Andrea
Sabía que a Emily le afectaría esta fecha, pero no me imaginaba hasta que nivel, tanto mi cuñada como ella, no han tenido a nadie más que a Carlos y recientemente a Ingrid, desde que sus padres fallecieron, sigo sin entender porque parte de su familia les dio la espalda cuando ellos ya no estaban. Bueno, lo que realmente no entiendo, es por qué cuando decidió no casarse Emily, muchos le reclamaron, y ahora que se casará conmigo, menos le hablaran, son tan homofóbicos e hipócritas.
Pero ahuyento esos pensamientos, porque en este momento, mi futura esposa me necesita, en el presente, en este, donde siente el amor de mi familia y llora por la falta de la suya, yo no me imagino que me falten, y con eso en mente, la abrazo fuerte, sin decirle una palabra de consuelo, porque sé que ella en este momento quiere sentir la compañía.
–Gracias, mi bello destino – me dice al oído, abrazándose más a mi cuerpo.
–No tienes que agradecerme nada, mi amor, siempre estaré para ti, mi bello ángel – le doy varios besos en su hombro.
–Mi pequeña – le habla mi abuelita, haciendo que la mire –. Quiero que sepas, que siempre en nosotros tendrás una familia, yo soy y seré una abuelita para ti, mi vida – la toma de los mofletes y le da un beso en la frente.
–Ese es el mejor regalo que me ha dado – Emily le sonríe y la abraza –. Abuelita – le dice al separarse y darle un tierno beso a mi abuelita en su frente.
–Venga acá mi pequeña y dele un abrazo a su abuelito – mi abuelito le abre los brazos, a los que Emily se arroja gustosa.
–Gracias por darle una familia a mi hermana – me dice Lilian abrazándome.
–Tú también eres y serás parte de esta familia – le contesto, devolviéndole el abrazo.
Volteo para ver a mi hermosa prometida, a quien tienen mis papás abrazada, Ximena viene y le da un fuerte abrazo a mi cuñada, quien la recibe muy gustosa.
La pequeña Ingrid viene a mí soñolienta, extendiendo sus bracitos para que la cargue, lo hago y comienzo a darle varios besitos en su cabecita, me balanceo con ella al compás de la música para adormitarla, hasta que siento como cae completamente dormida.
–Deberían ir a dormirse, en la mañana abrimos los regalos – dice mi papá.
–Me parece una buena idea – dice mi cuñada y toma a la niña, para irse a acostar.
Todos comenzaron a despedirse, y yo me rezagué esperando a Emily, quien se notaba que aún no quería subir, por lo que me esperé a que todos se fueran para platicar con ella.
–Amor – dijo cuando quedamos completamente solas.
–¿Quieres ir a dormir? – le pregunté sabiendo la respuesta.
–No, quiero estar un rato más contigo – me agarró la mano y me llevó al árbol de Navidad.
–¡Feliz Navidad! – le dije al fijarme en la hora, ya eran las dos con veinte.
–¡Feliz Navidad! – me dio un beso.
–Ya quiero darte tu regalo – le digo al sentarme en el sofá, que está a un lado del árbol.
–Bueno, yo también te quiero dar algo – se sienta en mis piernas.
–Deja me levanto para darte tu regalo – le digo palmeando su muslo.
–Mejor dime cual es y lo agarro – me da un beso casto y se levanta.
Le señalo un sobre rojo que está entre el árbol, lo coge y se vuelve a sentar en mis piernas, la abre, para sacar una hoja, lo mira y sus ojitos se achican, señal que está muy feliz.

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Tu mirada
RomanceExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...