40. EL OLFATO DEL AGUILA

66.8K 4.5K 1.7K
                                    



Bianca

Dos días después las cosas se vuelven aún más tensas en Villa Regina. Exhalo lento mientras los terratenientes entran y salen por ser el último "día de cosecha", ripios finales de droga que nos quedan para distribuírlo en diversas partes del mundo debido a que lo que sigue serán los diamantes.

Los ánimos están intensos, me han prohibido salir y la seguridad se ha redoblado ahora que existen grandes rumores en la mafia que la entrega será en unos días. Un nudo se oprime en la boca de mi estómago por tensión, lo he tenido desde esta mañana, por lo que opté en distraerme con jardinería.

—Así que aquí estás—mi tío llega con una comitiva hasta mí mirándome como si solo perdiese el tiempo.

—¿Qué pasa?

Limpio mis manos antes de levantarme. Su rostro luce irritado y mira a Julian dándole permiso para que hable.

—Nuestro espía informó que los Ricardi saben la ubicación de la entrega por lo que tendremos que cambiar de ubicación y prevenir cualquier tipo de ataque, señorita. Para esto necesitamos darle un buen escarmiento, además de colabore.

—¿Colaborar? ¿A qué te refieres?

—Ya que tienes una cierta "afinidad" con Maurizio Riccardi y que este está obsesionado con tu culo, vamos a tenderle una trampa—anuncia mi tío—.Lo llamarás, le dirás que quieres verlo, él acudirá a la cita pero tú nunca llegarás y lo capturaremos como rehén para frenar a su hermano.

Bufo.

—¿Y piensas que es tan tonto para creer en esto?

—Pienso que es un perfecto plan contra el hermano más débil y mal de la cabeza. Para eso...usarás tus encantos por teléfono. Sabemos que ese demente te ha estado acosando estos dias con mensajes de texto desde un número desconocido y sin rastreo.

Pego los dientes.

—Mensajes que nunca he contestado—aclaro—¿Ahora te dedicas a espiarme? Están tratándome como si fuese una desertora contra mi propia sangre.

—Tómalo como prevención, cara. Yo solo quiero la victoria y tú quieres el poderío. Lo que hago es por el bien de la sangre ¿Vas a hacerlo o no?

Mi pica la nuca.

—¿Cuándo? —pregunto resignada.

—Esta noche. Tenemos información que está aún rondando Roma, escapó de la protección de su hermano y no vamos a desaprovechar el momento.

Exhalo hondo aún pensando que es una idea peligrosa, pero asiento porque no tengo elección.

—Podría ir con un buen armamento, luego salir para que confíe que estoy realmente en aquel lugar. Sospechará si no me ve, tampoco es idiota.

—De ninguna manera voy a exponerte, cara. No ahora que estamos a días de hacer la jugada de los diamantes. Lo citarás en un hotel, pero otra asistirá con un antifaz en vez de ti.

—¿Quién?

—Yo.

La voz de la Gata se proyecta por el jardín como si fuera un animal ponzoñoso.

—Rose Petrova será tu doble, Maurizio abrirá la puerta del hotel y encontrará una bala proyectándose hacia su cabeza.

Toda la rabia que siento se va a mis puños. Ahora entiendo con qué facilidad entró a la mansión aquella noche, mi tío tenía esto maquinado desde hace días, así que tenso la mandíbula con fuerza mientras se ríe.

Peligrosa Atracción [1] YA EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora