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Taehyung se removió en la cama con frío. Se acurrucó con las sábanas pero no fue suficiente. Buscó a su esposo con el brazo pero no estaba en la cama. Suspiró y abrió sus ojitos hinchados. El sol apenas salía por el horizonte. Hizo un pucherito y se levantó de la cama, tomando su vientrecito con ambas manos. Caminó por todo el piso y no encontró a su chico. La última opción fue ir hasta el balcón.

—¿Kookie?— llamó a una sombra oscura que se notaba en la esquina del balcón.

—¿Bebé? ¿Qué haces aquí? Hace frío, ve a acostarte.— lo tomó de su cinturita y lo tiró a su cuerpo.

—P-Pero tú también estás...

—Shh.— besó suavemente sus labios.—Vamos a acostarnos, precioso.

—¿Qué hacías aquí afuera?— atrapó los labios de su esposo con sus deditos, infantilmente.

—Me desperté de golpe y luego no pude dormir.— susurró y lo llevó hasta la cama.—Hice algo de ejercicio pero aún así no tengo sueño.

—Bebé...— suspiró y lo apegó a su fino cuerpo.—¿Me haces mimitos? también quiero que me cuentes qué pasó realmente.

—¿Q-Qué pasó realmente?— preguntó con su voz entrecortada y en un susurro.

—Sí, mi amor.

—Em-... es que- koo-kie qui-quiere helado.— sus ojitos se llenaron de lágrimas y se escondió en el pecho de su esposo.—Y no hay helado.— sollozó y Taehyung rió con ternura.

—Oh, bebé.— tomó su carita preciosa y lo mimó.—Es muy temprano para comer helado... en la tarde podemos comer, ¿te parece bien?

—¿Rollito lo promete?— murmuró con su voz ahogada, triste.

—Rollito promete darte helado, bebé. Tapémonos que hace frío y aún es temprano para ir a trabajar.

—¿Tra-Trabajar?

—Sí, Koo, trabajar.— apretó los labios de patito de su hombre.—Estás grandecito. Ya casi vas a cumplir treinta.

—¿Treinta?— susurró y su voz cambió repentinamente.—Príncipe me prometió algo para mis treinta y quiero adelantarlo.

Se subió encima de Taehyung y el chico se encogió en la cama avergonzado e intimidado del cambio abrupto de su bebé grandecito. Parecía que él estaba embarazado realmente.

—Kookie quiere atención.

—¿Ahora ya? pero...

—Quiero...— suspiró frustrado y apoyó su pelvis contra la zona baja de su rollito de canela.

—¡koo, no!— gritó en un susurro pero Jungkook hizo caso omiso, se apegó melosamente a su niño y ronroneó en su cuello, mientras le marcaba dulcemente.—¡kookie!

—Kookie quiere hacer el amor.— arrugó su nariz y atacó la boquita de su dulce niño avergonzado.

—No adelantaré nada de tus treinta, mi amor. Hagamos el amor pero con una condición.— Jungkook asintió ansioso.—Hazme mimitos en mi cosita primero.

Acarició su vientre bajo que se abultaba ligeramente. A Jungkook le brillaron los ojitos y asintió rápidamente. Bajó su rostro al bultito de su bebé y comenzó a acariciar con su nariz. Reconocía el terreno de a poco, luego lamía para terminar dejando dulces besitos. Y para finalizar, acarició con sus dedos y dejó aún más besitos con amor en su lindo y pequeño vientre.

Levantó su mirada y vio a su bebé llorando contra una almohada. Su corazón se debilitó y atrapó al niño entre sus brazos.

—¿Bebé?

—Siempre me haces tan bien el amor, Kookie...— dijo con su voz llorosa, desgastada y aguantando sus sollozos.—Siempre reflejas todo lo que me amas y hasta me siento insuficiente... te amo demasiado Kookie, mucho.

—¿Mucho, mucho?

—Mucho, muchito.— susurró y Jungkook continuó haciéndole el amor.

