AndreaVoy manejando a la oficina donde trabaja Emily, para dejarla y después irme a la mía para ver a mi padre y hermana, siento sus caricias en mi mano que va sobre la palanca de cambio, me orillo y le robo varios besos, antes de seguir a nuestro destino.
–Hemos llegado a su destino, mi bella princesa – le digo estacionando enfrente de su oficina.
–Gracias mi amor – se iba a bajar, pero la detuve.
–Espera – me bajé rodeando el auto para abrirle la puerta y ayudarle a bajar.
–Eso se merece un beso – me dice con una sonrisa, la tomo de la cintura y la beso, succionando su labio inferior.
–Te amo – le digo al oído.
–Carrasco, tiempo sin mirarte – volteó y es Sara, la jefa de mi novia.
–Mendoza, un placer – la saludo.
–Me da gusto verte con Emily – le guiña el ojo a mi novia –. Pero en este momento, esta señorita tiene que entrar a trabajar.
–Por supuesto – le contesto –. Ya no le robo más tiempo.
–Gracias por traerme – mi novia me da un beso casto –. También te amo – me dijo al separarse de mí.
A lo lejos miré a Valeria, estaba viéndome con coraje, lo mejor que hago es subirme al auto e irme a la oficina, no quiero tener un conflicto con ella y mucho menos delante de Emily, pero antes de eso, observo a mi novia hasta que entra al edificio.
…
Voy saliendo del ascensor, y quien me mira primero es mi hermana que está hablando con mi asistente.
–Ojitos – veo que susurra y corre a mí, abrazándome muy fuerte y dejando un beso sonoro en mi moflete.
–Hola cariño – le respondo el abrazo y deposito un beso en su frente.
–Ya te extrañaba.
–Yo también, me haces falta.
–Y tú a mí ojitos.
–¿Ya fuiste a ver a mamá?
–Aún no, de aquí voy a ir para allá.
–De seguro fuiste primero con mi cuñada – levanta sus cejas de manera picara.
–Obviamente – me sonrojo –. De hecho, vengo de su oficina, fui a dejarla.
–Ven, papá se va a emocionar de mirarte – me agarró del brazo y me llevó directo a la oficina, sin dejarme saludar a mi asistente.
–Hola papito – le digo al hombre que está sentado detrás del escritorio.
–Mi pequeña – me dice emocionado, se levanta para venir a abrazarme y llenarme de besos.
–¿Cuándo llegaste? – finalmente me pregunta.
–El sábado en la tarde – le digo apenada.
–Entiendo que primero hayas ido a ver a mi nuera – me toma de las mejillas –, te hubiera regañado si no hubieras hecho eso primero – me hace sonreír.
Me quedé un par de horas platicando con mi padre y hermana, de los avances que he tenido y ellos de lo que han realizado en la compañía, he mirado los reportes, pero escucharlo de ellos, es otra cosa, normalmente cuando hablamos por teléfono es para saber sobre mi bienestar y viceversa. Después de un rato voy a la casa para ver a mi mamá y abuelos.
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Tu mirada
RomanceExiste una leyenda, en la que estamos destinados con un hilo rojo a la persona que será el amor se nuestras vidas, este se podrá estirar, enredar y pasar por muchas incertidumbres, pero nunca se romperá. No importa el tiempo, ni la distancia, el des...