41. EN CAIDA

137K 9.8K 8.1K
                                    


"El acto más sublime del amor no es el sexo, es que estés conmigo cuando ni yo sé dónde estar" D.S


Adrian

Los ojos de Leonardo Simone se quedan petrificados a la par que mi puño se aprieta. La sangre me arde con premura, sus ojos enrojecen de ira, pero es aun peor el rostro de Bianca que parece quebrarse su mundo.

Nos vio y no hay nada que hacer al respecto. Mis planes acaban de joderse, pero mi mente fría maquina una salida sangrienta a la par que ella se estremece.

—Tío...

—¿Entonces este era tu verdadero amante, perra?—la furia lo consume, sus manos se le hinchan, la piel se le eriza—¡¿Pretendían engañarme?! ¡¿Escapar juntos?!

—Puedo explicarlo—Bianca trata de acercarse, pero el viejo no se amilana

—¡¿Explicarme qué, niña idiota?! ¡¿Que eres una cualquiera?! ¡¿Que le has faltado a tu sangre enredándote con un foráneo?! ¡Con un hombre que la mafia jamás aprobaría!

—Tio...yo...—llora.

—¡Cállate, mierda!

Le levanta el brazo y de un tirón le da una bofetada que la hace caer al suelo mientras ira viva me consume. Quiere volver a lastimarla, pero lo freno con un puñete en la quijada que lo hace impactar contra la pared sangrando.

No me medí, no me controlé, ni pienso hacerlo. Ya que sabe la verdad no me sirve para nada.

—¡Adrian! ¡Ya!—grita Bianca mientras lo levanto del cuello hacia arriba y su cara asquerosa se vuelve una pelota morada—¡Por favor! ¡Van a matarte! ¡Por favor!

Ella grita desesperada moviendome el brazo sin lograr nada.

—Me tenías harto, viejo de mierda ¿Sabes lo que le voy a hacer con tus bolitas?

Patea en el aire y me río.

—Triturarla para tiburones y aún así se intoxicarían con tu sucia sangre de porquería.

Dejo caer mi mano para que el viejo se estrelle contra el suelo y lo primero que hace es buscar su arma. Ridículo, cobarde, un maldito inservible me apunta como si en realidad significara algo.

—Tío...—Bianca se pone en el suelo tratando de amilanarlo—. Perdóname.

—¡Tú no te metas! ¡Largo de aquí!

—Un dedo en su piel y lo lamentarás, Leonardo Simone—Adrian advierte.

—¿Eso era lo que querías? ¡¿Matarme para quedarte con lo que es mío?!

Está demasiado exaltado, los ojos le saltan.

—Tengo quince veces más de la fortuna que un día tuviste, inservible viejo. Tu dinero me vale un pito.

—¡¿Entonces por qué estás aquí?! ¡¿Para matarnos?!—gruñe—¿Ese era tu plan?

—Tío, por favor...—Bianca sigue llorando, pero, por el contrario, su furia sube.

—Ya decía yo que aceptaste muy fácil ser aliado nuestro. Perdías más de lo que dabas, un hombre con poder jamás trabajaría para otro sin dobles intenciones y mi error fue creerte.

—Voy a llorar—ironizo.

—¡Fuera de mi casa!

Ambos nos apuntamos y toma a Bianca del cabello pegándola a su cuerpo de mierda.

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora