56. LA LEYENDA

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"Estamos hechos de aquellos que nos han construido y luego nos han roto."

❤️ Capítulo dedicado a todas aquellas lectoras que llegaron hasta aquí, a mis intensas locas desbandadas que me hablan todo el día por instagram, a quienes recomiendan mi historia sin que se los pida, al grupo de whatsapp y a todas aquellas personas que me dan su amorcito. Tienen mi corazón malvado siempre.

Disfruten la lectura, espero les guste, nos quedan 3 capítulos.

Adrian

Huele a barro, orín, azufre.

Siento que me estalla la cabeza cuando recupero el conocimiento. No sé dónde carajos estoy. Tengo una venda en los ojos, las manos y tobillos atados con cadenas, pero mi primer pensamiento es ella. Bianca.

—Adrián... —su voz, su suave y cálida voz me despierta. Joder, estoy soñando, ¿qué carajos pasa? Tengo los ojos vendados pero escucho un susurro con su hermoso color vocal.

—Bianca, ¿qué sucede? ¿dónde estás? —mascullo apresurado con el corazón palpitando fuertemente. Por más que trato de moverme la venda no se mueve.

—Nos secuestraron, por favor no hagas nada estúpido. —solo dice casi al borde del llanto. Mi estómago se aprieta cuando la escucho.

—Desamárrame —ordeno—, es necesario. Voy a matar a todos esos bastardos. —me agito más de la cuenta cuando no responde— ¿Bianca? ¡Joder! ¡Maldita sea! ¡Responde! —grito efusivamente.

—No puedo —entona con voz temerosa.

Lucho con todas mis fuerzas para desatarme pero no puedo. Necesito hablarle, tal vez explicarle.

—Bianca... por favor, acércate. Como sea, quiero tenerte a mi lado —mi voz va perdiéndose en el eco del lugar, entonces siento su aroma rebotando en mis fosas nasales—. Lo siento... —me sincero—, si no salimos de aquí van a matarnos.

—No digas eso, Adrián —su voz se quiebra—, no quiero morir.

Jadea.

—¿Adrian? ¡Adrian! —grita—¡¿Qué hacen?! ¡Suéltenme!

—¡Bianca!

Inhalo profundamente en una terrible desesperación cuando estoy seguro que la toman.

—¡No! ¡Por favor! ¡Ayuda!—se escucha a lo lejos el grito de Bianca.

Mi corazón se acelera, mi mente no piensa, actúo por impulso gritando para que la suelten.

—¡¡Hijos de puta!! ¡¡Van a arrepentirse de esto!!

Intento moverme pero es difícil y tratar de zafarme es inútil.

Necesito pensar con la cabeza fría, cada movimiento que haga a partir de ahora determinará nuestra supervivencia. Es una trampa, Erick tenía razón, lo sabía desde hace mucho «Había un Él detrás de todo esto», una máscara que no tuvimos en cuenta y ahora la única persona en la que confiaba está muerto.

Los segundos pasan mientras su voz va desvaneciéndose.  No veo nada, solo escucho su llanto cada vez más lejos. Pensar que la están tocando, lastimando o forzando me descontrola y vuelvo a jalar con todas mis fuerzas la cadena, pero es imposible. Mi mano sangra por el intento bruto.

—Bianca...—pego los dientes aturdido. ¡Necesito calmarme!

Siento la rabia hasta mis oídos. Mi piel está caliente de ira. Están vengándose de mí con ella, lo sé. Ese «Él» "La máscara" "mano negra" o como quieran llamarlo.

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora