Emily
Ya estoy arreglada para ir a trabajar, miró el reloj y aún es temprano.
-Buenos días, mi amor bonito - me dijo mi novia abrazándome por la espalda y acariciando su nariz en mi cuello y hombro.
-Buenos días, mi amor - le contesté al girarme y darle su beso - salgamos a desayunar, tengo tiempo antes de entrar a trabajar.
-Si mi princesa - me dio varios besos por toda la cara - lo que quieras mi amor - finalizó dándome un beso en la frente.
-Me encantas - tomé su rostro y apreté sus mejillas - mi lucero - le di un pico y entrelacé nuestras manos.
-Tu manejas - me detuve en seco cuando me dijo esto.
-Yo encantada mi amor - le extendí la mano - dame las llaves.
-Aquí están mi vida - me dio las llaves de su auto.
Salimos del departamento, no sin antes tomar nuestros bolsos. Llegando al estacionamiento busqué su auto y presioné el botón para quitar la alarma, pero en su lugar sonó la alarma de un auto deportivo, color plateado, estacionado a un lado de su auto.
-¿Compraste otro auto? - la miré un poco confundida.
-¿Te gusta? - me contestó con otra pregunta, haciéndome arquear mi ceja.
-Si esta bonito - detalle el auto y me fije que es un Porsche - tienes buen gusto.
-Eso lo sé mi vida - me dio un beso en la mejilla - andando que se te hará tarde.
Nos subimos al auto y que sonido tan hermoso tiene al encender el motor, manejé a un restaurante mexicano, ya extraño la comida de mi país. En el camino fuimos cantando y bromeando.
-¡Qué rico! - decía mi novia dando pequeños saltos cuando bajamos.
-Vamos amor - la tomé de la cintura para entrar.
Nos sentamos y ordenamos, pedí unos chilaquiles, tengo días con ese antojo, tendré que buscar donde vendan los ingredientes para hacerlos. Mi novia pidió unos huevos con machaca. Me emocioné que tienen agua de Jamaica y horchata.
Comimos intercambiando de nuestros platillos, Andrea estuvo como niña pequeña pidiéndome que le prepare chilaquiles, se lo prometí, solo si encuentro donde vendan los ingredientes para poder hacerlo. Después de casi una hora, pagamos y salimos del restaurante.
Saqué las llaves del auto y se las extendí a mi novia, pero se negó en tomarlas.
-Tú me llevaras al trabajo amor - me dijo con una sonrisa.
-Muy bien señorita Carrasco - le dije fingiendo seriedad - la llevaré a su trabajo - caminé al auto para abrir la puerta del copiloto - por favor, suba mi bello jade.
-Con esta bella dama, por supuesto que me subo al auto - me tomó de la cintura acercándome a ella.
-Como pago, exijo muchos besos - coloqué mis brazos en sus hombros.
-Ese tipo de pago me agrada - me besó la comisura de los labios - quiero - beso - contratarla - beso - por - beso - todo - beso - el - beso - día.
-Me encantas - le dije cerca de sus labios - eres tan cariñosa - la besé succionando sus labios - te amo - la dije conectando nuestras miradas.
Abrió sus ojos muy grandes, movía sus labios como queriendo sonreír y gesticular alguna palabra, se sonrojó y su agarre en mi cintura fue más fuerte.
-Te amo - volví a decirle - no me importa si aún no estás lista en... - me interrumpió besándome y uno muy necesitado.
-Yo también te amo - se separó un poco para conectar nuestras miradas - en serio te amo mucho mi amor - me volvió a besar, esta vez más intenso, lamio mis labios, pidiendo acceso a su lengua, se lo di, acariciando nuestras lenguas, al separarnos succionó mi labio inferior.
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Tu mirada
RomanceExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...