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—Me siento agotado.— hizo un puchero.

—No entiendo porqué rollito, descansamos a buena hora estos días y no hemos hecho el cuchi cuchi.

—Deja de decirle cuchi cuchi, no tienes cinco años.— le regañó y le apuntó con su brocha para el rubor.

Suspiró y se sentó en la silla que estaba al lado de su niño, para admirar cómo se maquillaba.

Era algo sutil. Sus pestañas tenían algo de rímel y estaban encrespadas naturalmente. Llevaba algo de corrector para ojeras, algo de contorno en sus mejillas y el rubor. Llevaba labial, que en realidad era como un bálsamo que hacía notar sus labios brillosos y gruesitos.

—Quiero hacerte el amor.— soltó de pronto.

—N-No m-me digas esas cosas.— se ruborizó y se escondió tras la paleta de rubores.

—Ay, mi bebito lindo, rico, precioso anda sensible, que maravilla.

Hizo un pucherito y fijó su maquillaje con el spray. Se levantó de la silla, tambaleándose por algunos segundos. Jungkook se levantó rápidamente para sostenerlo en sus brazos.

—¿Cariño?— miró su rostro y se notaba pálido, a pesar del maquillaje que llevaba.

—Estoy bien mi vida, solo que tengo algo de hambre y ya tenemos que irnos.— miró su reloj.

Jungkook asintió y dejó un besito en sus labios. Tomó su teléfono, su billetera y la tarjeta de habitación para luego salir acompañado de su bebé que iba con un precioso vestido blanco apegado a su hermosa figura. Se veía como un ángel. Quiso azotarlo contra la pared y arañar sus piernas, morderlas y dejar marcas. Incluso le pasó un retorcido pensamiento... Azotarlo con algo más.

Sintió su polla palpitar y tuvo que pensar en perros y gatos para olvidar ese pensamiento retorcido de azotarle mientras veía que lloraba de dolor y placer.

Tomó su cinturita y besó su mejilla. Lo llevó hasta el ascensor.

—Te ves tan hermoso, mi niño.— murmuró y marcó el primer piso.

—Tú te ves más lindo, cariño.

—Hm, lo dudo.— le sonrió y no desvió su mirada, admirando las facciones de su niño.

Taehyung se distrajo con la notificación de su teléfono e hizo un puchero.

—¿Qué es?— preguntó Jungkook mientras le levantaba su mentón y hacían contacto visual.

—Debería de llegarme en las siguientes dos semanas, que estrés.— señaló la notificación de su teléfono. Era de la aplicación de salud que venía incluida con el sistema iOS y en ella llevaba el registro de su periodo desde que tenía memoria. La aplicación conocía tan bien su periodo que en ocasiones le daba miedo.

—Ah.— asintió y dejó un besito en su mano.

El ascensor llegó finalmente al primer piso y varias personas los miraban extraño. Jungkook evitó las miradas y llevó de la mano a su esposo hasta la limusina que les esperaba en la puerta del hotel.

Su niño ingresó primero y luego su persona. Era elegante, todo de cuero negro y algunas luces iluminaban sutilmente el lugar, los vidrios estaban polarizados y habían algunos tragos y champán junto a varias copas y algunos snacks.

Se sentaron cerca de la comida y Jungkook se sirvió algo de champán, su niño se negó y prefirió algo de agua, no se sentía en condiciones de beber por no haber comido pero le había sido imposible comer, los nervios le atacaban hasta querer llorar.

Jungkook bebió de una todo el contenido de su vaso, arrugando su nariz en el proceso. Amaba beber algo de alcohol de vez en cuando pero no le gustaba mucho cuando no podía hacerlo junto a su niño así que prefirió no beber más y se apegó a su bebé en el asiento, esperando con ansias a que los llevasen al lugar.

Menstruation [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora