Emily
Estoy en la oficina revisando unos planos cuando recibo la llamada de Ximena, avisándome que mi esposa rompió fuente, dejo lo que estoy haciendo para tomar mi bolsa, celular y llaves del auto, salgo corriendo de la oficina, al llegar al elevador presiono varias veces el botón de descenso, como si eso hiciera que llegara rápido, cuando se abren las puertas, entro y presiono el botón que da al estacionamiento. Siento una opresión en mi pecho, necesito apresurarme para llegar inmediatamente con mis amores.
Cuando el elevador abre sus puertas en el estacionamiento, salgo corriendo a mi auto, donde me subo, lo enciendo, me coloco el cinturón de seguridad y comienzo a conducir rumbo al hospital. No tengo idea de cuantos señalamientos de tránsito me he saltado, ruego que no me detengan en mi camino, necesito llegar para saber que Andrea se encuentre bien.
Me acerco al hospital, estaciono el auto, agarro mis pertenencias y bajo inmediatamente, corro del estacionamiento a la entrada de urgencias, donde ingresaron a mi esposa, al entrar busco a Ximena o alguien, para que me diga donde está Andrea, tengo mi ritmo acelerado, y mi respiración agitada no me ayuda en nada para acercarme a preguntar a la recepcionista, cuando veo a mi cuñada caminar hacia mí, doy gracias, me apresuro, le doy mis pertenencias, su cara me indica que algo anda mal.
-Emily, ingresaron a mi hermana a quirófano de emergencia, se desmayó, se le bajó la presión y necesitan ver que los bebés estén bien, así como ella, solo vine para esperar por ti y puedas estar con ella, antes de desmayarse pedía por ti - siento un nudo en garganta, solo asiento y me dejo guiar por Ximena.
Caminamos por los pasillos del hospital, llegando al área de quirófano, ella se quedará afuera para recibir a nuestra familia, una enfermera me da indicaciones de que debo ponerme una vestimenta especial y lavarme bien las manos, brazos y rostro para poder ingresar, hago todo lo que me solicita, ya quiero ver a Andrea, para tranquilizarme, acariciarla y sentir esa paz que me transmite.
Realizado todo lo que me solicitó la enfermera, ahora me guía al interior del quirófano, al entrar veo a mi esposa acostada en una camilla, rodeada de varios aparatos, sus ojos están cerrados, los médicos me dicen que su presión está muy baja, que necesitan actuar en este momento, para que no se complique la salud de nuestros bebés, me acerco a la camilla y comienzo a darle besos por todo su rostro, agarro su mano y acaricio.
-Mi vida, por favor abre esos hermosos ojos, quiero ver ese par de jades que hacen que mi mundo se ilumine, por favor, mi cielo, no quiero que nada malo te suceda, amor ya estoy aquí y no pienso alejarme de ti, te amo y sin ti no puedo seguir - mi voz se quiebra y mis lágrimas corren por mis mejillas.
-Señora, necesitamos proceder, los bebés pueden tener secuelas si sigue así su esposa - me dice nuestra doctora, solo asiento.
No puedo creer que el día que debería ser el más feliz para ambas, me tenga con un nudo en mi corazón, porque me da miedo que mi esposa le suceda algo, no la quiero perder, por favor, no quiero pensar en eso, quiero que ella reaccione, veo de reojo que comienzan a preparar todo y los latinos de Andrea son bajos, me explican que no pueden ponerle medicamento para subir sus latinos, ya que les puede afectar a nuestros hijos.
-Amor, por favor, necesito que estes conmigo para recibir a nuestros bebés, te lo suplico amor, no me dejes, te necesito más que nunca, yo no soy tan fuerte como tú - le susurro al oído casi en suplica.
El personal médico comenzó a hacer su labor, yo realmente no quise mirar todo lo que le harán a Andy, solo estoy acariciando su rostro y dándole besos, tengo nuestras manos entrelazadas. Los minutos pasan, hasta que escuchó el primer llanto, uno de nuestros pequeños ha nacido, veo que lo están revisando, llora mi bebé, lo quiero acunar y protegerlo, cuando el segundo llanto suena, sacándome de mi pensamiento, siento los dedos de Andrea moverse.

ESTÁS LEYENDO
Tu mirada
RomansaExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...