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—Entonces... ¿nos vemos el lunes?

—Claro, Tae. Nos vemos.

Taehyung tiró su teléfono a la cama después de haber cortado gritando y chillando de la emoción.

La semana después de la fiesta había ido bastante bien, se hablaban casualmente, se besaban a escondidas, se dedicaban sonrisas y mensajes.

Su relación iba bastante bien, nadie sabía que mantenían una relación así de cercana pero se sentían cómodos así, manteniéndolo todo en secreto. Jungkook decía que lo hacía más peligroso, más excitante y evitaba que personas ajenas se entrometieran en la relación.

Y Taehyung no podría estar más de acuerdo, siempre que llegaba a la sala de clases después de haberse besado a escondidas con Jeon, sus piernas temblaban y no podía coordinar bien sus movimientos. Se sentía tan bien esa sensación de que lo pudiesen descubrir. Y ninguna zorra envidiosa se atrevía a meterse porque precisamente no sabían nada. Se sentía satisfecho con lo conseguido con Jeon, iba bien. Iban lento, iban a un ritmo cómodo. Jungkook había demostrado estar realmente interesado en él, con sus cartas sin editar en su teléfono desde 2013.

Era demasiado difícil creer que su enamorado finalmente le correspondía.

Estaba en un sueño del que definitivamente no quería despertar. Su corazón le decía que no podía confiarse, sabía que algo iba a pasar. Era algo tan común. No puedes ser feliz sin sufrir antes.

Tenía pánico.

Y también tenía miedo con la supuesta situación de la que se había enterado. Se sentó en la cama y abrazó sus piernas. Miró la pared y su mente se perdió, divagando en recuerdos antiguos.

Él no quería sufrir de nuevo. No quería sufrir más consecuencias, él no había tenido la culpa de haber nacido así, claro que no. Él solo quería ser una persona normal, encajar sin ser discriminado.

La presión en su pecho lo ahogó y sus ojos se llenaron de lágrimas. Se sentía estúpido buscando la aceptación social. Se levantó, apagó las luces y cerró la cortina, dejando la habitación sumida en la oscuridad. Se acostó en la cama, abrazando la almohada en la que estuvo Jeon recostado y luego recordó que él había dejado su sudadera en su baño cuando se duchó, así que fue a por la prenda. El olor a su perfume de Giorgio Armani, mezclado con su delicioso aroma natural. Su expresión facial relajándose y sus muslos juntándose por inercia. Se colocó la sudadera y se volvió a recostar en la cama con su corazoncito dañado.

Tenía miedo de que Jungkook estuviese fingiendo todo. Casi caía en sus miradas sinceras, en sus palabras y sus gestos.

Definitivamente estaba más que enamorado y la idea le asustaba.

Su teléfono comenzó a vibrar y su corazón se aceleró porque reconoció el tono de la llamada.

—¿Kookie?

—Perdón que moleste, TaeTae pero... ¿puedo ir a tu casa? No puedo esperar hasta el lunes para juntarnos, cariño. T-Tengo libre ahora mismo.

—S-Sí, sí puedes, Kook...— se escondió entre las sábanas y cortó la llamada.

Cerró sus ojos y esperó a que Jeon llegara. Su teléfono vibró; "estoy afuera, Tae".

Bajó las escaleras perezosamente y le abrió la puerta a Jungkook, estaba con una vestimenta casual pero que le quedaba demasiado bien.

—¿Tae...?— sus ojitos brillosos mirando la carita de pena de Taehyung y sonrojándose levemente al ver que el chico lindo tenía puesta su sudadera.

Menstruation [KookTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora