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—Kookie, lo siento mucho.— acarició su espalda y con la otra mano, tomó su cabello para evitar que se ensuciara.

Jungkook negó y escupió una última vez. Suspiró y se recostó en la pared, al lado de la taza del baño.

—Está bien, creo que algo me hizo mal. No fuiste tú, cariño.

Se sentó en sus muslos y abrazó su torso, volviendo a disculparse y acariciando suavemente su estómago sensible.

—Fue mala idea haber hecho eso... lo siento.

—Deja de disculparte, no fue por eso. Me gustó mucho.

—¿Entonces qué fue? Y si... ¿es eso que nos mencionó el doctor?— lo miró preocupado e ilusionado.

—¿Tú crees?— desvió su mirada y se sintió algo triste.

—Hey, ¿por qué esa carita, mi amor?— levantó su mentón y limpió algunos restos de vómito con su camiseta.

—No te ves emocionado con la idea de tener un bebé... siento que me estoy ilusionando solo.

—¿Qué dices? Claro que me emociona pero me preocupa verte así, ¿bien? Tú estás aquí conmigo, por ti debo preocuparme primero. No es normal que estés vomitando tanto, quizás sea el síndrome ese o qué sé yo, ¿pero y si no?

—¿Vamos a ver los exámenes?

—No hará falta, me los mandaron al correo.— se levantó con suavidad y ayudó a su esposo.

Jungkook se acercó al lavamanos, limpió su rostro y lavó sus dientes, mientras que su niño iba en busca de su teléfono para obtener cierta información.

—¿No es irresponsable mandar información privada por correo?

—El mundo se mueve por dinero.

Jungkook escupió la pasta de dientes y miró estupefacto a su esposo.

—¿Le pagaste para... que te lo enviara?

—¿Sí...?— preguntó dudoso.

Aceleró su respiración y continuó lavándose los dientes. Le parecía enfermo que esa idea le fuera tan atractiva. Quería empotrarlo contra la pared y hacerle tantas cosas sucias. Suspiró. Taehyung le tenía mal, y sonaba como si fuese un mantenido de su atractivo príncipe.

Terminó de lavarse los dientes y su niño continuó buscando, en su correo, el mensaje.

—¿Por qué tantos mensajes si ese correo es el privado?

—Muchos me solicitan, cariño, no solo tú.— acarició su pecho con sus dedos y lo miró inocente.—Debo cumplir con la demanda.

Jungkook le gruñó y alejó esas manos traviesas. Le quitó el teléfono irritado y fue hasta la sección de buscar los correos. Escribió el nombre del doctor y se sorprendió al ver varios correos de ese mismo día.

—¿Y esto?

—Enviaron por separado cada resultado del examen de sangre, qué estrés.

—Lo encontré.— sonrió y abrió ese correo.

Salían muchas cosas que no terminaba de entender pero llegó a la parte final donde decía resultado.

Taehyung le quitó el teléfono y lo bloqueó.

—Prométeme que si sale negativo...

—Seguiremos intentándolo.— le tranquilizó.

Taehyung levantó su teléfono y lo desbloqueó con su rostro. Deslizó lentamente hasta leer el resultado y decía positivo. Positivo.

—¡Positivo!— chilló y abrazó a su niño.

Taehyung dejó caer su teléfono sin poder creérselo, también abrazó a su hombre. Estaba en shock, ni siquiera podía decir una palabra.

—¡Mi niño, precioso! ¡Tendremos un bebé!— llenó de besitos su boca.—¡Un bebito lindo! ¡O una bebita!

Lo alzó en sus brazos y le sonrió, achinando completamente sus ojitos, su sonrisa amplia. Taehyung sintió que las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, por la emoción de la situación y porque amaba mucho a su esposo. Lo bajó y lo envolvió en sus brazos, sin dejarlo libre. Dejó otro dulce besito en sus labios y se arrodilló, frente a su vientre.

—¿Quién es el bebito de papá? ¿Quién?— jugueteó mientras le hablaba a su abdomen.

Taehyung negó y se sonrojó, era muy dulce que Jungkook hiciera eso pero le ponía demasiado nervioso que se acercase a una parte delicada como esa, le ponía algo tenso y le daba cosita.

—Kookie, ni siquiera es un bebé.

—Pero lo será.— mencionó tan feliz y orgulloso.—¿Te imaginas una versión miniatura de ti? ¡Qué lindo!

Chilló, tomó a su príncipe en sus brazos y lo cargó hasta recostarlo en la cama. Le mimó unos minutos y luego bajó sus besos a su abdomen nuevamente. No pudiendo con la emoción de saber que será padre junto a su hermoso príncipe. Que procreó con su príncipe.

—No puedo creerlo... de verdad. Tendremos una princesita o un príncipe, ¿lo imaginas?— apoyó su cabeza ligeramente en su vientre, sintiéndolo calentito.

Taehyung se sonrojó algo avergonzado y se dejó hacer con los mimitos de su hombre.

No pensó que llegaría hasta ese punto en la relación con Jungkook.

No lo pensó realmente.

Siempre mantuvo en su cabeza que no era suficiente para Jungkook y cualquier persona en general y en su tiempo no se sintió cómodo con quién era. Pero ver a su esposo con esa carita preciosa, ver que sus ojitos se iluminan cada vez que se detiene a apreciarlo, le ponía realmente feliz y le llenaba el corazoncito. Quizás se convencía a sí mismo, que después de todo, si valía la pena para ese hombre.

Si viviese mil vidas más, o hasta la eternidad, reharía su vida junto a Jungkook sin excepción. Él había sido el único que le había comprendido y le había querido a pesar de sus problemas físicos y mentales. Él único que a pesar de todo, había estado a su lado.

Tener un hijo junto a él, no solo reforzaría la relación, sino que nuevas responsabilidades se sumarían a la relación. Poder establecer su familia, finalmente, le ponía los pelos de punta y le llenaba el corazón.

Ni siquiera podía expresarse correctamente. Era una situación que le había dejado completamente sin palabras y con lágrimas. Un futuro bebé... con Jungkook.

Sintió que Jungkook tomaba sus caderas, y las acariciaba con una suavidad que estremeció su cuerpo completo, como si tocarle le hiciese daño. Su corazón también se estremeció. Bajó levemente sus pantalones y con su lengua acarició cada centímetro de su dulce piel.

Suspiró y sacudió su cabello, Jungkook siempre le hacía sentir bien. Separó sus piernas y le dio acceso a Jungkook para que tocase más de su cuerpo.

Las palabras no hacían falta, Jungkook lo sabía.

Amaba la confianza que se generaba cuando intimaba con Jungkook. Ni siquiera hacían falta palabras para que ambos se sintiesen cómodos y supiesen lo que querían. Sus cuerpos actuaban solos y se conocían perfectamente, incluso a ciegas.

Jadeó al sentir que rozaba con dureza sus dientes, su hombre terminó por sacarle los pantalones. Llevaba ropa interior ligera y casi translúcida. Relamió sus labios y su dedo delineó el borde de la ropa, miró con fascinación las contracciones involuntarias de la pelvis de Taehyung al sentirse tan bien con la situación. Lamió los labios mayores por encima de la ropa interior y deslizó su lengua por el bello cuerpo de su niño, hasta llegar a su boca.

Lo miró a los ojos y le susurró como si fuese un secreto —: Déjame demostrarte cuánto te amo, déjame hacerte el amor.

Menstruation [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora