Emily
-Diego - dije en un susurro.
No podía creer que el primer día que estaba aquí, a la primera persona que vería seria a él, sentía una opresión en mi pecho y más cuando se acercó, con esa sonrisa que alguna ocasión me hizo suspirar y ahora solo me asquea.
-Bebé - me habló con ese apodo que tanto detesto, viniendo de sus labios.
-Por favor, retírate que contigo no tengo nada que hablar - le dije muy cortante - y nunca vuelvas a dirigirte así conmigo.
Dio un paso más hacia donde estaba e hizo ademán de querer tomarme por el brazo, pero Andrea se lo evitó.
-Joder tío, que te ha dicho que te retires - le dijo poniéndose enfrente mío y su tono de voz muy molesta.
-Mira muñequita, no te metas en lo que no te llaman, a menos que, quieras tener un trío, para eso serias muy buena - le dijo viéndola de pies a cabeza, tan repulsivamente.
-Gilipollas - la tuve que tomar de la cintura, para evitar que lo golpeara.
-Vámonos de aquí - le dije a Andrea - y tú, eres un maldito patán, me arrepiento de que seas parte de mi pasado, ya déjame en paz, haz tu vida y deja de acosarme imbécil - me dirigí al idiota.
Tome de la mano a Andrea y la jale para salir de ahí, a lo lejos escuchaba a Diego hablarme, pero no me detuve hasta estar fuera de ahí, sentía mi cuerpo temblar del coraje.
-Perdóname, por favor - fue lo único que pude decirle a Andrea.
-No tienes por qué pedirme disculpas - me abrazó y deposito un tierno beso en mis labios - vámonos, busquemos otro lugar donde comer.
El mesero que nos estaba atendiendo nos alcanzó y nos dijo que miro toda la situación por lo que se tomó el atrevimiento de pedir que nos dieran la comida para llevar, se lo agradecimos, pagamos sin esperar cambio y nos fuimos de ahí a mi casa.
Finalmente llegamos a mi casa, comimos, platicando de muchas cosas y evitando tocar el tema de lo que pasó en el restaurante, hasta que finalmente decidí decirle todo a Andrea.-Andrea, necesito platicarte de quién es el imbécil del restaurante - me miró y soltó un suspiro.
-No tienes que decirme, porque sientas una obligación - miré sus ojos y solo sentí tranquilidad - pero si con eso sientes tranquilidad, te escucharé - me regaló una sonrisa, a lo que solo asentí.
-Él es mi ex prometido, estuve a un mes de casarme hace más de dos años - tomé aire antes de continuar - lo descubrí engañándome con una de "mis amigas" - hice unas comillas al aire - pero el muy descarado se quiso excusar diciéndome que ella fue quien lo buscó y todo pasó porque estaba ebrio, no le creí y cancelé todo - Andrea tomó mi mano y me hizo una suave caricia.
-Me buscó pidiendo perdón por casi un mes, hasta que dejó de hacerlo, con el tiempo lo superé, hasta hace unos seis meses, que comenzó a acosarme donde quiera que yo fuera, una noche me acorraló afuera de casa, por suerte llegó mi cuñado y evitó que algo pasara, pero eso no lo detuvo, siguió el acoso y esa es la razón por la que decidí irme a España - finalicé soltando una bocanada de aire.
Andrea me abrazó y depositó varios besos en mi frente, mejillas, nariz y finalmente uno en mis labios, finalmente nos quedamos en silencio un rato, solo escuchando nuestras respiraciones, hasta que finalmente habló muy tranquila.-¿Lo denunciaste? - preguntó.
-No, por miedo - me miró intentando formular la siguiente pregunta - su familia es muy influyente y a él no le hubieran hecho algo.
-No voy a permitir que se te vuelva acercar y si lo hace se las verá conmigo - me dijo muy determinante.
-No quiero que te lastime, por mi culpa.
-Que lo intente, entonces conocerá a Andrea Carrasco y le enseñaré a no meterse con mi princesa - arqueó su ceja.
Este gesto protector me enterneció, por lo que acaricié su mejilla derecha, miraba sus labios, que no tarde en darle un beso, al principio suave, lento, sentí una mano en mi cuello atrayéndome más hacia ella profundizando nuestro beso, mis manos divagaban de su cuello hacia su hombro, me separé de ella y le di varios besos, haciéndola sonreír.
-Eres muy tierna, mi guapa española - le dije dándole un beso casto.
-No puedo verte triste, con esa carita, me llena de angustia, mi corazón - me hizo un puchero.
-¿Cómo me dijiste? - sentía mi pecho acelerado, por esa simple palabra corazón.
-Que no puedo verte... - me veía confundida.
-Eso no, lo último - la interrumpí.
-Corazón - su cara era un poema.
-Sí - la llené de besos por todo su rostro, provocándole un ataque de risa -, y tú eres mi lucero - finalicé dándole un beso en esos labios que tanto me enloquecen.
...
Después de hablar con mi hermana y preguntarle del progreso de mi cuñado y asegurarme que todo iba bien, que no me preocupara de nada, decidí llevar a Andrea a caminar un poco por la ciudad.
Íbamos tomadas de la mano, para ser más precisos en el Paseo Santa Lucía, lugar que me gusta de noche por su iluminación, me gusta verla admirando todo.
-Ha cambiado bastante, hace muchos años que vine y no se miraba así por las noches - me comentó viendo hacia el lago artificial.
-¿Has venido anteriormente? - me descolocó con su comentario.
-Sí, princesa, hace aproximadamente diez años, vine a visitar una tía que en ese entonces vivía acá, junto a mis padres y hermana - su mirada viajo del lago a mis ojos y me sonrío.
-¿Por qué no me habías dicho? - en serio seguía muy sorprendida por su confesión.
-Es que realmente, para mí no tenía mucha importancia, solo un recuerdo fugaz que tengo de mi visita - sonrío nostálgica.
-¿Conoces otro lugar? - le pregunté muy interesada.
-Solo la capital, por mis vacaciones de verano viajábamos a visitar a mis abuelos, pero se mudaron a Barcelona y ya no he regresado a México, desde ese último viaje que te platico - alzó sus hombros restándole importancia.
Quise seguir preguntándole de esa época, pero realmente no quiero llegar aún a esa historia y aparte comenzó a llover, por lo que tuvimos que irnos a la casa.
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Nota del autor:Les dejo un poco del pasado de Emily y el porque se mudó a España.
Por ese ex tóxico, Emily reaccionó mal cuando pensó que Andrea tenía a alguien más en su vida.
Poco a poco, Andrea y Emily, van llevado una mejor relación porque están aprendiendo a abrir sus corazones y dejar que esas heridas del pasado no les afecte.
Andrea tiene nostalgia al recordar su última visita.
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Espero que les haya gustado este capítulo, les mando saludos desde un rinconcito de México.
P.D. El capítulo que se viene, es uno de los que más he disfrutado escribiendo, nos vemos el próximo jueves, besos.
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Tu mirada
RomanceExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...