"Epílogo"

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Emily

5 años después...

Es increíble el tiempo que ha pasado desde aquel día que le di la sorpresa a mi esposa de que estaba embarazada, todos se imaginaban cómo sería Andrea conmigo al estar embarazada y créanme fue mucho mejor, superó mis expectativas, en serio que mi mujer es la mejor que puede existir, la pobre cumplió cada antojo y capricho que tuve, desde pedirle un helado en plena madrugada, hasta antojo de comida que solo vendían en la ciudad donde nací.

Aparte de mis antojos, era mi apetito insaciable de hacerle el amor a mi mujer, fue mi etapa más erótica, aun estando agotada por sus largas jornadas de trabajo, estar con nuestros hijos, sacaba fuerzas para complacerme, incluso llegué a despertarla. En serio que la paciencia de Andrea conmigo es enorme, no cualquiera haría todo lo que ella hacía y hace por mí.

Dani y Leo, también me cuidaron demasiado, siempre estaban pendientes de su mami, como me llaman, y a mi lucero, le dicen mamita. Andrea llegaba con flores todos los días, se los daba a mis hijos para que me las entregaran, costumbre que mantiene, y ahora que nuestra princesita está grande, también la incluye en esa costumbre. Me dice que lo hace para que ellos de grande con sus parejas hagan lo mismo, y lo que para muchos es lo mínimo que deben hacer, ellos lo vean como algo normal y no se les dificulte hacerlo, así como también para ellos esas acciones deben ser reciprocas.

Hemos criado a nuestros hijos sin inculcarles alguna religión, no queremos imponerles algo que probablemente en algún momento se sientan obligados a seguir, solo les hemos enseñado las mejores cualidades para que sean personas que hagan mal a terceros, cosa que al momento creo lo vamos logrando. A pesar de que son traviesos, no le faltan el respeto a las personas, a menos que se tengan que defender de alguien, ellos tres se cuidan mucho, hay una fuerte unión, así como con los hijos de mis amigas. Entre ellos se miran como primos.

Hablando de familia, viene a mi mente el día que nació nuestra hija, sonrío por todo lo que sucedió.

Flashback

Estamos en casa de mis suegros, todos reunidos en una comida familiar, donde terminaron llegando nuestras amigas con sus parejas e hijos. Todo iba normal, cuando de repente me entraron las contracciones, agarré el brazo de mi mujer, hasta le enterré las uñas por el dolor. Andrea casi atraganta por la desesperación, todos comenzaron a movilizarse. Ximena la hizo reaccionar, así que tomó las llaves de su auto y me llevó al auto, ayudándome a sentarme y ponerme el cinturón de seguridad.

Andrea condujo rebasando el límite de velocidad y faltando varios señalamientos, para nuestra mala fortuna, un agente vial nos detuvo, la parte buena fue que al ver que yo estaba en labor de parto, nos dejó avanzar y abrió camino para llegar más pronto al hospital. Cuando llegamos a urgencias, nos esperaba el personal médico.

Recuerdos del día que nacieron nuestros hijos vinieron a mi mente, las ganas de llorar me entraron, Andrea se preocupó demasiado cuando me miró llorando. Entre el dolor y el recuerdo, mis lágrimas corrían hasta que logré controlarme para no espantar más a i mujer.

-Mi cielo, estoy aquí contigo mi amor, te prometo no alejarme de tu lado, mi dulce princesa - acariciaba mis mejillas y me daba besos en los labios y mejillas.

-Andrea - mi voz se entrecorto.

-Te amo - me susurró entre besos.

-Tengo miedo - me entró un miedo inexplicable de que algo malo pudiera pasar.

-Nada malo va a pasar mi amor, nuestra princesita va a nacer bien mi amor - me dio varios besos en mis labios.

Me llevaron en la camilla hasta la habitación, ya que todo mi embarazo ha estado bien, puedo tener a mi hija por parto natural, lo único que no aguanto son las contracciones, sostengo la mano de Andrea, por lo fuerte que la he estado apretando, su mano se mira blanca, pero sentir su tacto me tranquiliza.

Tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora