Emily
Me desperté sintiendo suaves caricias por mi abdomen, subiendo lenta y delicadamente por el centro de mis pechos, hasta llegar a mi cuello, sentí como recorría delicadamente mi rostro, apartó el cabello de mi rostro y siguió su recorrido hasta llegar a mis labios, los contorneaba delicadamente. No resistí más y abrí los ojos, la imagen más hermosa, ese par de jades que me tienen enamorada desde que la miré.
Me sonrío, curveando de un lado sus labios, es tan hermosa, incluso recién levantada, sentí sonrojarme, así que me acurruqué en su regazo, escondiéndome en su cuello.
-Increíble, que después de todo lo que hicimos, aún te sonrojes cuando te sonrío.
-Aún no me acostumbro a esa manera que tienes de verme.
Me acarició la espalda y me abrazó más a ella, dejando besos en mi frente y coronilla.
-Aunque quiero seguir así contigo, mi amor, tienes que levantarte y contestar tu celular, tiene unos minutos que ha estado sonando.
Me levanté muy apresurada a buscar mi celular, revisando las llamadas perdidas, tenía unas veinte por parte de mi jefa y unas cuantas, de Valeria, estaba pensando en que decirles, cuando timbró nuevamente, estaba entrando en pánico.
-Contesta amor - me abrazó por detrás Andrea - dile que estabas cumpliendo una de mis exigencias - me dio un beso en el hombro.
-Bueno - intenté sonar lo más calmada que podía.
-Emily, he estado marcado desde el mediodía que regresó Valeria a la oficina, ¿dónde estás?, ¿te encuentras bien? - me decía mi jefa, me sentía un poco culpable por preocuparla.
-Discúlpame por no haber avisado, estoy bien, en este momento sigo con la señorita Carrasco.
-¿Pasó algo? - realmente se escuchaba muy preocupada.
Andrea me arrebató el celular, me quería dar un micro infarto.
-Mendoza, perdón por robar a tu arquitecta tanto tiempo, lo que pasa es que me iba explicando cada detalle de la remodelación, y yo le voy haciendo platica, no nos habíamos fijado en la hora, prometo llevarla inmediatamente.
-Gracias, todo quedó de maravilla, la señorita García hizo un trabajo excelente - me nalgueó cuando dijo esto último.
-Vamos a bañarnos y nos vamos - me dijo al finalizar la llamada.
-¿Cómo planeas que llegué a la oficina recién bañada? - pregunté escandalizada.
-Les dices que te caíste en la alberca.
-No se lo va a creer, más porque le dijiste que estuvimos platicando.
-Inventa una pequeña historia, de cómo tropecé, me estabas ayudando, pero terminaste cayendo también a la alberca.
-Eres increíble.
-Lo sé, vamos a bañarnos antes de que se te haga más tarde.
Solo asentí y me dirigí al baño, cuando me miré al espejo, pegué un grito.
-¿Pasó algo? ¿estás bien, amor? - entró rápido mi novia.
-Me dejaste marcada por el cuello y pecho, el vestido no va a tapar nada de esto - le dije señalándome los chupones.
-Lo siento mi amor, no me contuve, diles que yo te los hice.
-Estás loca, voy a llegar a mi trabajo diciendo que realmente tarde por hacer el amor con mi novia, que resulta que es la cliente que visité esta tarde.

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Tu mirada
RomanceExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...