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Ya se encontraban en la playa disfrutando del sol. No habían muchas personas, no era una temporada en que la gente desease salir a disfrutar.

Taehyung estaba tomando sol con su trasero al aire y su torso apegado a la toalla, mientras Jungkook masajeaba su cuerpo con bronceador.

—Estarás tan canelita...— sus manos acariciaron con pasión y deseo, apreciando la belleza de su chico.

Taehyung simplemente se sentía bendecido, agradecido y deseado. Habían tantas chicas con bonitos cuerpos en la playa pero aún así los ojos de su sexy novio estaban fijos en él y sólo en él. Taehyung se quedó dormido con las caricias tan delicadas que recibía en su cuerpo, y Jungkook no se percató.

—Debes llamar a tu padre que me pregunta tanto por ti. ¿Sí, cariño?— no recibió respuesta.—¿Bebé?— lo removió y Taehyung seguía sin responder.—¡Príncipe!— lo movió bruscamente asustándose.

—¡Eres un bruto!— le gritó asustado, levantándose.

—P-Perdóname, bebé. Creí quque algo te había pasado.— Taehyung se volvió a sentar y Jungkook se posicionó encima de sus piernas canelitas.

—¿Q-Qué haces, cariño?— el menor se sonrojó.

—Mímame.

Taehyung quiso llorar.

Abrazó a su novio y le cantó cálidamente al oído, acariciando su espalda y jugando con sus mechones del cabello. Nadie pensaría que Jungkook actuara de esa manera, tan mimoso y dependiente de su chico.

—Kookie, mi amor, se está poniendo helado. Deberíamos volver al hotel.

—Hmm.— gruñó Jungkook en su cuello, estaba tan cómodo y cálido que no quería moverse del regazo de su príncipe.

—Vamos, Kookie. Te dejaré en abstinencia si no mueves tu culo.— Jungkook se levantó rápidamente y ayudó a su príncipe.

—Vámonos, cariño.— entrelazaron sus manitas y tomaron sus cosas para volver al hotel donde estarían cálidos, juntitos en la cama.

Llegaron relativamente rápido, todo por insistencia de Taehyung. Mordió su labio nervioso y se quedó algunos segundos en blanco, para luego decirle que era hora de los regalos.

—Me costó muchísimo conseguir todo el dinero y convencer a mis padres de que me dieran dinero y la pensión... de mi padre biológico... Espero que te gusten, Jungkookie.

Jungkook asintió y apegó el cuerpo de su bebé contra su torso.—¿Qué es, cariño? Te he dicho mil veces que lo material no me importa. Si tú estás a mi lado... es más que suficiente.

—Lo sé pero yo quería darte unos regalitos de todas maneras.— caminó hasta su maleta y sacó una bolsa negra grande elegante.

Jungkook ladeó su rostro confundido y recibió la bolsa. Kim se escondió entre las sábanas de la cama mientras su novio abría la bolsa. Lo primero que vio fue una caja blanca sin diseño ni nada. Se sentó en la cama y abrió la caja. Sus ojos automáticamente se llenaron de lágrimas al ver la caja de un iPhone envuelta en plástico, señalando que era completamente nuevo. Apoyó la caja en sus piernas y sacó otra caja negra de la bolsa. Esta vez sí pudo reconocer lo que era.

Las Timberland que siempre había soñado tener. Sus ojitos soltaron las lágrimas que llevaba aguantando y se levantó para tirarse a la cama con su niño y llorar como bebé.

—N-No debiste.

Jungkook se sentía más que agradecido. Ni viviendo mil vidas hubiese podido costearse las Timberland ni muchísimo menos el iPhone. Aunque también le dolía su corazón que Taehyung gastase tanto en él. Claramente no iba a aceptar esos regalos, era demasiado para él. No lo merecía.

Menstruation [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora