53 "México II"

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Emily

Al despertar tenía a mi hermosa esposa abrazada a mí, su rostro entre mis pechos es la imagen más tierna, contornee su rostro quitando unos cabellos que lo cubrían, le di unos besos en su frente y me levante lentamente, para no despertarla. Entre al baño a cepillarme y bañarme, no tardé mucho, ya que quiero hacerle el desayuno a Andy, al salir del baño encontré a Andrea abrazando una almohada, me causa gracia su manera de dormir, me acerco para darle un beso en su mejilla.

Bajé a la cocina, encontrándome a mi hermana haciendo el desayuno, ya la extrañaba, así que voy a abrazarla, haciéndola gritar por el susto.

—Emily García — me regañó —. Me asustas pendeja —está molesta y asustada.

—Que poco aguantas hermanita, pero que no sea Carlos el que viene a darte un buen a…

—Buenos días — entra mi cuñado interrumpiéndonos —. Emily ven acá pequeña — abre su brazo libre para abrazarme, ya que trae a mi sobrina cargada.

—Hola mi niña preciosa —lleno de besos a mi sobrina en lo que abrazo a mi cuñado.

—Tía Emi — se abalanza a mis brazos y me llena de besos, abrazándome el cuello con sus bracitos.

 —¿Cuándo se van? — pregunta mi cuñado.

—No te preocupes, hoy seguiremos aquí, y aún no sé cuándo nos vayamos, eso no lo he hablado con Andrea — le contesto sonriéndole y frotando su brazo para que se relaje.

—Bueno más tarde nos vemos, tengo que ir a trabajar — me da un beso en la frente —. Ya me voy mi amor — le da un beso en la frente a mi sobrina.

Camina a mi hermana, la abraza por detrás y le da varios besos en el rostro, haciéndola sonreír, se vuelve a despedir y sale de la cocina, escucho la puerta abrir y cerrar.

—Se nota que estás recién casada hermanita — me dijo Lilian con una sonrisa pícara.

—¿Por? — pregunto, ya que no quiero salir corriendo a verme en algún espejo si tengo un chupetón o algo.

—Porque mi cuñada llegó bien cansada y aún no despierta, hermanita la estás agotando demasiado — me dice carcajeándose con esto último.

—No se acostumbra a la diferencia horaria — quise justificar, pero me sonrojé.

—Así le dicen ahora, la diferencia horaria — se carcajeaba.

—Tía Emi, quiero jugo, por favor — me dijo mi pequeña.

—Sí mi ricitos — le doy un beso en su mejilla y la siento en la silla.

Voy por un vaso en la alacena, busco el jugo en el refrigerador, sirvo el vaso a la mitad, ya que mi hermana por señas me dijo que solo así, cuando me volteo, miro a Andrea cargando a mi sobrina y llenándola de besos, mi sobrina se ríe, mi esposa la baja y viene corriendo a mí, pidiendo su jugo.

—Buenos días — Andrea saluda a mi hermana dándole un abrazo —. Buenos días, mi corazón — posa sus manos en mis caderas pegándome a su cuerpo para darme un tierno beso.

—Buenos días, mi amor — suspiro en sus labios.

—No hagan escenas delante de mi niña — nos regaña mi hermana.

Andrea se ríe y acaricia su nariz con la mía, me da un beso casto y se separa de mí, sonriéndole a mi hermana, yo solo quedo embobada viendo esa sonrisa perfecta, tan hermosa.

—Se te cae la baba, Emily — me vuelve a molestar Lilian.

—Pensé que me regañabas a mí — le contestó Andrea sonrojada.

Tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora