Tu mirada

21 "Cumpleaños"

Emily

Han pasado tres meses, desde que le pedí a Andrea que fuera mi novia, la manera en que me trata, simplemente me enamora más cada día. Cada pequeño detalle, me regala flores, cuando no se queda dormida, me hace el desayuno, pero si se duerme, lo compensa preparando la cena, vamos a dar paseos por la ciudad, está atenta a pequeños detalles. En cambio, yo hago lo mismo, pero lo que le encanta más, es que le haga muchos mimos cuando llega, me dice que así su día mejora.

Realmente desde el día que se quedó a dormir en mi departamento, todos los días lo hace, los fines de semana, vamos a su departamento.

Solo que ayer se molestó, porque no le había dicho que hoy cumplo años, hoy solo me hizo el desayuno, me dio un beso en la frente y se fue. Me sentí triste, pero no le dije nada. Más tarde veré como contentarla.

Mi celular sonó, me puse muy feliz de mirar que era una video llamada.

-Hermanita, ¡feliz cumpleaños!, mi pequeña ya está cumpliendo veintiséis - me dijo mi hermana sosteniendo a mi sobrina en brazos.

-Hola mis corazones, muchas gracias por llamarme - le mande besos a la pantalla.

-Mi niña preciosa, te quiero mucho, deseo que todos esos sueños que tienes se cumplan, que tengas mucha salud, bendición y el amor nunca te falte, quisiera estar contigo para festejar, te extraño, pero lo que me hace estar menos triste, es saber que tu novia estará contigo - me dijo esto y sentí un vacío.

-Gracias hermanita, por todo y por siempre estar para mí, yo también les extraño como no tienes idea, hoy todavía tengo que ir a trabajar, así que veré a mi novia más tarde - no quise decirle que se fue molesta.

-Mi pequeña, espero que en la oficina te festejen - me dijo muy emocionada.

Platicamos por varios minutos, hasta que tuvimos que finalizar la llamada porque mi sobrina se tallaba sus ojitos de sueño, y yo tengo que ir a trabajar.

Finalizando la llamada, lloré por la lejanía y porque mi novia está molesta conmigo, me recompuse, retoqué mi maquillaje, desayuné y me fui a trabajar.

En el trabajo me esperaba mi jefa con un pastel y me cantó feliz cumpleaños, mis compañeros me felicitaron e invitaron para ir a cenar. En todo el día no supe de mi novia, ni un mensaje o llamada, como normalmente acostumbraba. Estaba muy triste por no saber de ella. Para animarme, acepté la invitación de mi jefa y compañeros, fuimos a un restaurante saliendo del trabajo.

-¿Y tu novia? - preguntó Valeria - ¿le avisaste dónde estarías para que te venga a acompañar? - me dolió su pregunta.

-No le dije nada, porque tenemos otros planes - le mentí.

-Claro, el día de tu cumpleaños te deja sola - finalizó.

-Valeria, déjala - la regaño Sara.

-No se preocupe - le contesté a Sara - me imagino que tiene curiosidad.

-Si no viene tu novia, puedo hablarle a alguien - me comentó mi jefa.

-No será necesario - le contesté.

-Vale, creo que el destino quiere juntarlas - me dijo Sara guiñándome un ojo - Carrasco - le habló a mi novia que iba pasando enfrente de nuestra mesa.

-Buenas tardes - le contestó.

Mi corazón dio un brinco muy animado, pero ese ánimo se esfumó tan rápido como llegó, la razón, la manera desinteresada que me miró.

-Justo estaba por hablarte - le dijo mi jefa.

-¿Hay algún motivo? - cuestionó mi novia.

-Vaya hermana, no viene la novia y quieres juntarla con esta tía - dijo Valeria con un tono enojado, haciendo incomodar a mis compañeros.