1. TORMENTA

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"La mejor manera de evitar la tentación... es caer en ella". O.W


23 de Julio. Periferia di Roma, Villa Regina.


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Adrian

Una noche más pero no cualquiera. Mis dedos se resbalan por el cristal de la botella mientras bebo el último sorbo de whisky. El alcohol pasa por mi garganta quemando mi ansiedad, sobornando mi paciencia, aumentando mis ganas a la par que observo desde el auto la absurda fiesta de máscaras prominentes en Villa Regina, mansión de los Simone, que reúne la élite más grande de la mafia Siciliana esta noche; La noche negra, conocida por ser el día más importante para el heredero al clan ante la mafia.

El humo de mi puro hace explosión en mi lengua mientras jugueteo con la sensación de tener lo que busco en mis manos. Después de años viviendo en Europa del este, de dejar fuera a cada líder de mafia que se atrevía a desafiarme, pisar suelo Italiano hace que se me haga trizas el hígado por el pasado que todavía pesa y que no olvida las cicatrices.

El león es el rey de la jungla pese a quien le pese. Nadie lo destruye. Nadie lo turba. Nadie lo enfrenta. Desaparece cuando tiene que hacerlo esperando el mejor momento para enterrar sus garras hasta que la presa sea más vulnerable, apetecible y por fin ha llegado el momento de saldar cuentas.

—¿Todo está listo?

—Tal y como lo ordenó, mi señor—indica uno de mis hombres haciéndose invisible. «La gran farsa empieza ahora.»

Los dedos los aprieto fuerte en el volante para calmar en algo la ansiedad que me quema. Una señal se activa y las luces del auto parecen más brillantes al entrar en zona prohibida: la mansión dorada de los Simone, mientras el lujo se siente desbordado por todas partes junto al sonido de una gran fiesta descomunal que explota.

—Todavía hay tiempo para volver y atacar con ejércitos—Erick, mi mano derecha y hacker personal, insiste por el auricular en un tonito que me incomoda—. Alguien como tú no debería ensuciarse las manos personalmente, peor aún cuando le están poniendo proyectiles encima.

—Tan predecible.—respondo con fastidio.

De reojo noto francotiradores en las esquinas, por lo que finjo sin emoción ser la máscara que tardé años en volver creíble. Creé negocios fantasmas con ellos bajo el apellido Petrov por años, un supuesto aliado que se ha entrometido lo suficiente con el enemigo como para no dar la cara hasta ahora, tener un acceso creíble a estos ritos y, de alguna manera, hacerlos dependientes de mis inversiones.

El polvo dactilar hace su trabajo dándome luz verde y por el cordón secreto de seguridad noto que nada ha cambiado en la ciudad, puesto que Roma sigue apestando al igual que sus líos entre mafias.

Cuidan a la arpía hasta de lo que respira, tanto, que ni siquiera la organización más grande de criminales ha podido llegar a ella porque el padre ha sido inteligente para protegerla.

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora