Menstruation [KookTae]

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-Se supone que tú deberías de estar mimándome.- se quejó Tae mientras dejaba más besitos en la mejilla de su prometido.

-Yo también necesito atención de mi rollito.- alzó su mejilla y dejó salir una sonrisa sin mostrar sus dientes.

-Tienes una piel preciosa, mi vida.- acarició dulcemente con su dedo pulgar la sonrojada mejilla de Jungkook. Y estaba en lo correcto; la piel de Jungkook era preciosa. No era suave y blanca como la de un bebé, al contrario, tenía textura y era un poquito morena. A pesar de que era lampiño, algo de vello se asomaba por sus mejillas y mentón. Puntos negros diminutos, algunos granos pequeños, líneas de expresión pequeñas que antes no eran visibles.

Dejó un suave besito en su mentón y miró sus labios; eran delgados y estaban resecos pero aún así tenían su brillo particular. Tenían su forma definida... eran unos labios preciosos que te apetecían tocar y besar.

Dejó un suave besito en su boca y continuó admirando la parte superior de su rostro. Su nariz era un poco grande, no demasiado pero seguía siendo preciosa. También tenía textura, algo de brillo por el sudor y la grasa natural del cuerpo. Su nariz llena de puntos negros también diminutos y granos casi imperceptibles. Algunos pelitos se asomaban desde sus fosas nasales, le pareció un detalle tierno. Miró a los lados y detalló aún más sus mejillas, una preciosa cicatriz en su mejilla izquierda que se parecía a las que tenía en su cuerpo. Jungkook todavía no le confiaba la historia detrás de cada cicatriz pero no lo iba a presionar, sabía que algún día se lo contaría detalladamente y podría amarlas aún más. Dejó un duradero beso en su cicatriz.

Dejó dos besitos en la punta de su nariz y miró sus ojos. Algo que personalmente le fascinaba de Jungkook. Era como ver su alma y sentir cada emoción y sentimiento que él mismo sentía pero sin reflejarlo o hablarlo. Era la ventana al alma, como decían. Sus ojitos usualmente se veían negros pero eran castaño oscuro, con algo de amarillo oscuro al rededor de sus pupilas. Fascinado, admiró como las pupilas de su prometido se dilataban casi completamente. Sus pestañas eran largas y tenían su forma definida. Habían algunas más pequeñas que otras y tenía un poco reseco su párpado izquierdo. Sus ojeras eran notables, no mucho, pero lo suficiente como para saber qué no había dormido correctamente. Tenía algunos granitos pequeñísimos que sobresalían en sus bolsitas. Sus párpados estaban un poco oscuros, y curiosamente tenía doble párpado casi imperceptible pero un detalle, sin duda, encantador. Sus cejas iban acorde a sus afilados e intimidantes ojos. Tenían una forma única, sus cabellitos castaños y bien ordenados. Un pequeño corte en su ceja derecha evitaba que le creciera vello, un defecto increíblemente Perfecto. Le parecía caliente ese detalle, dándole apariencia de un muchacho maleante.

En su frente caía algo de su cabello negro con reflejos castaños y pelirrojos. Se veía bonito con su cabello ordenado. Se veía como un chico bueno pero admitía que prefería verlo con su frente descubierta, con sus ojos desnudándolo, admirándole el alma.

Hace algunos años Jungkook tuvo un caso importante de acné pero lo ocultó con bases hidratantes de maquillaje. A Taehyung le molestaba mucho porque no podía apreciar a su novio. Y luego de que cumpliera los veinte, su caso mejoró y dejó de usar base. Se sentía algo inseguro respecto a cómo lucía su piel pero Taehyung se encargaba de dejarle besitos y le ayudaba haciéndole mascarillas y cremas hidratantes para ir cuidando aún mejor su carita preciosa de bebé.

Sin duda mantenía una piel preciosa. Las arruguitas de sus sonrisas ya se marcaban un poco más en sus mejillas y en las esquinas de sus ojos. Y aún más hermoso era que sus ojitos brillaban e incluso sonreían.

Los ojos de Jungkook siempre reflejaban primero cualquier emoción que sintiese en el momento y eso lo aprendió con el paso de los años al verle tan detalladamente. Sus ojitos brillaban y se achinaban antes de sonreír, y cuando estuviese triste o enojado borraban su brillo característico y se veían decaídos.