Menstruation [KookTae]

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Después de casi tres horas de viaje en tren, se bajaron en la estación con el equipaje.

—¿Pido un Uber?

—Sí, bebé— Jungkook abrazó su cinturita por detrás mientras su bebé pedía un Uber—. Nos están mirando mucho.

—Me miran a mí... Supongo que no les parezco normal.

—¿Y qué es lo normal? Que te importe una mierda el resto, amor. Nadie te conoce como yo así que opinión e influencia no deberían de tener sobre ti cosita preciosa, hermosa, única, especial, sexy, deliciosa, inteligente, cariñosa, deseable...

—Yah— le cortó el rollo y Jungkook se molestó. Le agarró los senos y los moldeó a gusto  con sus venosas manos— ¡Jung-Jungkook!

—De lo que se pierden por creer que eres raro... Tae, de verdad. Mi amor, mi príncipe, dueño de mis primeras veces, amo que seas mi novio, amo tanto tu cuerpo y tu bello rostro. La gente no es capaz de observar que eres bello es porque sienten envidia, ya quisieran ser como tú— Jungkook siguió manoseándolo descaradamente en público—. Mi cosita deliciosa.

Afortunadamente, no era una hora muy concurrida por lo que no habían muchas personas observando la obscena imagen con disgusto aparente.

—Jodido hormonal— gimoteó su príncipe, intentando alejar sus manos.

—Yo no soy quien levanta al otro en la madrugada porque se siente caliente, eh. Ese eres tú.

—Shh, el Uber ya llegó— lo tiró del brazo y Jungkook lo siguió, cargando con todo el equipaje.

Después de confirmar al chico del Uber, guardaron el equipaje en el maletero. Jungkook no pudo mantener sus manos quietas, se movían inquietas tocando a su príncipe, delineando cada parte de su fino ser.

—Me has hecho dependiente de ti, príncipe. Siempre necesito estar contigo y tocarte... Necesito sentirte a mi lado.

Taehyung en esa ocasión no llevaba una falda pero sí llevaba un buzo bastante amplio, lo suficiente como para que Jungkook metiera su mano y nadie lo viese. Se acercó aún más y recostó dulcemente su cabeza en el pecho de su TaeTae, disfrutando de su calidez.

Y... confesaba que le encantaba usar los senos de su pequeño como almohadas, porque aparte de que eran calientitas, eran sumamente blandas y cómodas, de una forma perfecta.

Ahora no tenía dobles intenciones, solo lo acariciaba íntimamente. Levantó sus piernas hasta el regazo de Taehyung, aún sentado. Taehyung rió por lo tierno que había sido eso. Acarició su cabello negro y disfrutó de la cercanía.

—Queda poquito, bebé— avisó Tae.

El viaje al hotel fue en silencio, aún con Jungkook descansado en sus brazos como si fuera un niño pequeño.

Cuando llegaron al hotel, la recepción de ambos fue agradable. Hicieron el ingreso a la habitación rápidamente con ayuda del personal para llevar el equipaje y para guiarlos a su habitación.

La habitación daba una hermosa e impresionante vista de la playa y de las tiendas que se hallaban en la misma.

—Kookie, amor... Aún tengo algo que arreglar en recepción... Espérame aquí, por favor.

—Hmm— Jungkook alzó una ceja y su mirada se oscureció—. Te vas a ir justo cuando quiero que me mimes— Taehyung se acercó a él y lo estrechó en sus brazos para consolarlo.

—Vuelvo en un rato, bebé. Será rapidito— sus labios hicieron un puchero y Jungkook inconscientemente lo besó.

—Está bien, mi amor... Haré la previa en lo que vuelves— guiñó su ojo, insinuándose. Taehyung negó avergonzado y antes de salir,  fue azotado duramente contra la puerta.