido que me tensa de pies a cabeza—¿Está bien?

—Sí...

Quiero preguntarle por él pero mis labios no saben qué decir. Ve mi desesperación, pone sus manos en mis hombros tranquilizándome hasta que asiente soltandolo por fin.

—Lo siento, era muy arriesgado decírselo, la estaban siguiendo y no tenía cómo avisarle si habían intervenido los teléfonos de toda la nación. Sé que pasó horas terribles, pero es mejor así. Miembros del clan Ricardi llegaron a allanar el lugar por su líder, lo peor es que ya saben que Adrian es el heredero desaparecido de los Rostov.

—¿Qué?

Palidezco.

—Ricardi no lo sabía hasta el momento de la batalla, por lo que opté por esconder el cuerpo de Adrian cuando ví que movió un dedo, pero ahora más que nunca van tras de él. Su estado es...tráfico, vegetal por completo. Lo llevé con un médico clandestino de la zona, tiene traumatismos en todo el cuerpo, la tortura por la electricidad hizo que sus músculos se atrofien y eso, sumado las balas en su espalda además de la explosión, lo remató. Respira, pero no hay muchas esperanzas. Necesita un tratamiento superior.

Aprieto la garganta, asintiendo.

—Llévatelo lejos y váyanse lejos ustedes también.

—¿Cómo?—Elena habla—Pero...tú...

Niego con la cabeza.

—Yo no voy a ir, huiré por mi lado hasta que pueda encontrar una solución y que la situación en la mafia se calme.

—Imposible, no podemos dejarte.

—Ricardi me seguirá, ustedes corren peligro y él también. Ahora que sabe quién es Adrian no quitará el dedo del renglón. No me perdonaría si les pasa algo.

Jadeo con ira recordando sus palabras: Cada ser que ames te lo quitaré, cada cosa que quiera construir yo la destruiré.

Elena mira a Méndez y ambos contienen la preocupación.

—Será al menos hasta que todo se estabilice para mí, volveremos a vernos un día—sigo—. Utilicen el dinero que queda de mis cuentas. La mitad para él, no escatimen en gastos, con la otra mitad quiero que paguen los estudios de Mateo y tengan una vida mejor.

—Pero...te quedarás sin dinero—Elena me mira—¿Qué harás?

—Volver a empezar, esta vez siendo quien realmente soy. Cambiaré de identidad, me refugiaré en el lugar menos pensado. El gobierno Italiano debe haber dado con nuestras huellas, las revueltas en Villa Regina solo me ponen en peligro, sin contar al mismo Emilio Ricardi. Necesito tiempo para pensar.

—No podemos dejarla sola, señorita Simone—Méndez se tensa y solo aprieto la mandíbula.

—No lo estaré, busqué a alguien que me puede ayudar. Tengo un plan que cambiará mi vida por completo, pero no se los puedo decir por seguridad. Váyanse ya.

Beso al niño en la frente, abrazo a Elena, a Méndez y luego me trago las lágrimas con una sonrisa superior.

—Lo que hace es admirable, señorita. Nunca se lo dejaré de agradecer por mi familia, pero...está dándole una oportunidad a alguien que, si sobrevive, la va a destruír. ¿Sabe que será definitivo, verdad?

—Lo sé.

El abrazo que nos damos hace que todo en mi interior remezca. Su imagen se va desvaneciendo en el auto que desparece en medio de la lluvia. Levanto mi cabeza, me trago las lágrimas sabiendo que ya no hay juegos ni más máscaras para mí.

Creen que me arruinaron, pero nunca me verán caer.

Me golpearon, me traicionaron y también herí, pero esto no acaba aquí. Si quieren guerra la tendrán, si quieren sangre hay que morir.

Arpía. Leyenda. Peligro, es lo que soy.

Y él... fue un juego que también perdí porque me enamoré. Caímos en la trampa pensando que éramos el cazador, una trampa que no termina aquí. Que quién sabe cómo va a continuar o qué nos deparará el corazón. Lo único que sé es que, aunque mis ojos no lo vuelvan a ver, , aunque tenga que sacrificarme para que quienes quiero puedan sobrevivir, nunca dejaremos de ser esa Peligrosa atracción que nos unió.

Hasta que nos volvamos a encontrar.


Continuará.

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El Epílogo completo solo estará disponible en el libro en físico + el extra del baño y otras escenas, además de una corrección profesional.

Pronto más detalles.

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LIBRO 2: PELIGROSO DESEO.


Sé que tienes muchas preguntas, yo te las voy a contestar con esto:

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Sé que tienes muchas preguntas, yo te las voy a contestar con esto:

Peligroso Deseo, libro 2 de Peligrosa atracción. La historia continúa, prepárense para conocer a  L A   L E Y E N D A 

¿Bianca oscura? ¿Se dan cuenta que no conocemos nada "real" de ella?

¿Adrián sobrevivirá? ¿Una promesa? ¿Y...?

"Nacerá de mí su nombre y quizá su sonrisa"


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"Me diste una nueva vida, aunque no lo hayas notado. Derrumbaste el hombre que era mostrándome un mundo distinto. Aún sigo odiando los abrazos, pero solo los tuyos me sacan una sonrisa. Nunca me iré, tormenta no muere, solo descansa, para volver siendo mucho peor"

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora