Se miró al espejo y observó sus partes íntimas como decía mamá.
Acarició sus senos mientras se veía al espejo. Era algo extraño. Según biología, los hombres no tenían esas partes. Tampoco tenían esa cosita que tenía en su entrepierna. Pero... él seguía siendo hombre.
Siguió acariciándose; se sentían blanditas y suaves.
Tocó suavemente su botoncito café y se sintió algo extraño, e incluso se endureció. Sintió un cosquilleo que le hizo reír avergonzado.
No entendía muy bien cómo funcionaban pero amaba como se veían con su ropa interior, tan firmes, blanquitas y bonitas. No pensó mucho en el tamaño en su tiempo pero a veces miraba a las chicas y tenían el busto más pequeño. No sabía lo que significaba pero a veces simplemente deseaba tener un busto más pequeño para poder jugar más libremente con algunos amigos.
Se sentía mal al correr y sentir que todo estaba fuera de lugar y que dolían ligeramente con el rebote.
Frunció su ceño y se colocó su sostén, ese que su madre le regaló. Le decía que le serviría para cuidar su salud y que estaría cómodo, y le creía a su madre, era cómodo usarlo. Aunque cuando pasaba muchas horas con eso, le comenzaba a doler su espalda.
Terminó de ponérselo y luego miró a su cosita. Le daba un poco de asco mirarse así directamente, le incomodaba también. No entendía porque las partes íntimas tenían que ser tan horribles y asquerosamente visibles. Era confuso, en biología le habían explicado cómo funcionaban y que era algo completamente normal, que era algo que ibas a tener por siempre. Pero no terminaba de comprender a las personas que se sentían cómodas así, ¿qué tenía de especial? Le daba repulsión mirarse ahí abajo y observar esos pelitos que se asomaban en su pelvis. Hizo una mueca de disgusto y se colocó rápidamente su ropa interior.
Y entonces ahí pudo admirar su cuerpo. Así tapado, su cuerpo era bonito y con una linda forma, o eso pensaba. Le gustaba ver cómo su cadera se veía perfecta, sus muslos eran un poco más anchos, y terminaban por complementar sus proporciones físicas. Su cinturita era pequeña, y hacía que su cuerpo se viese delgado.
Se dio, ligeramente, la vuelta y admiro su parte baja. Le parecía curioso cuando chicos mayores tocaban a sus compañeras en ese lugar que su madre decía que nadie más podía tocar, ni siquiera ella. Pero entendía qué tal vez esas cosas eran de adultos, y que hacían esas cosas para reproducirse.
Pero de cualquier manera, le parecía bonita esa zona y también era firme. Se sonrojó con tales pensamientos y terminó por colocarse el resto de su ropa para el colegio.
Una camisa blanca se aferró a su tren superior y con una calza corta negra, afianzó la camisa en su cintura, para que no se moviese y estuviese en su lugar, también para evitar que algo se viese, por debajo de su falda por accidente. Su madre le decía que protegiese bien su zona privada.
Luego posicionó la falda negra en su cintura y subió el cierre, para que no se cayese por sus piernas.
Volvió a mirarse al espejo y detalló su cuerpo. La ropa se le veía tan bien. Le había pedido a su madre ese tipo de ropa después de ver a sus compañeros de colegio más grandes y la manera en que se vestían, se veían muy bien.
Y en general, sus padres, siempre le habían apoyado, y siempre le compraban la ropa que deseaba. Tampoco cuestionaron sus gustos y tampoco lo presionaron para que utilizase ropa de un solo género, aunque la ropa no tuviese género. Le gustaba usar prendas que le llamasen la atención y no le importaba si iba destinado a alguien en específico, él sólo usaba la ropa.
Por eso se sentía orgulloso de asistir al colegio con la ropa que deseara y sobre todo con falda, que era su prenda favorita.
Terminó de mirarse al espejo y se acercó a su mueble donde tenía su maquillaje y cositas para decorar su cuerpo.
Le gustaba mucho ponerse brillito labial y rubor en sus mejillas, también amaba ponerse collares y pulseras. Fijó el maquillaje con un líquido que le enseñó su madre —para que el maquillaje le durase todo el día—.
Se vio al espejo grande una última vez y sonrió satisfecho. Amaba como se veía, como un angelito, como le decía papá. Un pequeño y lindo angelito.
Angelito de papá.
Tomó su teléfono y terminó sacándose una foto frente al espejo con una sonrisa bonita sin mostrar sus dientes, amando completamente el resultado.
Después de decidir entre algunas fotos, publicó la mejor en su red social favorita: Instagram.
Sus padres no sabían que subía fotos de sí mismo a internet pero nada pasaría, sólo tenía a sus amigos del colegio y también tenía privada la cuenta. ¿Qué podría pasar? Tampoco hablaba con personas desconocidas.
Y casi a los segundos después, le llega una notificación. Esa que ansiaba esperar. A Jeon Jungkook le ha gustado tu foto.
Chilló emocionado y sus mejillas se sonrojaron, sentía su corazoncito cálido al recibir la atención de ese chico lindo con sonrisa de conejito.
Tomó su mochila con felicidad y bajó las escaleras, cantando en alto y saltando emocionado. Se asomó por la cocina y comió del desayuno preparado por sus padres, sin borrar su preciosa sonrisa.
Amaba cuando tenía la atención de ese chico encima, era muy tierno.
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Menstruation [KookTae]
FanfictionKim Taehyung nació con partes consideradas biológicamente femeninas y a pesar de ello, se identificaba con el género masculino. Jeon Jungkook no tenía problema con ello; lo amaba y lo deseaba tal cuál era. mención leve de vmin. ㅡ +18, hard sex, dirt...