Lo desnudó y detalló cada centímetro de su piel canelita con sus dedos largos temblorosos, con temor de hacerle daño. Su boca iba lento, iba a su ritmo. Saboreó cada punto erógeno de su niño y le tomó más tiempo atacar sus senos preciosos. Su lengua exploró cada centímetro de los labios mayores de su niño y con sus manos, forzaba a tener las piernas abiertas y también detenía el temblor de las mismas. Aprisionó el labio mayor entre sus belfos y tironeó con descaro.

—N-No hagas eso~...— susurró casi sin voz, suplicando.

Escupió y luego dejó salir una risa burlona. Ya no era kookie, era Jungkook. Miró su cosita como si fuese el manjar más exquisito del mundo y frotó con fascinación. Taehyung tenía sus piernas abiertas en dirección a Jungkook. Le avergonzaba estar así de expuesto pero todo eso pasaba a segundo plano y blanqueaba sus ojos.

Ya no sabía a qué superficie aferrarse, por lo que solo atinó a tomar la parte trasera de sus rodillas y se expuso aún más. Lágrimas seguían saliendo silenciosamente y caían a su cabello a los lados de su rostro, y mojando superficialmente la cama.

Jungkook siempre se lo hacía tan bien, tan rico, tan inolvidable...

Blanqueó sus ojos y contrajo dolorosamente su interior, terminó corriéndose contra la boca de Jungkook. Soltó sus piernas y sus cuatro extremidades cayeron débiles a la cama. Jungkook sonrió completamente satisfecho y limpió a su bebé con toallitas húmedas. Lo recostó bajo las cobijas calientitas y lo dejó dormir unos minutos más.

Jungkook preparó sus cosas para el trabajo, y cuando finalizó se tiró a la cama. Gimió y tomó su polla, el rebote hizo mover su cosita dura pero no quiso tocarse. Le gustaba torturarse de esa manera porque luego su niño le atendía muy bien y era consentido como un pequeño bebé.

Observó a su bebé durmiendo plácidamente, su precioso rostro reflejando paz y tranquilidad. No aguantó y terminó acercándose para atacar su cuello. Lo despertó de golpe y Taehyung comenzó a reír intentando sacar a Jungkook de esa zona tan peligrosa.

—¡Ba-Basta!— gritó como pudo.

Jungkook aguantó sus carcajadas y disfrutó de la hermosa risa de su príncipe. Se separó lentamente y vio los preciosos ojos azules de su bebé con lágrimas de tanta risa. Se le hizo tierno. Besó sus párpados con amor y se levantó ligeramente.

—Vamos a desayunar, Taehyung.— susurró.

Taehyung borró todo rastro de diversión en su rostro y miró a su esposo con pena.

—N-No me digas así.— sus ojitos se llenaron de lágrimas y no comprendió la expresión de Jungkook.

—No, bebé, no me malentiendas.— susurró suavemente y tomó al niño para sentarlo en sus piernas.—Solo recordé todo lo que hemos vivido y nuestro inicio. Siento que nada es real... me da miedo, ¿sabes? sentir toda esta maravilla todos los días me da mucho miedo, ¿qué tal si el día de mañana despierto y no estás a mi lado? ¿qué tal si solo estoy soñando? debía llamarte por tu nombre.

—Claro que todo es real, Kookie... todo lo que hemos vivido lo es. Yo todavía recuerdo cuando nos escapábamos de clases o cuando viajamos en tren y estuvimos a solas, ¡cuando me dedicaste esas canciones! o cuando mi padre te dio la charla de la vida cuando fuiste borracho a mi casa proclamando tu amor por mí.— susurró con diversión y dejó un besito en la boquita de su rico bebé.—Todo es real bebé, siempre estaré a tu lado... siempre. Príncipe te ama mucho.

—¿Mucho? ¿en serio?— murmuró con un pucherito y se apegó aún más al torso de su bebé.

—Mucho, muchito.

Menstruation [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora