Capítulo XII: No seas cobarde
Me dejé caer, como un saco de patatas, sobre el colchón de la cama. Desbloqueé mi teléfono móvil y comencé a leer unos cuantos mensajes nuevos. Uno de ellos era de Julius.
"¿Ya tienes pecera para tu pez sin nombre?"
Reí.
"Sí." —respondí.
Añadí una foto del pez dentro de la vieja pecera que solía ocupar Burbujas. Entonces, él contestó:
"Se me olvidó comprarte comida para peces, pero supongo que ya lo has hecho tú."
Le contesté, confirmando su suposición. Dejé el móvil sobre la mesita de noche, al instante, recordé aquella pequeña pastilla que había tomado conmigo de la caja que escondía Louis en su habitación.
¿Se drogaba? ¿O vendía esas pastillas?
Ciertamente, me preocupaba. Louis había dejado la universidad, sus amigos del instituto, sus hobbies. Se veía triste y perdido; sabía que estaba mal, pero él ya no me contaba las cosas. Así que, en cierta forma, yo también había comenzado a ocultarle ciertos aspectos de mi vida. Sabía lo que había sucedido entre Niall y yo, sabía que estaba dolida y que me sentía engañada y traicionada. Aquella noche, cuando todo pasó y corrí a sus brazos, él me envolvió cálidamente. No objetó nada, no quiso hacerme sentir estúpida por haber confiado en Niall, alguien del cual él me había advertido tantísimas veces. Simplemente, me abrazó y me acunó entre sus brazos. Me sentí tan agradecida en aquel momento, pues creí que jamás recuperaría el amor de mi hermano mayor.
Y ahora, no solo temía perder a Ashton, sino también a Louis. Volver junto a Niall significaría tener que confrontar las negativas de mi hermano, y tener que confrontar el dolido corazón de Ashton.
Pero... ¿Qué pasaba conmigo?
Quizás debía hacer caso a Julius y seguir a mi corazón; si lo que sentía por Niall era genuino, y era lo que yo deseaba, nadie podía hacerme sentir culpable. Ni siquiera Ashton. Tal vez Julius tenía más razón de lo que creía. Siempre había apartado mi corazón a un lado para dar paso a las demás personas; me había dejado pisotear, engañar y manipular. Había preferido saber que las personas que quería se encontraban a salvo, que alcanzar y proteger mi propio bienestar.
No sé qué fue lo que me hizo levantarme de la cama, pero no quise pensarlo dos veces. Me calcé, tomé mi teléfono móvil, suficiente dinero para pagar un taxi, y salí de la habitación. Bajé a la planta principal y busqué rápidamente algo con que cubrirme para combatir el frío de fuera. Tomé un abrigo de mamá que se encontraba en el colgador de la entrada, y me lo puse.
El corazón me iba a mil.
Salí a la calle y me encaminé hacia la avenida más cercana, donde esperaba encontrar un taxi disponible. Eran las nueve de la noche.
Por suerte, al ser jueves, había poco movimiento; así que, fue fácil parar a un taxi. No fue necesario dar muchas indicaciones, porque el palacio en el que vivía Niall era un lugar muy conocido en la ciudad. El taxista condujo durante media hora, fue simpático y cordial, me preguntó por mis estudios, pero yo estaba tan nerviosa, que ni siquiera fui capaz de contestar correctamente a aquella sencilla pregunta. Le dije que estaba en el último año de secundaria, cuando realmente, estaba cursando segundo de bachiller.
Al llegar, le pagué rápidamente y le agradecí antes de bajar del vehículo y cerrar la puerta tras de mí. El hombre me sonrió y se despidió con un casual gesto de mano. Me encaminé hacia la entrada exterior, y vi que la antigua verja se encontraba abierta. Entré, entonces, decidí avisar a Victoria. La llamé, y le pedí que me esperase en la entrada principal.
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El Príncipe de las Tinieblas |n.h| au
FanfictionSobrevivir en este mundo es un negocio sangriento. Los secretos unen a la familia, pero esta dejó de serlo hace mucho tiempo. Las mentiras del pasado acaban saliendo a la luz, y con ellas, la peor cara de las personas. #2 en MISTERIO (Mayo 2018)...